Ni de fiesta ni en la discoteca: éste es el lugar donde empiezan la mayoría de las infidelidades


Las infidelidades son uno de esos temas que siempre generan mucha controversia. Aunque hay quienes pueden afirmar que las causas de una traición son múltiples y variadas, lo cierto es que hay un lugar específico donde, según expertos, las probabilidades de que se inicie una infidelidad aumentan considerablemente. Y no, no estamos hablando de fiestas o encuentros sociales, como muchas veces se cree, sino del ámbito laboral.
Según el doctor John Delony, experto en salud mental, un 85% de las infidelidades nacen en el trabajo. En su análisis, Delony asegura que «una de cada cinco personas ha admitido haber sido infiel con un compañero o compañera de trabajo». Esta cifra es alarmante y no sólo pone en riesgo la relación con la pareja, sino que también puede afectar el empleo y la dinámica laboral. Según el experto, aunque tener una aventura fuera del trabajo puede no tener consecuencias profesionales inmediatas, cuando se trata de una relación con un compañero de oficina, las repercusiones pueden ser devastadoras.
El trabajo como caldo de cultivo para las infidelidades
El hecho de que el lugar donde más se originan las infidelidades sea el trabajo es un dato preocupante, pero que tiene mucho sentido si analizamos la dinámica diaria. Las personas pasan muchas horas al día en el trabajo, interactúan con compañeros, comparten tareas y, a menudo, viven experiencias intensas y estresantes.
Es un entorno donde la cercanía y el tiempo compartido pueden fomentar el desarrollo de vínculos emocionales profundos. A medida que se desarrollan estas conexiones, es posible que los límites se desdibujen, y lo que comienza como una amistad puede convertirse en algo mucho más complejo.
Este tipo de infidelidades no sólo afectan a las parejas, sino que también alteran el ambiente de trabajo. La complicidad, la tensión y los secretos compartidos pueden generar dinámicas incómodas entre compañeros de trabajo que no están involucrados en la relación extramarital. A menudo, los compañeros ajenos a la situación se ven atrapados en una red de chismes y rumores, lo que puede perjudicar el ambiente laboral.
Delony no duda en señalar que uno de los mayores problemas del matrimonio convencional en la sociedad moderna es la sobrecarga de expectativas que se ponen sobre la pareja. En lugar de ver el matrimonio como una relación en la que cada uno puede tener espacios propios, se espera que la otra persona sea todo: la fuente de apoyo emocional, el compañero de vida y el mejor amigo. Este enfoque crea una presión insostenible, lo que puede llevar a uno o ambos miembros de la pareja a buscar lo que sienten que les falta en el ámbito laboral.
En su opinión, la falta de un propósito común en la relación conyugal es uno de los factores más peligrosos. «Cuando en casa no construimos nada juntos, pero en el trabajo encontramos a alguien con quien compartimos un propósito, esa relación laboral adquiere una profundidad peligrosa», comenta Delony. La pareja empieza a sentirse emocionalmente desconectada, mientras que los lazos que surgen con compañeros de trabajo pueden parecer más gratificantes o satisfactorios.
Establecer límites y construir un propósito compartido
Según el doctor, es fundamental reconocer las señales que indican que una relación laboral está cruzando límites inapropiados. Las interacciones con compañeros de trabajo deben mantenerse en un nivel profesional y respetuoso. Por ejemplo, una cena a solas con un compañero, fuera del contexto de trabajo, puede dar lugar a una mayor cercanía emocional, algo que aumenta el riesgo de que se desarrolle una relación inapropiada.
«No se trata de eliminar las amistades en el trabajo, pero sí de ser consciente de las señales que indican que una relación está pasando los límites de lo profesional a lo personal», advierte. Evitar estas situaciones ayuda a mantener una separación saludable entre el trabajo y la vida personal.
Delony también enfatiza que la mejor forma de prevenir una infidelidad es trabajar en la relación con la pareja y construir un propósito común. Cuando una pareja comparte sueños y metas, se fortalece la conexión emocional y se reduce la tentación de buscar lo que falta en otros lugares. Para él, una relación exitosa se basa en la creación de un vínculo profundo y auténtico que no dependa de la búsqueda de satisfacción fuera de la pareja.
«Si el trabajo se mantiene como eso, trabajo, y no se convierte en un terreno donde se busquen conexiones emocionales profundas, el riesgo de que surjan infidelidades disminuye significativamente», asegura.
Tener proyectos en común, como objetivos familiares o metas personales, puede fortalecer el vínculo y evitar que las parejas se sientan emocionalmente distantes. En última instancia, cuando ambos miembros de la pareja tienen algo que compartir, es menos probable que busquen afuera lo que sienten que falta en su relación. Este tipo de propósito compartido crea una base sólida para la relación y reduce el riesgo de desconfianza y traición.