¿Sabías que no siempre hemos podido beber leche?

Mutaciones genéticas
Es una de las numerosas mutaciones genéticas que ha experimentado nuestro cuerpo a lo largo de los años

Hay cosas de nuestro cuerpo que damos por sentadas, cuando en realidad se trata de mutaciones genéticas que hemos ido sufriendo con el paso del tiempo como una forma de adaptación al medio en que vivimos. Por ejemplo, la habilidad de beber leche no es natural. Fue hace 10.000 millones de años, en la época en la que los europeos comenzaron a domesticar animales como las vacas, cuando el gen MCM6 mutó, provocando que nuestro cuerpo comenzara a producir la enzima lactasa. De esta forma pudieron aprovechar la leche que producían sus vacas como sustento.

Hay muchas mutaciones genéticas que no reconocemos como tal. Otra de las más populares tiene que ver con las personas pelirrojas. Se estima que únicamente entre el 4 y 5% de la población mundial posee esta mutación, que es más probable de encontrarse en la gente del norte de Europa. Probablemente esta mutación se produjo gracias a una selección positiva (o incluso debido a una ausencia de selección negativa) en los climas más fríos. Aunque parece que el gen recesivo que provoca el cabello pelirrojo está desapareciendo como consecuencia de una mayor diversidad en la variación genética por culpa de la globalización y del cambio climático.

Mutaciones genéticas
Cada vez es menos habitual encontrarse con personas pelirrojas. ¿Acabarán por desaparecer?

¿Eres de esas personas a las que las muelas del juicio les traen por el camino de la amargura? Pues debes saber que es otra de esas mutaciones genéticas desconocidas. Es un ‘recuerdo’ de nuestros antepasados, que tenían unos molares más grandes para poder masticar la vegetación, parte importante de su dieta.

Los ojos azules, esos que tanto nos llaman la atención cuando los vemos en alguien, también son mutaciones genéticas. Además, es una mutación relativamente reciente que provoca que alrededor del 8% de la población mundial los posea. Habitualmente el ser humano tenía los ojos marrones, pero una variación del gen OCA2 modificó la cantidad de pigmento producido por nuestro cuerpo, lo que permitió la aparición de otras tonalidades de marrón y posteriormente otros colores de ojos. Por cierto, es probable que la primera persona con ojos azules apareció en Europa.

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