Ícaro, la estrella más lejana del universo
Ícaro, así es como los astrónomos han bautizado a la estrella más lejana que el ser humano ha observado nunca. Se encuentra a unos 14.000 millones de años luz de la Tierra y su luz ha tardado unos 9.000 millones de años en llegar a nuestro mundo, por lo que es muy posible que este enorme astro dos veces más grande que nuestro Sol y mucho más masivo ya no exista en estos momentos.
Aunque el nombre real de la estrella es MACS J1149+2223, los astrónomos de la NASA y la ESA que la han localizado a través del telescopio espacial Hubble han decidido bautizarla como Ícaro en honor al personaje mitológico que se acercó en exceso al Sol y este derritió sus alas de cera.
A través de una lupa gravitacional creada por un cúmulo de galaxias, los astrónomos han podido observar esta alejada estrella. Y este es un fenómeno fantástico, ya que, a estas enormes distancias, hasta hoy, lo único que podíamos ver eran supernovas y galaxias, es decir, estrellas que habían colapsado y explotado, emitiendo un haz de luz enorme, cúmulos de astros.
Sin embargo, incluso usando los telescopios más potentes jamás fabricados, tan solo podíamos ver estrellas de forma individual dentro de la propia Vía Láctea o en las galaxias cercanas, como el caso de Andrómeda. Pero tan lejanas y en galaxias para las que tendríamos que recorrer medio universo para llegar, nunca se había logrado tal hazaña.
Cómo se ha detectado a Ícaro
El método para detectar a Ícaro consiste en usar una lente gravitacional que provoca los cúmulos de galaxias. Gracias a ella es posible amplificar el brillo de astro y poder detectar y observar un cuerpo tan lejano.
En este caso, según los descubridores, se trata de una estrella azul de gran tamaño, que tiene la edad equivalente al 70% del total de la edad del universo. Sin embargo, dado que este está en constante expansión, aunque su luz viajó hasta nosotros hace unos 9.000 millones de años, ahora se ubica a unos 14.000 millones de años luz.
Hemos sido capaces de observar galaxias muy muy lejanas, casi en los albores del universo, cuando no era más que un bebé galáctico. También hemos visto supernovas muy alejadas de esta Tierra. Sin embargo, Ícaro se ubica unas 100 veces más lejos de la estrella más lejana hasta ahora detectada y sin haber llegado al estado de supernova. Este hallazgo abre un nuevo campo de investigación, puesto que ahora podemos alcanzar distancias que hace pocos años solo podíamos soñar.
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