Desastres naturales

España se arma con satélites para anticipar desastres naturales

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Blanca Espada

España prepara un salto tecnológico que no se verá desde tierra, pero se notará en cada rincón del país. En los próximos años, el Gobierno invertirá 325 millones de euros en la Constelación Atlántica de satélites (ESCA+), un proyecto pensado para anticiparse a incendios, inundaciones y sequías antes de que causen daños graves, tal y como ocurrió precisamente hace un año con la catástrofe de la DANA en Valencia.

La idea no es sólo lanzar satélites, sino crear una red que permita reaccionar con tiempo ante lo que viene del cielo o de la tierra. La Agencia Espacial Española, con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA), coordinará esta iniciativa que unirá a empresas, universidades y centros tecnológicos. Todo con un objetivo muy concreto: tener información precisa y en tiempo real cuando la naturaleza se desborda. Serán tres satélites nuevos, equipados con cámaras ópticas de alta resolución, sensores térmicos, radares de apertura sintética y detectores electromagnéticos. Desde el espacio, enviarán imágenes casi instantáneas sobre incendios, movimientos de agua o cambios en el terreno. En la práctica, una herramienta para prever antes que lamentar.

España invertirá en satélites para prevenir desastres naturales

El proyecto ESCA+ busca dar respuesta a una realidad evidente: el clima está cambiando y los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes. Incendios forestales, lluvias torrenciales, vertidos… Lo que antes era excepcional, ahora ocurre casi cada verano o cada otoño. Con esta constelación, España y Portugal podrán vigilar el territorio en alta resolución y obtener datos continuos para reaccionar antes de que la emergencia sea incontrolable.

Los satélites ofrecerán también información útil para la agricultura y la transición ecológica. Servirán para seguir la evolución de cultivos, calcular ayudas de la Política Agraria Común (PAC) o evaluar el impacto de la sequía. En definitiva, una red que ayudará tanto a quienes trabajan en emergencias como a los agricultores o a los técnicos medioambientales.

Inversión y empleo para el sector aeroespacial español

Los 325 millones de euros de inversión se traducirán, además, en un impulso directo a la industria espacial española. Las empresas encargadas del desarrollo deberán colaborar con universidades, centros de investigación y laboratorios tecnológicos, generando contratos y empleo cualificado en varias comunidades.

El impacto estimado supera los 200 millones de euros entre 2026 y 2027, con especial peso en Andalucía, Madrid, Galicia, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Castilla y León, regiones que concentran la mayoría de empresas del sector. No sólo se busca reforzar la vigilancia climática: también consolidar un tejido industrial propio, capaz de competir en el panorama europeo.

Cómo funcionará la Constelación Atlántica

El modelo ESCA+ no será un proyecto aislado. Se integrará en el sistema europeo de observación terrestre dentro del programa ERS de la ESA y del proyecto EOGS (Earth Observation Governmental System), coordinado por la Comisión Europea. Cada país aportará uno o varios satélites y compartirá los datos con el resto, creando un clúster común de observación.

Los satélites españoles pesarán entre 200 y 250 kilos y estarán equipados con cámaras ópticas de muy alta resolución (VHR), radares de apertura sintética (SAR) y sensores de campos electromagnéticos (ELINT). También incorporarán tecnologías experimentales, como enlaces de comunicación segura entre satélites o sistemas de deorbitado, que permiten retirarlos de la órbita al final de su vida útil para evitar basura espacial.

Con esta red, España dispondrá de una visión permanente del territorio, con imágenes actualizadas cada pocas horas. Y eso, en situaciones de emergencia, puede marcar la diferencia entre actuar a tiempo o llegar tarde.

Una respuesta estructural ante un clima impredecible

Esta inversión forma parte de la Adenda DANA al Plan de Recuperación, aprobada por la Comisión Europea el pasado 19 de septiembre. En total, la adenda moviliza más de 1.240 millones de euros para reforzar la capacidad de los países frente a desastres naturales y reconstruir las zonas dañadas por las últimas tormentas y DANAs.

El objetivo de fondo es claro: evitar que episodios como el de la DANA del 29 de octubre se repitan con el mismo impacto. Los satélites permitirán observar los patrones atmosféricos, anticipar daños y coordinar recursos en caso de emergencia. En lugar de reaccionar cuando la catástrofe ya ha comenzado, la administración podrá prevenir y planificar con antelación.

Una apuesta estratégica por la prevención

Más allá de los datos técnicos, el proyecto tiene un valor simbólico: representa la apuesta de España por la ciencia aplicada a la seguridad y la gestión ambiental. No se trata sólo de observar, sino de proteger. Cada imagen que llegue desde la órbita ayudará a tomar decisiones más rápidas y precisas sobre el terreno.

En un tiempo en el que el clima se ha vuelto imprevisible, esta constelación se puede interpretar como una especie de escudo silencioso. Una especie de avanzadilla de información para a la larga sufrir menos daños, tener más prevención y ser un país más preparado para lo que venga.

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