Ésta es la razón por la que algunas personas dan calambres: lo dice la ciencia
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A todos nos ha pasado alguna vez: un leve contacto con otra persona o un objeto metálico y sentimos una pequeña descarga eléctrica. Esa chispa inesperada, a veces acompañada de un grito involuntario, no es fruto de la imaginación ni de la casualidad. La ciencia tiene una explicación clara para este fenómeno tan curioso como común.
Estos calambres, más habituales en días de viento o cuando hay cambios bruscos en el tiempo, se deben a la acumulación de electricidad estática. Nuestro cuerpo actúa como un conductor que puede acumular carga eléctrica al interactuar con ciertos materiales, como tejidos sintéticos o suelos con poca humedad. Cuando esa carga encuentra una vía de escape —por ejemplo, al tocar a otra persona o una superficie metálica— se libera en forma de una pequeña descarga.
Durante estas jornadas de cambios meteorológicos, es más frecuente que aparezcan estos efectos. El ambiente seco favorece la acumulación de electricidad estática, y por eso notamos cómo el pelo se eriza o incluso cómo los tejidos saltan al separarse. Aunque pueda parecer algo anecdótico, detrás de estas pequeñas sacudidas hay procesos físicos bien conocidos.
Lo que antes nos resultaba inexplicable, la ciencia lo entiende perfectamente. Y aunque algunas personas son más propensas a acumular carga estática —por el tipo de ropa, el calzado o incluso su hidratación corporal—, todos estamos expuestos a este fenómeno. Una curiosidad cotidiana que, aunque nos pille por sorpresa, tiene mucho de ciencia y poco de magia
Lo dice la ciencia
Vivimos en un mundo en el que la ciencia acaba dando respuesta a todo, o a casi todo. Son tiempos de apostar claramente por ciertas novedades que hasta el momento no habíamos ni tenido en consideración. Son días de ver que podemos empezar a pensar en ciertos fenómenos que pueden llegar a toda velocidad sin esperarlo.
Es momento de apostar claramente por ciertas novedades que quizás nos sorprenden en cuanto a la forma de ver el mundo. Son días de apostar por una serie de procesos que debemos conocer y que quizás acaben siendo un elemento que podemos controlar desde cerca.
La electricidad está en todas partes, podemos notar ese shock o esa pequeña descarga al tocar a alguien. A algunos no nos pasa, pero a otros sí. Dependiendo de con quién conectamos, podemos empezar a sentir estos elementos que, sin duda alguna, pueden ser claves.
La ciencia puede ser capaz de responder a un elemento que parece que llega a toda velocidad y que nos da alguna que otra sorpresa. La respuesta a la pregunta de por qué hay algunas personas que pueden hacernos sentir esa descarga y otras que no, lo dice la ciencia.
La razón por la que algunas personas dan corriente eléctrica
No es que sean una pequeña central eléctrica, pero en esencia, el ser humano depende de esa electricidad que hace que todo funcione a las mil maravillas, siguiendo un ritmo del que todos somos partícipes. Hasta que llega un momento en el que se apaga por completo, como una bombilla o un fusible.
La revista especializada Howstuffworks nos explica la forma en la que funciona esa electricidad que está mucho más presente de lo que nos imaginaríamos. Estos expertos nos explican que: «Sin electricidad, no estarías leyendo este artículo ahora mismo. Y no es porque tu ordenador no funcione. Es porque tu cerebro no funcionaría. Todo lo que hacemos está controlado y habilitado por señales eléctricas que corren a través de nuestros cuerpos. Como aprendimos en la introducción a la física, todo está formado por átomos, y los átomos están formados por protones, neutrones y electrones. Los protones tienen una carga positiva, los neutrones tienen una carga neutra y los electrones tienen una carga negativa. Tenga en cuenta que los propios átomos pueden llevar una carga positiva o negativa. ¿Cómo? Ganando o perdiendo electrones. El flujo de electrones entre átomos es lo que llamamos electricidad. Dado que nuestros cuerpos son enormes masas de átomos, podemos generar electricidad. Cuando hablamos del sistema nervioso enviando «señales» al cerebro, o de las sinapsis «disparando», o del cerebro que nos dice a nuestras manos que se contraigan alrededor de la manija de una puerta, de lo que estamos hablando es de electricidad que transporta mensajes entre el punto A y el punto B. Es algo así como la señal de cable digital que lleva 1s y 0 que entregan episodios de «Law & Order». Excepto en nuestros cuerpos, los electrones no fluyen a lo largo de un cable; en cambio, una carga eléctrica está saltando de una célula a otra hasta que llega a su destino».
Siguiendo con la misma explicación: «La negatividad es el estado de reposo natural de sus células. Está relacionado con un ligero desequilibrio entre los átomos cargados ubicados dentro y fuera de las células. Esos átomos se conocen como iones, y el desequilibrio que acabamos de mencionar prepara el escenario para su capacidad eléctrica. Ahora muchos de los iones en cuestión (no todos, pero… muchos) son átomos de sodio o potasio. Presta atención a estos dos elementos porque están a punto de volverse muy, muy importantes para nuestra discusión. Tanto los iones de potasio como los de sodio llevan una carga positiva. Y cuando su célula no está transmitiendo señales eléctricas, habrá una mayor concentración de iones de sodio fuera de la celda que dentro de la celda. Por otro lado, también tendrás más iones de potasio dentro de la célula que fuera de ella. En general, el espacio que rodea la celda va a tener una carga que es relativamente más positiva que el espacio dentro de la célula. Así que la carga dentro de esta celda será negativa en comparación. Es un estado de ser que los científicos llaman potencial de membrana en reposo de la célula, o RMP. Mientras tanto, la diferencia de carga a cada lado de la membrana de la célula establecerá un gradiente electroquímico entre lo que está dentro de la celda y el área inmediatamente fuera de ella».
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