Paul Wittgenstein y el talento de su mano izquierda
Paul Wittgenstein fue un notable pianista austríaco que nació el 11 de mayo de 1887 y falleció el 3 de marzo de 1961. Pese a haber perdido su brazo derecho en la Primera Guerra Mundial, continuó realizando conciertos gracias a destacados compositores que componían exclusivamente para él.
Wittgenstein tenía la fortuna privada más cuantiosa de toda Europa, y pese a no ser judío, fue considerado como tal, así que todos los activos de la familia tuvieron que ser entregados a los nazis.
Biografía de Paul Wittgenstein
Paul Wittgenstein, hijo del industrial Karl Wittgenstein, nació en Viena. Luego, dos años más tarde, nacería su hermano, Ludwig Wittgenstein, quien sería renombrado filósofo. Su hogar era frecuentado por grandes figuras de la cultura, entre ellos Johannes Brahms, Gustav Mahler y Richard Strauss, con quienes el adolescente Paul interpretaba dúos.
Mientras tanto, estudiaba con Malvine Bree y más adelante estudió con el virtuoso músico polaco Teodor Leszetycki. Debutó en el año 1913 y al año siguiente estalla la guerra y es llamado al servicio militar.
Witthenstein participa en un asalto en Polonia, es herido y capturado por las fuerzas rusas y se le amputa el brazo derecho. Terminada la guerra, resuelve continuar con su carrera de pianista y perfeccionar su técnica para poder tocar el piano solamente con su brazo izquierdo.
Es en esta época que su antiguo maestro, Josef Labor, ahora ciego, escribe piezas para él, que pueden ser interpretadas con una sola mano. También compusieron para Wittgenstein: Benjamín Britten, Paul Hindemith, Erich Wofgang Korngold, Franz Schmidt, Serguéi Prokófiev, Maurice Ravel y Richard Strauss.
Pese a que la familia de Wittgenstein se había convertido al cristianismo hacía ya tres generaciones, las leyes de Nüremberg la clasificaron como judíos. Su hermano Ludwig ya llevaba varios años viviendo en Inglaterra y Paul quería que sus hermanas Helene y Hermine también abandonaran Viena.
Paul parte rumbo a los Estados Unidos de Norteamérica, pues el gobierno nazi no le permitía representar ningún concierto. Los activos de la familia superaban los 6000 millones de dólares estadounidenses y se cree que puede haber sido la fortuna privada más cuantiosa de toda Europa.
Esencialmente, todos los activos de la familia fueron entregados a los nazis a cambio de protección para sus hermanas y del permiso para seguir viviendo en el palacio familiar en Viena.
Esta «donación» fue el sostén financiero principal del régimen alemán y consiguió solventar todos los gastos de las defensas nazis durante la Segunda Guerra Mundial.