Alcohol como fuente de inspiración
La inspiración se ha definido tradicionalmente como esa musa que viene y va de la mente de los amantes a la escritura. Una compañera fiel que cuando llega te soluciona la vida pero que cuando la da por no aparecer puede dejarte en la más mísera ruina intelectual. La inspiración siempre ha sido algo que brota de forma espontánea, pero atención, porque un nuevo estudio ha demostrado que una pequeña dosis de alcohol puede ayudar a que el cerebro fluya. Resuelto el enigma de todo literato.
«Beber para inspirarse»
Parece una broma pero según los estudios realizados por los investigadores de la Universidad de Graz (Austria) la ingestión de una cantidad reducida de alcohol puede ayudar a desbloquear la mente. Es decir, esos momentos en los que la saturación y el estrés pueden contigo no hay nada mejor que un buen trago de cerveza para despejarte y refrescar garganta y cerebro a partes iguales.
El estudio se ha llevado acabo en voluntarios de distintos sexos que se veían expuestos a distintas pruebas. En primer lugar se les pidió que intentaran resolver una serie de test basados en la capacidad creativa. El primero de ellos tenían que resolverlo estando sobrios, mientras que la segunda de las pruebas se realizaba después de haber tomado una cerveza. En la mayoría de los casos, el porcentaje de aciertos aumentó repentinamente después de haber ingerido alcohol.
Cantidades responsables
Después de estos primeros resultados, los investigadores fueron incrementando la ingestión de cerveza en algunos voluntarios. Un experimento con el que se demostró que las dosis de creatividad aumentaban hasta cierto punto, ya que cuando los voluntarios pasaban el tope de la embriaguez no eran capaces de razonar correctamente. Un experimento que fue probado de igual forma en el campo del arte pero que consiguió unos resultados más que negativos.
Está demostrado, unas cantidades reducidas de alcohol consiguen que la inspiración fluya a través del cerebro. La creatividad y la cerveza se dan la mano para demostrar que, en dosis reducidas, puede servir como la inyección necesaria para las grandes cabezas pensantes de nuestro mundo. ¡Brindemos por ello! Eso sí, siempre con responsabilidad. No vaya ser que la creatividad sea tal que nadie entienda lo que estás escribiendo, ya me entiendes.