Descubren una anomalía radioactiva en el fondo del océano y los científicos no logran explicar su origen
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Bajo las aguas del Océano Pacífico, en estratos de sedimentos que han permanecido intactos durante millones de años, investigadores han identificado una anomalía radioactiva que carece de explicación. Hasta el momento, hay muchas preguntas, pero pocas respuestas.
Según el estudio, este fenómeno se produjo hace entre 9 y 11,5 millones de años, dejando así una marca en las costras ferromanganesas del fondo oceánico.
¿Cuál es la anomalía radioactiva encontrada en el fondo del océano y por qué concierna a los científicos?
El descubrimiento consiste en un aumento ines00perado en la concentración de berilio-10 (¹⁰Be), un isótopo radiactivo generado por la interacción de los rayos cósmicos con la atmósfera terrestre.
Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, han sido liderados por Dominik Koll y su equipo, quienes han detectado niveles de ¹⁰Be casi el doble de lo esperado en muestras recolectadas a lo largo de varios miles de kilómetros en el Pacífico.
Esta situación plantea interrogantes sobre los mecanismos de deposición de este isótopo en los océanos y su relación con posibles eventos astrofísicos.
¿Qué es el berilio y cuál es su uso en la geología?
El berilio-10 es un isótopo que se forma en la atmósfera por la acción de los rayos cósmicos sobre el nitrógeno y el oxígeno. Su vida media de 1,39 millones de años lo convierte en una herramienta eficaz para la datación geológica en intervalos de hasta 15 millones de años.
Algunos datos claves a tener en cuenta sobre este isotopo son los siguientes:
- En los océanos, este isótopo se mezcla con el berilio-9, que proviene de la erosión terrestre.
- Ambos isótopos se depositan en los sedimentos marinos y en las costras ferromanganesas, que crecen a un ritmo de milímetros por millón de años.
- La relación entre ¹⁰Be y ⁹Be permite estimaciones precisas de la edad de estos registros geológicos.
No obstante, la anomalía detectada en el Pacífico no encaja con los modelos existentes, lo que sugiere la existencia de un fenómeno hasta ahora desconocido que afectó la distribución del berilio-10 en los océanos.
¿Por qué creen que se encontró esta anomalía radioactiva?
El equipo de investigadores analizó múltiples muestras de distintas ubicaciones en el Pacífico, con una separación de más de 3.000 kilómetros, confirmando que la anomalía no es un evento localizado. Las principales hipótesis planteadas incluyen:
- Cambios en la circulación oceánica: una alteración en las corrientes marinas podría haber favorecido la acumulación de ¹⁰Be en ciertas regiones.
- Un evento astrofísico de gran magnitud: un incremento en la radiación cósmica podría haber provocado una producción inusualmente alta de este isótopo en la atmósfera.
Para verificar si esta anomalía es un fenómeno global, los científicos planean extender la investigación a otras cuencas oceánicas y sedimentos continentales. Si se encuentran registros similares en distintas partes del mundo, esto sugeriría una causa externa, posiblemente de origen cósmico.
El papel de los eventos astrofísicos en la radioactividad
La comprensión de este enigma requiere analizar eventos ocurridos hace 10 millones de años, tanto en la Tierra como en el espacio. Las hipótesis más destacadas incluyen:
- Variaciones en el campo magnético terrestre: un debilitamiento del escudo magnético de la Tierra podría haber permitido la entrada de una mayor cantidad de rayos cósmicos, aumentando la producción de ¹⁰Be. Sin embargo, no existen registros que confirmen una caída drástica del magnetismo terrestre en ese período.
- Cambios en el clima y en la circulación oceánica: durante el Mioceno, los océanos experimentaron una reorganización importante. Un evento conocido como el «colapso del carbonato» pudo haber influido en la acumulación de ¹⁰Be en los sedimentos marinos.
Entre las posibilidades de origen cósmico se considera, como primera opción, a una supernova cercana, que habría aumentado la cantidad de radiación cósmica incidente sobre la atmósfera terrestre. Otra posibilidad es el paso del Sistema Solar por una nube de gas interestelar denso, que habría reducido la protección de la heliosfera frente a los rayos cósmicos.
Si se confirma la influencia de un fenómeno astrofísico en la concentración de ¹⁰Be, esto implicaría que los cambios en el entorno cósmico pueden dejar huellas medibles en los registros geológicos de la Tierra.
La importancia de este hallazgo para la geocronología marina
Independientemente de su origen, esta anomalía radioactiva representa un potencial marcador temporal para la datación de archivos marinos. La presencia de un pico de ¹⁰Be podría servir como referencia para alinear cronologías geológicas, de manera similar a eventos documentados como la inversión geomagnética de Laschamp, ocurrida hace 41.000 años.
Dominik Koll subraya que «solo nuevas mediciones pueden determinar si la anomalía de berilio fue causada por cambios en las corrientes oceánicas o por un evento cósmico». La siguiente fase del estudio incluirá:
- Análisis de sedimentos con tasas de acumulación más altas para obtener un registro detallado de la anomalía.
- Exploración de archivos geológicos en otros océanos para determinar la extensión global del fenómeno.
- Aplicación de técnicas avanzadas de medición para precisar la magnitud del cambio en la concentración de ¹⁰Be.