Nuevas investigaciones sobre la relación entre el clima y la migración humana

La migración humana mundial solía estar impulsada históricamente por factores como, los conflictos políticos, las tendencias demográficas divergentes y la desigualdad de ingresos. Pero está cada vez más demostrado que el impacto del cambio climático está empujando a más personas a trasladarse a otros lugares, convirtiéndose en otro motor de la migración, tanto interna como entre las distintas fronteras.

Los efectos de la crisis climática no afectan a todas las poblaciones por igual. De acuerdo a los estudios recientes, son las comunidades más empobrecidas las que están más expuestas a los riesgos (como inundaciones o sequías) y, por lo tanto, las que se ven obligadas a abandonar sus hogares.

¿Qué es la migración climática?

En 2019, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) incluyó un nuevo término a su glosario para definir la relación entre el clima y la migración humana: la migración climática. La misma hace referencia al desplazamiento de una persona o grupos de personas que, motivadas por razones de cambio súbito o progresivo del medio ambiente a causa del cambio climático, se ven obligadas a abandonar su lugar de residencia, ya sea temporal o permanentemente.

En el contexto actual, las migraciones climáticas se consideran movimientos forzados de la población. A menudo, los efectos de las sequías que destruyen los cultivos, la escasez de agua dulce debido a la intrusión salina por la elevación del nivel del mar y los fenómenos climáticos como los ciclones, obligan a las familias a desplazarse a otros lugares más prósperos para poder trabajar y subsistir.

En ocasiones, se trata de desplazamientos o reubicaciones (planificadas o no) de comunidades enteras, como ocurre en Alaska, en las pequeñas islas del Pacífico, como por ejemplo en Fiji, o en el mar Caribe, por ejemplo, en Panamá.

Los efectos de la crisis climática y la migración humana

Las migraciones climáticas son un fenómeno complejo que abarcan todo tipo de desplazamientos, internos, internacionales, temporales, permanentes, cíclicas e incluso posibles casos de apatridia.

Muchos de estos desplazamientos ocurren en el contexto de impactos climáticos de desarrollo lento, como la sequía, el deshielo o la subida del nivel del mar. Estos cambios merman la seguridad alimentaria y el acceso al agua de las comunidades, lo que provocan que muchas personas tengan que desplazarse para encontrar mejores condiciones de vida. Esto está ocurriendo en las zonas rurales de Bangladesh y en la provincia de Khuzestan en Irán.

Las migraciones climáticas también se producen ante fenómenos repentinos, como huracanes e inundaciones. Un ejemplo de ello, son los cinco millones de personas que fueron evacuadas en mayo de 2020 debido a las consecuencias del ciclón Amphan en Bangladesh, India, Myanmar y Bután.

Si bien se tratan de traslados de cortas distancias que ocurren dentro de los países, suelen afectar a un gran número de personas que muchas veces no pueden regresar a sus hogares. En ocasiones, también se producen traslados internacionales provocados directa e indirectamente por los impactos de la crisis climática.

Las migraciones climáticas en cifras

Los desplazamientos de poblaciones motivados por la crisis climática, los conflictos y la pobreza están aumentando exponencialmente. A finales del 2020, la migración mundial alcanzó la alarmante cifra de 82,4 millones de personas. Según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) esta es “la mayor cifra jamás alcanzada históricamente”, pues casi duplica la cifra registrada en la década anterior.

En ese mismo año se registraron 40,5 millones de nuevos desplazamientos en 149 países y territorios, una cifra récord según el informe de 2021 del Centro para el Monitoreo de los Desplazamientos Internos (IDMC). El 75% de estos desplazamientos fueron a causa de desastres, es decir, 30,7 millones de desplazamientos en 2020 estuvieron relacionados con fenómenos y eventos meteorológicos y climáticos.

Según los dos informes “Groundswell” del Banco Mundial, se estima que, en el peor de los escenarios climáticos, más de 140 millones de personas emigren dentro de sus países a causa de las condiciones climáticas en 2050. Esta situación podría ocurrir en seis regiones del mundo (África Subsahariana, Asia Meridional, América Latina, Asia Oriental y el Pacífico, África del Norte, Europa Oriental y Asia Central) si no se toman las medidas necesarias para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Proyecciones Futuras: ¿Hacia Dónde Vamos?

Modelos climáticos han sido utilizados para proyectar el futuro de la migración humana. Según un estudio publicado en la revista «Nature», se estima que para el año 2050 hasta 200 millones de personas podrían verse obligadas a abandonar sus hogares debido a los efectos del cambio climático. Este fenómeno, conocido como «migración climática», plantea desafíos significativos para los gobiernos y las políticas de inmigración en todo el mundo.

Ante este escenario, surge la necesidad de prestar más atención a la migración climática, pues la falta de información y de mecanismos jurídicos de protección deja a muchas personas expuestas a riesgos climáticos en situaciones de inseguridad y gran vulnerabilidad.

Conclusión

A medida que los fenómenos climáticos extremos aumentan, también lo hace la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva para proteger a las comunidades vulnerables y gestionar la migración de manera justa. Es imperativo que la comunidad internacional colabore para desarrollar soluciones sostenibles que mitiguen el impacto del cambio climático y promuevan la resiliencia de las comunidades afectadas.

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