Envejecimiento

Ya es oficial: algunas personas de 80 años tienen el cerebro de una de 50, y los científicos ya saben por qué

personas de 80 años
Tomografías de un cerebro. Foto: Pexels.

Que algunas personas de 80 años conserven habilidades cognitivas semejantes a las de alguien de 50, obviamente desafía lo que tradicionalmente se espera del envejecimiento. Esto salió a la luz tras una investigación que tuvo como objeto de análisis a usuarios con capacidades de memoria inusuales.

Desde luego, los científicos han acuñado términos específicos para describir a quienes presentan este perfil. Comprender por qué estas personas mayores lograron mantener funciones cerebrales avanzadas podría ofrecer pistas sobre cómo retrasar o prevenir el deterioro cognitivo asociado a la edad.

¿Por qué algunas personas de 80 años tienen el cerebro de una de 50?

El concepto de superager se refiere a personas de 80 años o más cuya memoria episódica es comparable a la de individuos tres décadas más jóvenes. El estudio más reciente, publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, recopila 25 años de investigación clínica y neuropatológica del Centro de Enfermedad de Alzheimer de la Universidad Northwestern.

Estos individuos no sólo destacan por su capacidad de recordar eventos pasados, sino que también presentan un perfil cerebral particular. La corteza cingulada anterior, vinculada a la toma de decisiones y la regulación emocional, suele ser más gruesa que en personas más jóvenes.

Además, cuentan con más neuronas relacionadas con la interacción social y células entorrinales más grandes, esenciales para la memoria.

Factores cerebrales que explican la diferencia

El estudio identifica dos mecanismos principales que permiten a algunas personas de 80 años mantener su memoria intacta: resistencia y resiliencia. Cada parámetro se entiende de distinta manera:

  • Resistencia: algunos individuos no desarrollan las proteínas asociadas al Alzheimer, como placas amiloides o ovillos de tau, evitando así el daño neuronal.
  • Resiliencia: otros presentan estas proteínas, pero su cerebro logra compensar los efectos, manteniendo la función cognitiva.

A nivel estructural, los cerebros de estas personas no muestran el adelgazamiento cortical típico del envejecimiento, lo que contribuye a preservar la memoria.

La densidad de neuronas von Economo, asociadas a la evolución del comportamiento social, también es mayor, indicando que los cambios celulares están relacionados con aspectos tanto cognitivos como sociales.

El papel del estilo de vida y sociabilidad en el cerebro de algunas personas de 80 años

Aunque no hay un patrón único de hábitos saludables entre las personas de 80 años con memoria joven, sí se observa un rasgo común: una intensa vida social. Mantener relaciones interpersonales activas y describirse como personas sociables y emocionalmente conectadas parece correlacionar con la preservación cognitiva.

Otros factores, como la actividad física o la dieta, presentan variaciones entre los superagers. Sin embargo, la interacción social constante podría influir en la plasticidad cerebral y la resiliencia frente al envejecimiento neuronal.

Esto coincide con estudios previos que sugieren que la participación social puede retrasar el deterioro cognitivo.

Donaciones cerebrales y avances científicos al respecto

El seguimiento de estas personas de 80 años se ha beneficiado de la colaboración de quienes aceptan donar su cerebro tras la muerte. Hasta la fecha, 77 cerebros han sido analizados post mortem, lo que ha permitido comprobar la presencia de proteínas relacionadas con el Alzheimer sin que necesariamente se afecte la memoria.

Los hallazgos obtenidos gracias a estas donaciones han ayudado a definir un perfil neurobiológico distintivo de los superagers, y a explorar posibles estrategias de intervención para mantener la función cerebral en la vejez.

Según Tamar Gefen, directora del Laboratorio de Neuropsicología Traslacional de Northwestern, «la donación cerebral permite descubrimientos incluso después de la muerte, ofreciendo una forma de inmortalidad científica».

El objetivo final de esta investigación no es sólo entender por qué algunas personas de 80 años conservan la memoria, sino utilizar ese conocimiento para diseñar métodos de prevención frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia frontotemporal.

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