Estos son los alimentos que nunca debes guardar en la nevera
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Por lo general, solemos guardar casi todos los alimentos en la nevera porque así creemos que se van a conservar mejor y durante más tiempo. Sin embargo, en algunos casos es un gran error, ya que las condiciones de frío del frigorífico pueden acelerar la descomposición de alimentos como el pan o el chocolate.
Precisamente, el pan es uno de los alimento que solemos guardar en la nevera, pero con esto solo conseguimos que se estropee más rápido. Y es que el frío hace que el pan pierda su sabor, razón por la cual lo expertos recomiendan guardarlo en un lugar seco y fresco, como la despensa.
Alimentos que no se deben guardar en la nevera
Es común que al comprar determinadas frutas, como plátanos, aguacates o piñas, las guardemos en la nevera al llegar a casa, aunque esto no sea lo más adecuado. Estas frutas se conservan mejor fuera del frigorífico, ya que las bajas temperaturas pueden detener su proceso de maduración.
Las bajas temperaturas de la nevera pueden alterar las propiedades del aceite de oliva, provocando su solidificación y formación de grumos, al igual que las altas temperaturas pueden afectar su calidad nutricional. Para conservarlo en óptimas condiciones, es mejor almacenarlo en un lugar fresco, seco y oscuro, con una temperatura que oscile entre los 18 y los 22 °C.
Debemos evitar guardar las patatas en el frigorífico, ya que este ambiente puede causar pérdida de textura, sabor y propiedades. La combinación de frío y humedad acelera la transformación del almidón en azúcar, lo que provoca su deterioro prematuro.
Cuando se trata de quesos, es crucial diferenciar entre los frescos y suaves, que requieren refrigeración para su conservación, y los quesos curados. Guardar quesos curados en la nevera puede hacer que se sequen, agrieten y pierdan sabor y propiedades.
Los cereales como la avena, el arroz, el maíz y el trigo no deben almacenarse en la nevera, ya que las bajas temperaturas pueden alterar sus cualidades organolépticas y provocar la pérdida de nutrientes. Para prolongar su frescura y durabilidad, es mejor guardarlos en recipientes herméticos en la despensa una vez que los hayamos abierto.
Para mantener la frescura, humedad y sabor característico del jamón serrano, es preferible no refrigerarlo, ya que el frío puede alterar su sabor y aroma. Es aconsejable almacenarlo en un lugar fresco, seco y ventilado, con una temperatura de entre 18 °C y 23 °C.
El chocolate es un alimento que no debemos guardar en la nevera bajo ninguna circunstancia. Las bajas temperaturas pueden causar que el agua se condense al reaccionar con el azúcar, lo que resulta en la formación de una capa blanquecina en la superficie y la cristalización, alterando tanto su sabor como su textura.
El café es susceptible de perder sus propiedades, aroma e intensidad de sabor cuando se expone a la humedad de la nevera. Además, no tolera bien los cambios constantes de temperatura. Por lo tanto, para conservarlo en óptimas condiciones, es mejor almacenarlo en el armario de la cocina, en una bolsa hermética y bien cerrada.
Almacenar el pan en la nevera puede ser problemático, ya que las bajas temperaturas provocan que su almidón se recristalice y pierda humedad. Como resultado, las rebanadas tienden a perder frescura, volverse secas y cambiar de sabor. Por lo general, el pan se conserva bien a temperatura ambiente durante varios días.
La miel no debe almacenarse en la nevera, ya que los cambios de temperatura al meterla y sacarla pueden afectar su composición y propiedades, provocando la cristalización y pérdida de calidad. Afortunadamente, la miel es un alimento que se mantiene bien a temperatura ambiente.
Un error común que muchas personas cometen es guardar los tomates en la nevera, pero esto puede afectar su sabor y textura. Y es que la refrigeración detiene su proceso natural de maduración y puede hacer que pierdan parte de su sabor original.
¿Cómo ordenar el frigorífico?
El frigorífico cuenta con distintas zonas diseñadas para conservar diferentes tipos de alimentos de manera óptima, tal y como señala la OCU. Las baldas superiores y la puerta son ideales para almacenar alimentos que no requieren tanto frío, como bebidas, salsas, mermeladas y sobras de comidas cocinadas.
Por otro lado, las baldas intermedias son adecuadas para productos lácteos como quesos y yogures, así como embutidos y otros alimentos similares. En las baldas inferiores, donde la temperatura es más fría, es recomendable colocar productos frescos como carne y pescado para mantenerlos en las mejores condiciones.
Los cajones, que suelen tener una temperatura ligeramente más alta, son perfectos para almacenar frutas y verduras, ya que mantienen una humedad adecuada para su conservación.
Además, algunos modelos de frigoríficos cuentan con cajones especiales de 0 grados, que son ideales para conservar carne y pescado de manera óptima, ya que pueden mantener una temperatura y humedad independiente del resto del frigorífico.
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