China aluniza por primera vez en la cara oculta de la Luna
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Desde que China comenzó con su programa espacial, sus éxitos se anuncian uno a uno con bastante frecuencia. Es una realidad que el gigante asiático ha apostado fuerte por la exploración del cosmos, y haber aterrizado por primera vez en la cara oculta de la Luna con su vehículo Chang’e 4 lo confirma a todas luces.
Esta misión en particular tiene mérito especial, ya que, a día de hoy, nunca nadie, ninguna otra agencia aeroespacial con años y décadas de dedicación al cosmos, había logrado posar una sonda en la cara oculta del satélite natural de la Tierra.
Según informa la agencia oficial de noticias china, Xinhua, el aterrizaje o alunizaje, como se quiera decir, fue llevado con éxito por la compañía espacial asiática el pasado día a las diez y media de la mañana en hora china en la zona en que estaba previsto, en la cuenca de Aitken, en el polo sur lunar, un hecho histórico sin precedentes.
¿Qué hará la Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna en los próximos días?
Ahora, la Chang’e 4 tiene por delante una compleja misión. Y es que, tras dar un paso importante en la exploración espacial por parte del ser humano, toca comenzar con la observación astronómica de radio en la baja frecuencia, entre otros trabajos pendientes.
La Chang’e 4 también ha de realizar otras labores, como el análisis del relieve y del terreno en esta desconocida zona de la Luna, así como la detección de la composición del mineral que encuentre y el estudio de la estructura de la superficie lunar a poca profundidad.
Además, la sonda china también tiene el encargo de medir la radiación de neutrones en la Luna, así como los átomos neutrales que permitan estudiar el medio ambiente en esta parte del satélite natural de la Tierra.
Recordemos que esta misión es muy joven, pues la sonda fue lanzada desde la Tierra el pasado 8 de diciembre, alcanzando su objetivo en menos de un mes. Fue apoyada por el conocido cohete Gran Marcha 3B, y entró en órbita lunar cuatro días más tarde recortando dicha órbita dos veces hasta posarse sobre la superficie.
Las conexiones con la nave se realizan por medio del satélite Quequiao, que se puso en órbita en mayo de 2018 y actúa como una especie de espejo que refleja las transmisiones y permite que la información llegue al centro de control de Tierra sin problema.