Doble rasero de Puig: su Gobierno rechaza retirar una ley con otros 4 impuestos a los valencianos
Un Puig en modo electoral anuncia que el lunes aprobará la reforma fiscal que avanzó hace 3 semanas
Puig sigue sin bajar impuestos pese a llevar recaudados 1.800 millones de euros más que hace un año
La ley de cambio climático del Gobierno del socialista Puig esconde más sablazos fiscales al Turismo
El Gobierno valenciano que preside el socialista Ximo Puig y que conforman, junto al PSOE, la coalición nacionalista Compromís y Podemos, ha rechazado con sus votos las enmiendas a la totalidad presentada por el Partido Popular y Vox al anteproyecto de ley de cambio climático, que incluye nada menos que 4 nuevos impuestos. En esta ocasión al Ejecutivo valenciano le han respaldado, también, los diputados autonómicos de Ciudadanos. PP y Vox exigían, además, la retirada de la ley, que no se ha producido.
Todo ello, en paralelo al anuncio del presidente valenciano, también hoy, de aprobar el próximo lunes su reforma fiscal anunciada hace 23 días en el Pleno de Política General de la Autonomía. Por tanto, mientras que los socialistas por un lado plantean una bajada de impuestos por otro apoyan la imposición de más gravámenes en el territorio.
En concreto, el citado proyecto de ley de cambio climático, impulsado desde la Consejería que dirige Mireia Mollà (Compromís), prevé la implantación de los impuestos sobre emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica, emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera procedentes de instalaciones y grandes establecimientos comerciales.
Pero, además, incluye también el «estudio de la introducción de instrumentos de tipo de fiscal de carácter finalista en términos de mejora del entorno natural, urbano u otros, que repercutan en la demanda de servicios turísticos», lo que de facto supone el canal de entrada de nuevas tasas e impuestos relacionados con el sector turístico, así como abre la posibilidad de otra vía de entrada e implantación en todo el territorio de la denominada tasa turística. Un impuesto sobre las pernoctaciones en establecimientos turísticos reglados que gravará también a los propios valencianos cuando pernocten en este tipo de alojamientos.
La única excepción que han hecho los socialistas en este caso es la del debate con sus socios acerca de unas enmiendas para reducir el impacto en algunos sectores, como la cerámica.
De este modo, se da la paradoja de que mientras Ximo Puig anunciaba a bombo y platillo apenas hace unas horas que el lunes, en un Pleno extraordinario, el Gobierno valenciano aprobará su reforma fiscal, sólo poco después, su grupo apoyaba una ley que encierra nuevos impuestos. La pregunta ahora es si esa reforma fiscal de Ximo Puig, valorada en 150 millones de euros será suficiente para paliar el futuro incremento de la imposición fiscal que conllevarán los nuevos gravámenes y los ya existentes.