Todo lo que se sabe sobre el animal mitad alienígena mitad gamba que deja a la ciencia sin palabras

El océano es uno de los lugares más misteriosos de la Tierra. Sus profundidades, alejadas de la luz solar y sometidas a condiciones extremas de presión y temperatura, albergan seres sorprendentes que desafían las leyes de la biología tal como las conocemos. Recientemente, una expedición realizada en la Fosa de Atacama, situada en la costa de Chile, ha permitido el descubrimiento de un animal que parece provenir de otro mundo. Este hallazgo no sólo ha sorprendido por la naturaleza única de la especie, sino también por su capacidad de adaptación a un entorno tan inhóspito.

La criatura, conocida como «Dulcibella camanchaca», es un crustáceo de aproximadamente cuatro centímetros de longitud. A pesar de su pequeño tamaño, este depredador de las profundidades puede capturar presas que superan su tamaño, demostrando una adaptabilidad excepcional en un ambiente tan extremo. Lo que hace aún más interesante a «Dulcibella camanchaca» es su lugar de origen: la Fosa de Atacama, un entorno donde la vida, aparentemente, no podría prosperar debido a la total oscuridad y la aplastante presión a más de 7.000 metros de profundidad.

El crustáceo depredador de la Fosa de Atacama

La Fosa de Atacama, situada en el océano Pacífico, es una de las regiones más profundas del mundo, con una profundidad que supera los 7.900 metros en algunos puntos. Esta fosa ha sido un zona de gran interés para los científicos debido a las condiciones extremas que presenta: una oscuridad total, temperaturas cercanas al punto de congelación y una presión que es más de 800 veces mayor que la presión atmosférica a nivel del mar.

En un ambiente tan extremo, se han encontrado diversas especies que han evolucionado para sobrevivir en condiciones donde la vida en la superficie sería inviable. Lo que distingue a «Dulcibella camanchaca» de otras especies similares es su capacidad para cazar de manera activa, a diferencia de la mayoría de los anfípodos que habitan en la Fosa de Atacama, los cuales son principalmente carroñeros. Este comportamiento depredador es un rasgo poco común en las profundidades del océano, donde los recursos alimenticios son limitados y la competencia por ellos es feroz.

Los científicos que realizaron el descubrimiento de esta especie pertenecen a dos instituciones de renombre internacional: la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) y el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), de Chile.

En una expedición reciente a bordo del R/V Abate Molina, utilizaron vehículos robóticos y trampas autónomas para descender a las profundidades de la fosa y recolectar muestras de la fauna marina. Fue durante esta expedición cuando descubrieron por primera vez a «Dulcibella camanchaca», un hallazgo que ha abierto nuevas preguntas sobre la vida en las zonas más remotas del océano.

«Dulcibella camanchaca es una depredadora de natación rápida al que bautizamos con el nombre de «oscuridad» en las lenguas de los pueblos de la región de los Andes para significar el océano profundo y oscuro del que depreda», explicó la coautora principal del estudio, la Dra. Johanna Weston, ecóloga hadal del WHOI, en un comunicado.

Ciencia hadal

El hallazgo de «Dulcibella camanchaca» es un claro ejemplo de la importancia de la ciencia hadal, una disciplina que se dedica al estudio de las regiones más profundas del océano y está ganando cada vez más relevancia debido a los avances en la tecnología de exploración marina.

Explorar estos entornos requiere de equipos especializados como vehículos subacuáticos controlados a distancia, que son capaces de resistir las intensas presiones y temperaturas del fondo marino. Estos vehículos permiten a los científicos recolectar muestras, estudiar la fauna marina y, en muchos casos, descubrir especies previamente desconocidas, como «Dulcibella camanchaca».

El descubrimiento de esta criatura tiene importantes implicaciones tanto para la ciencia como para la conservación. Este tipo de hallazgos subraya la importancia de continuar explorando los rincones más remotos de nuestro planeta, donde la vida, lejos de extinguirse, sigue adaptándose a nuevas condiciones.

Además, pone de relieve la necesidad de proteger estos ecosistemas, que son vulnerables a los efectos del cambio climático, la contaminación y la explotación de los recursos marinos. La biodiversidad de las profundidades oceánicas, aunque aún poco comprendida, es un componente crucial para mantener el equilibrio ecológico de nuestro planeta.

A medida que avanzamos en el estudio de estos ecosistemas remotos, descubrimos no sólo nuevas especies, sino también nuevos procesos biológicos que podrían tener aplicaciones en áreas como la biotecnología, la medicina y la conservación de la biodiversidad. Este tipo de investigaciones tiene el potencial de abrir nuevas fronteras en la ciencia y la tecnología, mientras nos recuerda que aún queda mucho por descubrir en las profundidades de nuestro propio planeta.

El hallazgo de «Dulcibella camanchaca» es un recordatorio de que la Tierra sigue siendo un lugar lleno de sorpresas y misterios por descubrir. A medida que la ciencia avanza y la tecnología mejora, nos damos cuenta de que el océano sigue guardando secretos que podrían cambiar nuestra comprensión del mundo natural.