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Lo hacemos todos con el arroz y es malísmo para tu salud: el aviso de la OCU que debes conocer

El arroz y la OCU
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El arroz es uno de los alimentos más consumidos del mundo. Su versatilidad en la cocina y su capacidad de adaptarse a una amplia variedad de recetas lo han convertido en un ingrediente fundamental en muchas culturas. Sin embargo, aunque es una fuente importante de energía y nutrientes, no todos los tipos de arroz son igualmente beneficiosos para la salud, tal y como alerta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En este contexto, hay algunas variedades de arroz que, aunque en principio pueden parecer saludables, esconden riesgos desconocidos o potencialmente perjudiciales. El arroz rojo, por ejemplo, es un tipo de arroz integral que se presenta como una opción nutritiva gracias a sus propiedades. Sin embargo, la OCU advierte sobre su consumo excesivo, ya que puede ser contraproducente y causar problemas de salud, debido a su contenido de de monacolinas.

La alerta de la OCU sobre el arroz rojo

El arroz rojo se ha vuelto muy popular en los últimos años, principalmente por su color vibrante, que proviene de un proceso de fermentación. Además, es considerado una opción más saludable que el arroz blanco, ya que aporta más fibra, vitaminas y minerales.

Estas propiedades lo convierten en una buena opción para quienes buscan mejorar su dieta y llevar un estilo de vida más equilibrado. Sin embargo, aunque tiene muchos beneficios, no está exento de ciertos riesgos, especialmente si se consume en grandes cantidades.

La OCU advierte sobre los peligros que puede acarrear el arroz rojo, principalmente debido a su contenido de monacolinas. Las monacolinas son compuestos naturales que se encuentran en este tipo de arroz y, si bien  pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol, cuando se ingieren en exceso puede generar problemas hepáticos y otros efectos secundarios graves. Por esta razón, la OCU recomienda tener cuidado, especialmente para personas con colesterol alto, adultos mayores, niños y adolescentes.

Además de las monacolinas, otro de los riesgos asociados al arroz rojo es la posible presencia de contaminantes, como la citrinina, un compuesto tóxico que puede surgir durante el proceso de fermentación y que puede afectar a la función renal y hepática.

Por lo tanto, antes de incluir el arroz rojo en la dieta, es importante consultar a un médico, especialmente si se tienen antecedentes de problemas de salud o se está tomando medicación. La moderación es clave, ya que el consumo excesivo puede traer más inconvenientes que beneficios.

Consejos prácticos

Cocinar arroz rojo es sencillo, pero requiere algunos cuidados para aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales y garantizar que quede en su punto:

  1. Antes de cocinarlo, es importante enjuagarlo bien bajo agua fría para eliminar el exceso de almidón y posibles impurezas. Esto ayuda a que el arroz no quede demasiado pegajoso y mantenga una textura más suelta.
  2. Para cocinar arroz rojo, es recomendable usar una proporción de 2 tazas de agua por cada taza de arroz. Esto es un poco más de lo que usarías para el arroz blanco, ya que el arroz rojo es más duro y necesita más agua para cocinarse completamente.
  3. Lleva el agua a ebullición y luego reduce el fuego a medio-bajo para que el arroz se cocine lentamente. Cubre la cacerola con una tapa y deja que se cocine durante 40 a 45 minutos, o hasta que el arroz esté tierno y haya absorbido toda el agua. Es importante no remover el arroz durante la cocción para evitar que se rompa o se vuelva pastoso.
  4. Una vez cocido, retira la cacerola del fuego y deja reposar el arroz, tapado, durante unos cinco minutos. Esto ayuda a que los granos se asienten y el arroz quede más suelto.
  5. El arroz rojo tiene un sabor ligeramente más intenso que el blanco, por lo que puedes experimentarlo con diferentes especias como el comino, la cúrcuma o el ajo para darle más sabor.

Cómo eliminar el arsénico

El arsénico es un contaminante natural presente en el suelo y el agua, y debido a la forma en que se cultiva el arroz, éste se puede acumular en los granos. Aunque el riesgo de intoxicación por arsénico es bajo, es recomendable tomar ciertas precauciones para reducir su presencia en el arroz.

Una de las formas más efectivas de eliminar el arsénico es enjuagar bien el arroz antes de cocinarlo. Al lavarlo bajo agua fría durante al menos dos minutos, se puede eliminar una buena cantidad de arsénico que se encuentra en la capa superficial del grano. Este paso es sencillo y puede marcar la diferencia en la cantidad de contaminantes que quedan en el arroz.

Además del enjuague, la forma en que cocinas el arroz también influye. Utilizar una mayor cantidad de agua durante la cocción es otra técnica efectiva. La proporción recomendada es de seis tazas de agua por cada taza de arroz. Al hacerlo, el arsénico se disuelve en el agua, la cual debe ser desechada una vez cocinado el arroz.

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