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Llega en octubre y no estamos preparados: el aviso de la NASA que nos afecta a todos

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Desde tiempos inmemoriales, el espacio ha sido una fuente inagotable de asombro y misterio. Cuando creemos entender sus dinámicas y leyes, surge un nuevo fenómeno que nos obliga a replantearnos todo lo que creíamos saber sobre el universo. En esta ocasión, se trata de un objeto interestelar que se dirige hacia el corazón del Sistema Solar. Los científicos han confirmado que su trayectoria no representa ningún peligro para la Tierra, pero plantea cuestiones muy interesantes acerca de lo que sucede más allá del Sol.

La NASA ha sido la responsable de detectar este cuerpo celeste, el tercero de su tipo registrado hasta la fecha, y el más grande de todos. Su llegada está prevista para el próximo mes de octubre, y para los astrónomos representa una oportunidad única de estudiar material procedente de otro Sistema Solar. Agencias espaciales de todo el mundo están siguiendo de cerca sus movimientos.

El hallazgo más asombroso de la NASA

El 1 de julio de 2025, el sistema ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides) de la NASA, identificó un objeto celeste muy inusual cruzando nuestro Sistema Solar. En un principio, fue bautizado con el nombre de A11pl3Z, aunque más tarde, cuando los investigadores confirmaron su naturaleza interestelar, recibió la clasificación oficial 3I/ATLAS. Se trata de un descubrimiento muy importante, teniendo en cuenta que hasta la fecha únicamente se han detectado dos objetos con una trayectoria similar.

Sin embargo, hay algo que diferencia a 3I/ATLAS de sus predecesores: su tamaño. Se calcula que tiene 20 kilómetros de diámetro, convirtiéndose así en el objeto interestelar más grade jamás observado. Procede de la constelación de Sagitario, y actualmente se encuentra en una trayectoria que lo acercará al Sol y a la Tierra los días 29 y 30 de octubre, respectivamente.

Este objeto interestelar se desplaza a una velocidad de 68 kilómetros por segundo, lo que equivale a 244.800 kilómetros por hora. Para hacernos una idea, esta cifra representa más de seis veces la vuelta completa a la Tierra en apenas una hora, ya que nuestro planeta tiene una circunferencia de 40.075 kilómetros.

El enigma de los objetos interestelares

Estos objetos, tal y como su propio nombre indica, provienen del espacio profundo. Después de vagar durante millones, e incluso miles de millones de años por el espacio, la gravedad solar hace que su rumbo cambie ligeramente y entren en nuestro Sistema Solar. En la gran mayoría de casos, entran y, cuando salen, no vuelven jamás. Por lo tanto, se les considera «viajeros únicos» y tienen un valor científico incalculable.

Cada fragmento que traen consigo puede contener claves acerca de la formación de sistemas planetarios completamente distintos al nuestro. Mediante técnicas como la espectroscopía, los científicos pueden analizar la composición química del objeto, comparándola con la de cuerpos locales. Si se identifican elementos o moléculas complejas (como compuestos orgánicos) que coinciden con los que existen en cometas del Sistema Solar, eso podría reforzar la teoría de que los ingredientes básicos para la vida son universales y no exclusivos de una región específica del cosmos.

El tiempo para estudiar 3I/ATLAS es muy limitado, ya que se calcula que sólo se podrá observar con telescopios hasta septiembre de 2025, los instrumento modernos ofrecen una gran ventaja respecto a décadas anteriores. Se espera que, al analizar su curva de luz, los astrónomos puedan obtener información sobre su forma, tamaño, velocidad de rotación y características de la superficie. Saber si se trata de un cuerpo sólido o de una colección de fragmentos también permitiría ayudar a entender cómo se formó y cuánto ha soportado durante su viaje interestelar.

Otro aspecto que se sigue de cerca es el comportamiento que muestra cuando se acerca acercarse al Sol. Si empiezan a emitir gases o polvo (como lo hacen los cometas cuando el calor solar sublima sus hielos), podría formar una coma o incluso una cola. Este proceso revelaría pistas acerca de su estructura interna y los materiales que lo componen. Pero si su reacción al calor solar es distinta a lo esperado, podríamos estar ante un tipo de objeto inédito. En ambos casos, 3I/ATLAS ofrece la posibilidad de ampliar los límites del conocimiento sobre el universo.

Un nuevo cometa

El Minor Planet Center, que depende de la Unión Astronómica Internacional, ha clasificado oficialmente a 3I/ATLAS como un cometa. Esta denominación indica que, al acercarse al Sol, podría desarrollar una coma (una nube de gas y polvo que rodea al núcleo) y posiblemente una cola,de la misma manera que ocurre con los cometas de nuestro Sistema Solar. Si eso ocurre, aumentaría considerablemente su visibilidad desde la Tierra.

¿Hay motivos para preocuparse?

Pascal Lee, investigador del Instituto SETI y colaborador de la NASA, ha confirmado a través de sus redes sociales que 3I/ATLAS ha cruzado la órbita de Júpiter y continúa la ruta que lo mantendrá alejado de la Tierra, por lo que no representa ninguna amenaza.

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