La NASA encuentra algo extrañísimo en Plutón: los científicos se echan las manos a la cabeza
Este hallazgo abre nuevas posibilidades para estudiar el Cinturón de Kuiper
Explorando los confines del sistema solar: ¿qué nos espera más allá de Plutón?
Gran hallazgo: encuentran en el fondo del mar un submarino desaparecido en misión secreta hace 80 años
La NASA manda un aviso importante sobre el futuro de España: ésto es lo que va a pasar en estas zonas
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha hecho un descubrimiento fascinante sobre la superficie de Caronte, la luna más grande de Plutón, al identificar nuevos compuestos químicos. A través de observaciones detalladas realizadas entre 2022 y 2023, se detectaron dióxido de carbono (CO2) y peróxido de hidrógeno (H2O2). Estos hallazgos amplían el inventario químico de Caronte, que previamente incluía agua en forma de hielo y otros compuestos orgánicos. El CO2 encontrado en la superficie de Caronte sugiere que proviene de una fuente subterránea, siendo expulsado hacia la superficie por cráteres. Esto contrasta con teorías anteriores sobre la composición de la luna, y proporciona nuevas perspectivas sobre su historia geológica y la de otros objetos en el Cinturón de Kuiper.
Por otro lado, el peróxido de hidrógeno, formado por la radiación ultravioleta que afecta el agua congelada, indica que la superficie de Caronte experimenta intensos procesos de radiólisis, lo que podría ofrecer claves para comprender cómo interactúan estos compuestos en cuerpos helados distantes. Estos descubrimientos podrían tener implicaciones más amplias sobre la formación y evolución de los objetos en el Cinturón de Kuiper y otros cuerpos helados en el sistema solar, redefiniendo nuestra comprensión del sistema solar exterior.
Descubrimiento de la NASA en la luna más grande de Plutón
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha realizado un hallazgo significativo al detectar dióxido de carbono (CO2) y peróxido de hidrógeno (H2O2) en la superficie de Caronte, la luna más grande de Plutón. Estos descubrimientos, publicados en la revista Nature Communications, amplían la comprensión sobre la composición química de éste misterioso satélite, que había sido estudiado previamente por la misión New Horizons en 2015. Aunque se conocían componentes como agua helada, amoníaco y algunos compuestos orgánicos, los nuevos hallazgos proporcionan información crucial para entender mejor la evolución de Caronte y su entorno en el Cinturón de Kuiper.
El dióxido de carbono detectado en la superficie de Caronte parece tener su origen en capas subterráneas. Este gas probablemente ha sido liberado debido a los impactos de meteoritos, que han creado cráteres y expuesto material del interior de la luna. Estos cráteres han expuesto capas subterráneas ricas en CO2.
La investigación sugiere que el dióxido de carbono presente en la superficie de Caronte proviene del interior del satélite, donde pudo haber quedado atrapado en capas subterráneas. Este gas habría sido liberado hacia la superficie durante los impactos que formaron cráteres, dejando al descubierto material subterráneo. Además, se plantea que esta capa de CO2 podría ser un vestigio del disco protoplanetario que dio origen al sistema de Plutón.
El hallazgo de peróxido de hidrógeno en la superficie de Caronte es igualmente importante. Este compuesto se forma cuando las partículas energéticas, como los protones y fotones del Sol, interactúan con el agua helada de la luna, produciendo una reacción llamada radiolisis. El peróxido de hidrógeno es un subproducto de la descomposición del agua, lo que sugiere que Caronte está sometida a intensas dosis de radiación ultravioleta y partículas del viento solar y los rayos cósmicos. Esta irradiación afecta la química de la superficie, alterando sus compuestos.
Las observaciones del JWST, que fueron realizadas con su espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec), permitieron obtener datos detallados de la superficie de Caronte en longitudes de onda más largas que las observadas en investigaciones anteriores. Gracias a esta capacidad de observación avanzada, los científicos pudieron identificar tanto el dióxido de carbono como el peróxido de hidrógeno, además de confirmar la presencia de hielo de agua cristalino y amoníaco, compuestos previamente detectados por otras misiones.
El análisis de estos datos abre nuevas posibilidades para estudiar el Cinturón de Kuiper y los objetos transneptunianos (TNO) de tamaño mediano. A diferencia de otros cuerpos más grandes en esta región, como los que contienen metano, la superficie de Caronte no está oscurecida por hielos altamente volátiles. Esto permite que la luna sirva como un laboratorio natural para estudiar los efectos de la exposición a la luz solar y la formación de cráteres en cuerpos distantes.
Este hallazgo sobre la química de Caronte es un avance significativo para la ciencia planetaria. La identificación del CO2 y el H2O2 ofrece una visión más detallada de la composición de la luna, y también permite hacer inferencias sobre los procesos que influyen en la formación y la evolución de los cuerpos helados del Cinturón de Kuiper. Aunque el dióxido de carbono y el peróxido de hidrógeno por sí solos no sugieren la presencia de vida, son componentes clave en las reacciones químicas que podrían ser relevantes en los precursores biológicos.
Este descubrimiento también resalta la importancia del JWST para estudiar objetos distantes en el sistema solar. Las observaciones del telescopio están proporcionando datos cruciales que podrían ayudar a resolver muchos de los misterios que aún rodean a Caronte, Plutón y otros cuerpos en el Cinturón de Kuiper. Los investigadores continúan analizando estos resultados.