Hambre y enfado, una unión íntima que es explicada por la ciencia

Hambre y enfado, una unión íntima que es explicada por la ciencia
Hambre y enfado, una unión íntima que es explicada por la ciencia

La ciencia lo confirma, hambre y enfado van de la mano. Es decir, que si notas el estómago vacío y un malhumor incontenible que repta desde tus pies hasta tu cabeza y se apodera de todo tu ser, está plenamente justificado y es algo normal.

Así al menos lo considera un grupo de psicólogos de la Universidad North Carolina at Chapel Hill, quienes han realizado diversos ensayos para dilucidar cuál el motivo por el que muchas personas caen presa de la furia más incontenida cuando se sienten muy hambrientas.

En realidad, el motivo por el que la sensación de hambre provoca a su vez gran enfado es complejo y difícil de analizar. Hasta hoy, se creía que se debía a la bajada de azúcar, sin embargo, es algo más complicado que eso.

Y es que, según el estudio al que nos referimos, que ha visto la luz en la revista Emotion, ante la visión de una imagen neutra de un pictograma chino que debían analizar con diversos grados que representaban si era muy agradable o muy desagradable, los participantes más hambrientos daban puntuación más baja si previamente habían observado otras imágenes en este caso más desagradables.

¿Qué quiere esto decirnos? Según los autores del estudio, parece ser que una situación desagradable crea un contexto tal que, con el hambre, se magnifica y hace que nuestro enfado vaya cada vez a más. Así que, si has tenido un mal día, ten por seguro que mantenerte bien alimentado será básico, de lo contrario, la sensación de furia irá cada vez a más.

Hambre y enfado, una relación íntima

Los mismos investigadores llevaron a cabo otro estudio entre estudiantes universitarios donde se analizaba el hambre en relación a dos grupos, uno que se presentaba en ayunas y otro bien alimentado. Luego, completarían un ejercicio que se centraba en el análisis de sus emociones. Después, realizaron otro en ordenador que resultaba totalmente tedioso. Así fue como descubrieron que aquellos que habían comido bien estaban menos estresados y sentían mucho menor malestar al acabar la prueba.

Sea como fuere, una de las conclusiones del estudio es obvia, si somos especialmente conscientes de nuestras emociones, seremos más capaces de dominar el malestar que nos atañe, especialmente con el estómago vacío. Así que es importante que comamos siempre que sea oportuno y necesario y tengamos el descanso adecuado, así evitaremos situaciones de estrés a largo plazo y optaremos por una excelente salud mental.

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