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Los rayos gamma son los que dan forma a algunos de los fenómenos más extremos del universo. Estas son emisiones capaces de liberar más energía en segundos que el Sol en toda su vida.
Cuando un estallido de rayos gamma se produce, lo habitual es que dure apenas unos segundos. Son eventos breves, intensos y únicos. Después, la señal desaparece sin dejar rastro.
Por eso lo ocurrido el 2 de julio ha desconcertado a los astrónomos. Tres ráfagas consecutivas, emitidas desde la misma fuente durante casi 24 horas, no encajan con el comportamiento conocido de este tipo de fenómenos.
Descubren un estallido de rayos gamma que desafía lo conocido
El fenómeno ha sido catalogado como GRB 250702B, y ha quedado documentado en un estudio publicado por la American Astronomical Society bajo el título «The Day-long, Repeating GRB 250702B: A Unique Extragalactic Transient», con la firma del astrónomo Andrew J. Levan y su equipo.
Todo comenzó con una señal detectada por el telescopio espacial Fermi. Pocos minutos más tarde, llegó una segunda ráfaga. Y unas horas después, una tercera. Las tres procedían del mismo punto en el cielo. Durante casi un día completo, la fuente mantuvo una emisión constante de rayos gamma.
El equipo científico no tardó en apuntar hacia allí con otros instrumentos más potentes, entre ellos el VLT y el Hubble. La localización fue clave. Al principio parecía estar dentro de nuestra galaxia. Pero al analizar los datos con mayor precisión, quedó claro que se encontraba mucho más lejos. Varias veces más allá del halo galáctico, en otra galaxia. Lo cual implica que la energía liberada fue aún mayor de lo que parecía en un principio.
Según los autores, el análisis de los datos sugiere la posibilidad de un sistema con actividad periódica, algo que podría abrir una nueva línea de estudio sobre los mecanismos que originan este tipo de fenómenos extremos.
Cómo y por qué se originan los rayos gamma
Los rayos gamma nacen en situaciones extremas. Cuando una estrella colapsa, cuando dos objetos densos chocan, o cuando un agujero negro engulle materia. En todos esos casos, se genera una cantidad brutal de energía.
Esa energía se libera en forma de fotones gamma. A diferencia de los rayos X, que proceden de capas más externas, los gamma salen directamente del núcleo de la acción, por eso tienen tanta fuerza.
En este caso concreto, el GRB 250702B ha durado cientos de veces más de lo habitual. Y lo más desconcertante sigue siendo su repetición. Una de las teorías más comentadas es que una estrella fue parcialmente destrozada por un agujero negro de masa intermedia. Cada vez que la materia se acercaba demasiado, la fuente emitía una nueva ráfaga.
Asimismo, se ha detectado una gran cantidad de polvo en la zona, lo que sugiere que el estallido estaba parcialmente oculto. Eso explicaría por qué al principio pasó desapercibido.
Ahora queda por delante seguir observando. El telescopio James Webb ya está apuntando hacia esa región. Y aunque aún no hay respuestas definitivas, este estallido va a cambiar la forma en que entendemos los rayos gamma. Y quizás también, cómo interpretamos algunos de los procesos más violentos del universo.