Los museos tras el Covid-19

El Museo Thyssen reabre con gran afluencia de público y con la programación de otoño en el aire

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María Villardón

Sábado, 6 de junio. Día de reapertura del Museo Thyssen de Madrid. La cola de visitantes comienza en la puerta, sigue por la Carrera de San Jerónimo y llega casi hasta la puerta del Congreso de los Diputados. Antes de la apertura, detrás de la verja, se podía ver algo de revuelo entre vigilantes, guías de turismo oficiales que querían reivindicar su labor y a los responsables de la institución, Evelio Acevedo y Guillermo Solana, director general y director artístico, respectivamente.

A las 10 horas en punto la pesada verja del Thyssen se ha abierto y ha dejado paso a los primeros visitantes tras la pandemia del coronavirus. El primero de ellos, un chico joven, menudo y moreno vestido con unas bermudas y un polo azul oscuro, ha entrado con esa sonrisa de satisfacción sólo comparable con la de la señora que lleva horas esperando para cazar las mejores rebajas en el mes de febrero.

El ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, hacía acto de presencia pasadas las 10,30 horas y de ahí se iría al Museo Reina Sofía, la última visita museística del eje del Prado. «Es un día muy especial y emotivo que nos manda también un mensaje de esperanza después de unas semanas tan duras. Fíjese en la gente, las ganas que tiene de ir a los museos», comenta el ministro en declaraciones a OKDIARIO haciendo referencia a la gran presencia de ciudadanos que hacen cola para reencontrarse con las obras tras varios meses sin trasiego.

«Los museos tenemos mucha suerte porque tenemos mucho espacio y eso permite que el público pueda circular de forma ordenada por las salas, puedes mover a la gente, algo que, por ejemplo, no pueden hacer los cines o los teatros que lo único que pueden hacer es dejar dos butacas vacías», apunta a OKDIARIO Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen. No obstante, se han dispuesto dispensadores de gel desinfectante en la entrada y en varios puntos más del museo y, por supuesto, es obligatorio el uso de mascarilla, guardar los dos metros de seguridad y usar guantes si se entra en la zona de la tienda.

Su vecino, el Museo del Prado, tenía menos presencia de visitantes en la explanada de entrada porque, a diferencia del Thyssen, el aforo es más pequeño –limitado a 1.800 personas– y, además, no combina la exposición de la colección permanente con la temporal. El Thyssen tendrá un aforo de 100 personas en la muestra temporal de ‘Rembrandt y el retrato en Amsterdam’, pero las salas de la colección permanente dispuestas en tres plantas permiten la circulación de muchas más personas sin peligro de aglomeraciones.

La muestra actual del pinto holandés, asegura el director artístico del Thyssen, se dilatará más en el tiempo y se va a clausurar finalmente el próximo 30 de agosto. «Estamos muy contentos de la reacción de la gente, al principio teníamos algunas dudas, ahora veremos cómo viene la gente los días normales y los fines de semana pagando la entrada porque, además, hemos hecho un gran esfuerzo para prolongar la exposición de Rembrandt», comenta. Eso sí, reconoce que «ha sido más fácil de lo que pensábamos, todos los prestadores y museos han sido muy solidarios y nos han dejado prolongar la muestra. En otras circunstancias sería rarísimo que te dejen conservar durante tres meses todas las piezas».

Las entradas adquiridas vía online para ver la muestra del artista holandés tenían hora de acceso. Algunos de los visitantes tuvieron que posponer la visita, pero otros no han dudado en repetir una vez que la actividad ha regresado. «Lo hemos echado mucho de menos, he seguido todas las actividades que han ofrecido de manera online. De hecho, vine el 9 de marzo a un seminario que hubo de Rembrandt que duró todo el día, pensábamos que no íbamos a poder terminarlo, pero ya estamos de nuevo aquí. Disfrutaremos el arte de otra manera, me emociona cómo la gente se ha animado a venir», explica una Amiga del Museo Thyssen.

En la cola, esperando su turno, también había una pareja que había elegido el Thyssen para hacer la primera actividad en la fase 1 porque ambos eran enfermeros en un centro de salud de Madrid. «Han sido momentos de gran estrés, sobre todo mental, vamos a intentar volver poco a poco a la normalidad, aunque no será fácil», apuntan.

La programación de otoño en el aire

Con respecto a la programación futura, Solana detalla, que la pretensión es llevar a cabo lo que se tenía previsto, por ello, previsiblemente, en el mes de octubre se inaugurará la exposición de ‘La máquina de Magritte’, sin embargo, en las últimas semanas han surgido algunos obstáculos que quizá obliguen al Thyssen a aplazar sus actividades.

«Era más optimista hace algunas semanas, pero están surgiendo algunos problemas con prestadores y también con los precios del transporte porque han subido los precios. Quiero conservar Magritte, que estaba totalmente acabada con todos los préstamos garantizados, pero no estoy seguro de que no tengamos que aplazarla. Nada se va a cancelar, sólo se aplazará. Esta es una situación inédita, pero creo que la desescalada está yendo bastante bien y no está habiendo rebrotes, esperemos que siga así», señala.

Pérdidas de entre 7 y 8 millones de euros

La respuesta del público ha supuesto una alta satisfacción para los responsables del museo, aunque saben muy bien que sin el visitante extranjero –que supone un 60% de la cifra total– las cuentas se van a ver muy resentidas. De hecho, Solana ha asegurado que el impacto negativo ha sido de entre 6 y 7 millones de euros en las cuentas del museo.

«Necesitaríamos recuperar cuanto antes el pulso, pero no es tan fácil, sobre todo no preocupa EEUU porque en Europa se han recuperado un poco los ritmos, pero EEUU está aún muy sumida en la pandemia –tienen a día de hoy casi 110.000 fallecidos– y no sabemos qué nos dirán cuando todo reabra. En este momento, EEUU es una X», detalla.

Añade, además, que este verano el turismo de EEUU «va a ser una masacre» y los turistas americanos «son muy importantes para nosotros porque vienen en verano y bajo cualquier condición». Ahora, sin embargo, como muchos otros sectores, el museo depende del, visitante local. «Espero que los españoles hagamos un esfuerzo de salir, ir a los sitios y recuperar poco a poco la vida. La rueda, el ritmo de la vida», explica.

Las reivindicaciones de los guías oficiales de turismo

Esta reapertura también ha contado con la presencia de los guías oficiales de turismo de la Comunidad de Madrid que no han querido dejar pasar la oportunidad de dar visibilidad a su labor frente a lo que consideran intrusismo: los ‘free tour’ e iniciativas semejantes.

«Es un día muy bonito, los museos abren, pero aún no podemos trabajar por ley hasta la fase 3, nos parece lógico, además, cada museo tiene su legislación y por ahora no podemos hacer visitas guiadas. Hasta cierto punto lo entendemos, estamos al principio de esta nueva normalidad que la llaman». Como otros muchos sectores, el trabajo diario de los guías también se han visto afectados por la falta de turistas. «En estas semanas no hemos nada, sólo la ayuda del Gobierno por cese de actividad por causa mayor, es obvio, no hay turistas, pero eso es todo».

Las previsiones que manejan, de todos modos, no son demasiado optimistas y así lo explica Vidal: «Con respecto al turismo nacional –por favor, españoles, contratad los servicios de los guías de turismo locales y oficiales a través de su asociación– esperamos que vuelva ya en el mes de julio nos dejarán viajar entre comunidades y, con respecto al turismo internacional tardará más en llegar. Siendo optimistas en otoño, siendo realistas en 2021».

@MaríaVillardón

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