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Frases célebres de Virginia Woolf en el día de su muerte

Frases célebres de Virginia Woolf en el día de su muerte
Frases célebres de Virginia Woolf en el día de su muerte

Un 28 de marzo de 1941 muere la escritora inglesa Virginia Woolf. Alguna de sus hazañas está ligada a la lucha contra el feminismo siendo referencia en este tema para todas las mujeres. Veamos las frases célebres de Virginia Woolf en el día de su muerte.

Hay cantidad de obras suyas que marcaron una época, como La señora Dalloway, Al faro, Una habitación propia. La escritora se suicidó cuando tenía 59 años.

El señor Ramsay abrió los brazos al tropezar en el pasillo una mañana oscura, pero, como la señora Ramsay había muerto de forma inesperada la noche anterior, los brazos extendidos siguieron vacíos.

Compraba las colinas con baluartes, con el pecho de las palomas, con el anca de las terneras. Comparaba las flores con el esmalte, el césped a las alfombras turcas adelgazadas por el uso. Los árboles eran brujas decrépitas, las ovejas peñas grises. Cada en cosa, efecto, era otra cosa.

La naturaleza verde es una cosa, verde en la literatura otra. La naturaleza y las letras parecen tener una antipatía natural; agrúpalos y se destrozan unos a otros.

Sólo puedo notar que el pasado es hermoso porque uno nunca se da cuenta de una emoción en el momento. Se expande más tarde, y por lo tanto no tenemos emociones completas sobre el presente, sólo sobre el pasado.

Esa era la compensación de envejecer, pensó Peter Walsh al salir de Regent’s Park; las pasiones son tan fuertes como siempre, pero se ha adquirido —¡al fin!— la capacidad que aporta el aroma supremo a la existencia: la capacidad de dominar la experiencia, de darle la vuelta, lentamente, a la luz

Inevitablemente consideramos a la sociedad, tan amable con usted, tan dura con nosotros, como una forma inadecuada que distorsiona la verdad; deforma la mente; encadena la voluntad.

Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre el doble de su tamaño natural. Son frases célebres de Virginia Woolf en el día de su muerte.

He de mover los pies con gran cautela, para no rebasar los límites del mundo y caer en la nada. He de golpear con la mano una dura puerta, para llamarme a mí misma y volver a entrar en el cuerpo.

No dejemos de pensar: ¿qué es esta ‘civilización’ en la que nos encontramos? ¿Cuáles son estas ceremonias y por qué deberíamos participar en ellas? ¿Cuáles son estas profesiones y por qué deberíamos hacer dinero con ellas?

 

 

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