Preocupante estudio de la Universidad de Toronto: afirma que el 90% de la carne que consumimos contiene microplasticos
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Investigadores de la Universidad de Toronto y el instituto Ocean Conservancy han realizado un estudio que añade nuevas evidencias a la creciente preocupación por la contaminación por microplásticos a nivel mundial. Estos fragmentos de plástico, que miden menos de 5 mm, se encuentran en todas partes, desde el agua y el aire hasta las nubes y la sangre. Aunque las consecuencias exactas para la salud humana no están totalmente claras, se han relacionado los microplásticos presentes en la carne y otros alimentos con enfermedades cardíacas, problemas de fertilidad e incluso cáncer.
El estudio analizó el consumo de diversos tipos de carne y llegó a conclusiones inquietantes. En promedio, una persona está expuesta anualmente a 11.000 partículas de microplásticos a través de la carne, y para aquellos que son grandes consumidores, este valor máximo asciende a 3,8 millones de partículas.
Presencia de microplásticos en la carne
Los investigadores analizaron 16 fuentes de proteínas, incluyendo carne de pollo, de vaca, mariscos, cerdo, tofu y carnes de origen vegetal. Fue así como descubrieron que casi el 90 % de estas fuentes contenían nanoplásticos, fragmentos de tamaño inferior a 1 micrón.
El estudio, publicado en la revista ‘Environmental Pollution’, alerta sobre la contaminación generalizada en diversas fuentes de proteínas, destacando la presencia de microplásticos en productos cárnicos procesados adquiridos en grandes supermercados de Portland, Oregón.
Con el objetivo de entender las cargas de microplásticos (MP) en diversas fuentes proteicas y las influencias de factores como el nivel de procesamiento, el material de empaque, la marca y el tipo de tienda, investigadores realizaron un estudio analizando 16 fuentes, incluyendo carne de pollo, vaca, mariscos, cerdo, tofu y carnes vegetales.
Al disolver las muestras en una solución especial y remojarlas en detergente para eliminar material graso residual, se identificaron microplásticos en el 88% de las muestras, tanto en proteínas de origen vegetal como en mariscos. Se encontraron polímeros comunes, como caucho, poliéster y polipropileno, y se observó que los alimentos más procesados contenían más microplásticos por gramo.
«Esto es un ecordatorio de cuán prolífica se ha vuelto la contaminación plástica: los humanos viven en la tierra y, sin embargo, las muestras de mariscos tienen la misma probabilidad de estar contaminadas con plásticos que las proteínas de origen terrestre», señala Britta Baechler, bióloga marina y coautora del estudio, según recoge ‘El Tiempo’.
En la misma línea, un estudio piloto realizado por la Universidad Libre de Ámsterdam en nombre de Plastic Soup Foundation, llegó a la conclusión de que el 80% de la carne y los productos lácteos de animales de granja contienen microplásticos. En las muestras de carne de res y cerdo, así como en la leche, se detectaron partículas de plástico. Además, los investigadores hallaron pequeñas cantidades de al menos tres tipos de plástico en la sangre de todos los animales examinados.
La Plastic Soup Foundation destaca la preocupación por la contaminación de la cadena alimentaria con microplásticos y sugiere que los alimentos para animales podrían estar contaminados por productos residuales procesados en alimentos para animales, incluidos los envases.
Daños para el ser humano
Desde el inicio de la producción a gran escala de plásticos en la década de 1950, los humanos han generado 8.300 millones de toneladas métricas de este material. Un estudio realizado por la Universidad de California en Santa Bárbara, la Universidad de Georgia y la Sea Education Association revela que la producción anual de plástico ha aumentado significativamente, pasando de 2 millones de toneladas métricas en 1950 a más de 390 millones en 2022.
Hace unos años, la preocupación inicial sobre los microplásticos se centraba en los productos del mar, especialmente en los mariscos que consumimos enteros. Sin embargo, se ha descubierto que las personas ingieren más plástico al inhalar diminutas fibras invisibles que flotan en el aire. Estudios recientes han encontrado partículas de plástico en pulmones humanos y en la sangre de donantes, sugiriendo una nueva vía de exposición a los microplásticos.
Con más de 10.000 sustancias químicas identificadas en plásticos y aditivos, muchos de los cuales no están regulados, determinar qué combinaciones son perjudiciales y entender la exposición y duración necesarias para causar daño es un desafío para los científicos. A pesar de los riesgos ambientales conocidos, la investigación sobre los posibles efectos en la salud humana aún está en una fase inicial, y se necesitan más estudios para comprender completamente la complejidad de este problema emergente.
La directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, destaca la necesidad apremiante de comprender mejor el impacto de los microplásticos en la salud, ya que estos materiales están omnipresentes, incluso en el agua que consumimos. Aunque los niveles actuales de microplásticos en el agua potable no parecen representar un riesgo para la salud según la información limitada disponible, Neira subraya la importancia de obtener más datos al respecto. El desafío principal radica en la escasez de información sobre la exposición general de la población a los microplásticos, que se inhalan o ingieren a través del agua, los alimentos y el aire.