Ximo Puig eliminó la doble lectura de mamografía cuando miles de mujeres no tenían ni la primera
La segunda lectura fue suprimida en marzo de 2023 y reinstaurada a finales de ese mes por la presión de los médicos
La Consejería de Sanidad investiga ahora posibles irregularidades en la gestión del cribado del cáncer
El Gobierno valenciano que presidía el socialista Ximo Puig prescindió en marzo de 2023, hace ahora casi un año, de la segunda lectura de las mamografías de prevención en el cáncer de mama, alegando entonces que no disponía de suficiente personal. Todo ello, a pesar de que, según ha revelado este lunes la propia Consejería de Sanidad valenciana, ahora dirigida por el popular Marciano Gómez, sólo se invitó a participar en el programa a algo menos de 250.000 de las 410.000 que por rango de edad deberían hacerlo. Es decir, que en torno a 160.000 mujeres valencianas se quedaron no sólo sin la segunda lectura de sus mamografías, sino también, sin la primera.
El caos que imperó en la sanidad valenciana durante toda los gobiernos de Ximo Puig sigue aflorando aún meses después del relevo de aquel Ejecutivo. El último caso que ha puesto las miradas en aquella gestión ha sido el derivado de la denuncia de la nueva Consejería de Sanidad del Gobierno de Carlos Mazón, que ha puesto en marcha una investigación ante la sospecha de posibles irregularidades en la gestión de los cribados de cáncer.
Los indicios son tales que la propia inspección de la Generalitat, tal como ha publicado este lunes OKDIARIO, está ya en la tarea de evaluar de modo exhaustivo la gestión de la Dirección General de Salud Pública.
El Gobierno de Ximo Puig suprimió la segunda lectura de las mamografías según adelantó el 2 de marzo de este 2023 OKDIARIO. Y tuvo que reinstaurarla el 30 del mismo mes ante el monumental escándalo que generó aquella decisión, la presión de los médicos y del Partido Popular, entonces en la oposición. Desde donde Carlos Mazón había exigido, ya ese mismo 2 de marzo, que se reimplantara esa segunda lectura de las mamografías.
Tal fue el impacto que causó entonces la supresión de aquella segunda lectura de las mamografías en el hoy presidente de la Generalitat, el mencionado Carlos Mazón, que aún meses después de aquello manifestó que lo ahorrado con su reforma y adelgazamiento de la Administración valenciana, los cargos públicos, equivalían a lo que cuestan 500.000 mamografías.
La supresión de la doble lectura de las mamografías por el Gobierno de Ximo Puig se conoció en el mismo momento que dos sindicatos, CESM-CV y Simap ponían en marcha sendas huelgas. La sanidad valenciana estaba entonces dirigida por Miguel Mínguez, a quien Ximo Puig había nombrado como relevo de Ana Barceló.
«Grave déficit de inversión»
Este lunes, el consejero de Sanidad del nuevo Gobierno de Carlos Mazón, Marciano Gómez, hacía público que su Consejería investiga posible irregularidades en la gestión de cribado de cáncer en los últimos años. Y, uno de esos cribados bajo sospecha, es el que hace referencia al cáncer de mama. Y lo hacía, además, en un documento en que se citaban, entre otras cuestiones: un «grave déficit de inversión» en el mantenimiento y renovación de mamógrafos «obsoletos». Una circunstancia que según la misma Consejería suponía, a su vez «múltiples errores en el funcionamiento de los equipos que obligan a paralizar la actividad de la Unidad de Prevención de Cáncer de mama (UPCM) afectada en cada error».
Y, agregaba que existe un déficit de personal que tildaba de «alarmante», ya que la actual plantilla estructural cuenta «con sólo 15 radiólogos en activo para las 24 UPCM, que atienden alrededor del 35% de las lecturas anuales de las mamografías».
A esta cuestión es a la que señalan algunas fuentes como motivo de la eliminación de la segunda lectura de las mamografías en aquellos días de marzo de 2023. No se podía sobrecargar más un sistema obsoleto, con poco personal y con un exceso de trabajo.
Falta de cobertura
De hecho, la nueva Consejería de Sanidad agregaba que en los últimos ocho años o, lo que es lo mismo, en toda la etapa de gobierno de Ximo Puig, «no se ha dado cobertura, ni se ha establecido ninguna reorganización del programa para cubrir las necesidades del mismo» y una cantidad que cuantifica en el 60% de las lecturas se realizaban «por el personal de plantilla en jornada extraordinaria».
La normativa que regulaba ese programa fue derogada en mayo de 2023, justo en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas. Y se incluyó en el acuerdo de módulos de ese año toda la actividad que «siendo estructural, se realizaba como actividad extraordinaria al tener que ser asumida por una plantilla insuficiente». La actual consejería de Sanidad concluye que se dejó el programa «sin regulación específica sobre la gestión de su actividad de lecturas de mamografías y su correspondiente retribución».
El programa, en suma, carecía de la estructura que necesitaba para hacer frente a la demanda. Y, así, «lejos de invitar a participar a las 410.000 mujeres que por rango de edad deberían hacerlo, se invita, realmente, a 250.000», según ha denunciado Marciano Gómez. Esa es la causa de que se acumulen, según la Consejería, retrasos de hasta 3 y 4 años para invitar a esas mujeres, a partir de los 45 años, y de que exista un retraso de hasta 2 años para las mamografías de las mujeres que ya están integradas en el programa.
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