Vera Rubin: la astrónoma que confirmó la existencia de la materia oscura
Vera Rubin: conoce a la astrónoma que confirmó la existencia de la materia oscura en el universo.
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Vera Rubin fue una de las astrónomas más influyentes del siglo XX. Su principal aporte es el de haber aportado evidencias esenciales sobre la existencia de la materia oscura. Esta es su historia.
Biografía de Vera Rubin
Vera Florence Cooper Rubin nació el 23 de julio de 1928 en Filadelfia, Pensilvania, y creció en Washington, D.C. Se graduó en astronomía en el Vassar College en 1948. En 1951 obtuvo una maestría en la Universidad de Cornell y en 1954, completó su doctorado en la Universidad de Georgetown.
En 1965, Rubin se unió al Departamento de Magnetismo Terrestre de la Institución Carnegie en Washington, D.C., donde trabajó durante el resto de su carrera.
Fue una de las pocas mujeres astrónomas de su tiempo y enfrentó discriminaciones como la prohibición de usar ciertos telescopios, pero logró superar estas barreras. Murió el 25 de diciembre de 2016.
Descubrimiento de la materia oscura
El mayor logro de Vera Rubin fue proporcionar evidencia empírica de la materia oscura. Esta es una sustancia invisible que constituye aproximadamente el 27% de la masa-energía del universo.
Rubin observó que las estrellas en los bordes de las galaxias rotaban a velocidades similares a las cercanas al centro, lo cual contradecía las leyes de la física clásica. Este fenómeno sugería la presencia de una masa invisible que generaba la gravedad adicional necesaria para mantener estas velocidades.
Rubin y Ford analizaron decenas de galaxias, confirmando que esta masa invisible, más tarde llamada materia oscura, era común en el universo. Sus hallazgos fueron publicados en los años 70 y 80 y transformaron la cosmología.
Investigaciones y observaciones astronómicas
Vera Rubin también realizó aportes significativos en otros ámbitos de la astronomía. En su tesis doctoral, señaló que las galaxias forman estructuras a gran escala. Esta idea anticipó el descubrimiento de filamentos y muros cósmicos en la estructura del universo.
Su trabajo con Kent Ford en el desarrollo de espectrógrafos sensibles permitió hacer mediciones precisas de las velocidades estelares. Así mismo, estudió las galaxias de baja luminosidad y la rotación diferencial. Esto ayudó a comprender cómo la distribución de masa afecta la formación y evolución galáctica.
Rubin también abogó por las observaciones inclusivas, promoviendo el acceso de las mujeres a telescopios como el de Palomar, al que inicialmente se le negó acceso por su género.
Reconocimientos y premios científicos
Vera Rubin no recibió el Premio Nobel, algo que muchos consideran una injusticia. Sin embargo, en 1993, recibió la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos, el mayor honor científico del país.
En 1996, se convirtió en la segunda mujer en recibir la Medalla de Oro de la Real Sociedad Astronómica de Londres, después de Caroline Herschel. Otros reconocimientos fueron el Premio Gruber de Cosmología, el Premio Dickson en Ciencia y la Medalla Catherine Wolfe Bruce.
Fue elegida miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en 1981. También recibió doctorados honorarios de universidades como Harvard, Yale y Princeton. Su trabajo inspiró la creación del Premio Vera Rubin para mujeres jóvenes en Astronomía.
Legado de Vera Rubin en astronomía y ciencia actual
El legado de Vera Rubin es inmenso, tanto en la ciencia como en la promoción de la igualdad. Su confirmación de la materia oscura revolucionó la cosmología. Los modelos actuales del universo, que incluyen materia oscura y energía oscura, se basan en gran medida en sus observaciones.
Así mismo, dejó una huella como defensora de las mujeres en la ciencia. Fue mentora de jóvenes científicas, abogó por entornos inclusivos y desafió los prejuicios de género. Su historia ha inspirado a varias generaciones de mujeres en STEM.
Culturalmente, Rubin ha sido homenajeada en documentales, libros y exposiciones. El Observatorio Vera C. Rubin, anteriormente conocido como el Gran Telescopio de Rastreo Sinóptico, lleva su nombre y será clave para futuros estudios sobre la materia oscura y la energía oscura. Su vida también ha inspirado iniciativas educativas que promueven la astronomía entre los jóvenes.
El legado
Aunque el concepto ya había sido sugerido por otros científicos, fue el trabajo sistemático y meticuloso de Rubin el que proporcionó la evidencia observacional más sólida. Sus curvas de rotación galáctica se convirtieron en una prueba contundente de que la mayor parte de la materia del universo no emite luz ni radiación detectable con los instrumentos convencionales. Este hallazgo revolucionó la cosmología, planteando nuevos interrogantes sobre la composición y el destino del cosmos.
Más allá de su investigación, Vera Rubin se distinguió por su compromiso con la igualdad de género en la ciencia. Defendió el derecho de las mujeres a participar plenamente en la investigación y fue mentora de numerosas astrónomas jóvenes. Su propia carrera es un testimonio de perseverancia frente a la discriminación y una inspiración para futuras generaciones.
El legado de Rubin es, por tanto, doble: científico y humano. En lo científico, sus observaciones cimentaron la idea de que la materia oscura constituye alrededor del 27% del universo, un enigma que aún guía la investigación cosmológica. En lo humano, demostró que la pasión por el conocimiento no tiene género y que la diversidad fortalece la ciencia. Su vida y obra nos recuerdan que comprender el universo requiere no solo telescopios y cálculos, sino también visión, valentía y equidad.
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Temas:
- Astronomía