¿Sabías que el insomnio es un factor de riesgo para la diabetes de tipo II?
¿Sabes por qué es el insomnio un factor de riesgo para la diabetes de tipo II? Aquí te contamos algunos datos muy interesantes.
La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no produce suficiente hormona insulina o cuando el organismo no es capaz de utilizarla de forma eficaz. Se conocen numerosos factores de riesgo para esta patología, siendo el insomnio uno de ellos. De hecho, la probabilidad de desarrollarla se incrementa significativamente en quienes sufren de trastornos del sueño.
¿Cuál es la relación entre el insomnio y la diabetes?
En la actualidad, hay numerosas evidencias de que los trastornos del sueño y la diabetes de tipo II están estrechamente relacionados. Por un lado, se observa que alrededor de 40% de las personas con esta patología, tienen dificultades para preservar la calidad del sueño.
Por otro lado, se calcula que quienes habitualmente duermen menos de seis horas tienen el doble de riesgo de desarrollar diabetes de tipo II. Se trata, entonces, de una vía de doble mano, ya que los pacientes con diabetes de tipo II son más propensos a padecer trastornos del sueño, a la vez que el insomnio es un factor de riesgo para la diabetes de tipo II.
Al contrario de lo que tendemos a pensar, no es necesario sufrir de insomnio crónico para quedar más predispuesto a esta enfermedad. Todo lo contrario: se observa que la restricción del sueño a cuatro duras durante seis días consecutivos es suficiente para reducir la tolerancia a la glucosa y facilitar la producción de picos glucémicos en el organismo.
¿Por qué el insomnio es un factor de riesgo para la diabetes de tipo II?
Nos queda entender, entonces, por qué los trastornos del sueño aumentan la predisposición a la diabetes de tipo II. Ello ocurre porque, cuando estamos en estado de vigilia (despiertos), se incrementan los niveles de dos hormonas que antagonizan los efectos de la insulina. Nos referimos al cortisol (la llamada “hormona del estrés) y a la hormona del crecimiento (somatropina).
Cuando no dormimos lo suficiente, estas hormonas permanecen circulando en abundancia por nuestro organismo. Además, tendemos a producir otras sustancias que aumentan la resistencia a la insulina, como la proteína C-reactiva.
Las personas con insomnio también tienden a ralentizar la secreción de leptina, conocida como “hormona de la saciedad”. En consecuencia, pueden tener más dificultades para gestionar un peso saludable y se tornan más propensas a la obesidad (que es otro factor de riesgo para la diabetes de tipo II).
Por otro lado, si logramos dormir bien en las noches, generamos condiciones favorables en nuestro organismo, para que el páncreas pueda regular los niveles insulínicos en la sangre. Además, el sueño es clave en la manutención de un metabolismo estable y el fortalecimiento del sistema inmune.
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