La playa gallega que hay que visitar, al menos, una vez en la vida

El turismo masivo ha convertido algunas de las playas más conocidas de España en lugares abarrotados donde resulta difícil encontrar calma y conexión con la naturaleza. Frente a esta realidad, cada vez más viajeros buscan destinos diferentes. Rincones donde el mar se abre paso sin interferencias, los paisajes se mantienen intactos y la experiencia trasciende lo puramente turístico. En este contexto surge Santa Comba, en Ferrol (A Coruña), un paraíso casi secreto que promete al visitante desconexión y autenticidad.
Un arenal que conquista con su arena blanca y aguas esmeralda
Santa Comba se extiende a lo largo de casi kilómetro y medio de arena fina y blanca, custodiada por verdes colinas y acantilados que crean una estampa atlántica inolvidable. A diferencia de otras playas urbanas, aquí se encuentra silencio, aire limpio y un horizonte oceánico que invita a la calma. Es un lugar donde cada paso sobre la arena cruje con naturalidad en un enclave virgen.
El mar que baña la playa no es dócil: sus aguas de color esmeralda esconden corrientes y fondos rocosos que, aunque aportan belleza y carácter, exigen respeto. Esta misma bravura es la que atrae a surfistas que buscan un oleaje cambiante y desafiante.
La ermita de Santa Comba: un faro histórico en medio del océano
Si algo distingue a esta playa de otros arenales gallegos es la presencia de la ermita románica de Santa Comba, construida en el siglo XIII sobre un islote frente a la playa. Desde la arena, la silueta de la pequeña iglesia parece flotar sobre el mar, otorgando al paisaje un aura de misterio y espiritualidad.
Más allá de su valor arquitectónico, la ermita es parte de la identidad cultural de la zona. Es testimonio de la relación que durante siglos han tenido los gallegos con el mar, tanto como fuente de riqueza como de espiritualidad. Hoy, su imagen al atardecer se ha convertido en una de las estampas más icónicas de la costa de Ferrol.
As Fontes: la cala escondida que aparece y desaparece
Cerca de Santa Comba se encuentra As Fontes, considerada por muchos una de las calas más bellas de España. Su particularidad reside en que solo es accesible durante la bajamar, lo que refuerza su halo de exclusividad. Quienes tienen la suerte de visitarla se encuentran con un espacio casi privado, rodeado de naturaleza pura y aguas cristalinas.
La dificultad de acceso y su baja afluencia convierten a As Fontes en un destino muy especial dentro del turismo de costa. No es un lugar de multitudes, sino un rincón íntimo que parece resistirse al paso del tiempo. Su belleza natural la ha situado entre las recomendaciones de viajeros y expertos, que la señalan como una joya escondida del litoral gallego.
¿Cómo llegar y qué servicios ofrece Santa Comba?
Llegar a Santa Comba es sencillo y cómodo, lo que aumenta su atractivo turístico. Desde el centro de Ferrol, basta con tomar la carretera hacia Covas y seguir por A Pedreira hasta dar con las señales de la playa. Para quienes no disponen de vehículo propio, existe la opción de llegar en autobús urbano hasta Covas y completar el último tramo a pie, una caminata que añade un toque de aventura al viaje.
En cuanto a servicios, la playa cuenta con dos accesos principales, zonas de aparcamiento, duchas y puesto de socorrismo. Esta combinación de entorno salvaje con infraestructuras básicas resulta perfecta.