Zoología

Bombazo en la zoología: descubren un huevo de dinosaurio casi intacto y no dan crédito a lo que habría dentro

Huevo de dinosaurio
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El pasado 7 de octubre de 2025, un equipo de investigadores del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV), perteneciente al Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), encontró un huevo de dinosaurio casi intacto en el norte de la provincia de Río Negro (Argentina). El huevo apareció apenas a unos centímetros de la superficie, cubierto por una fina capa de arena que lo había protegido durante 70 millones de años.

«Estaba tan bien conservado que parecía reciente», comentó Agnolín en una entrevista posterior con El País Ciencia. En las inmediaciones, el equipo identificó fragmentos de otras nidadas, huesos dispersos y fósiles de pequeños reptiles y mamíferos, lo que sugiere que esta zona de la Patagonia fue un lugar de anidación muy importante durante el Cretácico Superior.

Hallazgo de un huevo de dinosaurio en Argentina

Este hallazgo se enmarca dentro de la Expedición Cretácica I, un proyecto respaldado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Fundación Azara, la National Geographic Society y el gobierno provincial de Río Negro.

Según los análisis iniciales, el huevo podría pertenecer al género Bonapartenykus, un pequeño dinosaurio terópodo carnívoro descrito por primera vez en la Patagonia en 2012. Si las tomografías computarizadas y los escaneos tridimensionales confirman la presencia de material embrionario, estaríamos ante uno de los descubrimientos más insólitas de la paleontología: un embrión de dinosaurio carnívoro en desarrollo que podría revelar detalles inéditos sobre su postura, crecimiento e incluso su sistema respiratorio.

Según explicó a National Geographic el paleontólogo Gonzalo Muñoz, técnico del Museo Argentino de Ciencias Naturales, «fue una total y absoluta sorpresa. No es común encontrar un huevo de un posible dinosaurio carnívoro, y mucho menos en ese estado. La felicidad fue espectacular para todo el equipo. Podría ayudarnos a entender cómo evolucionaron los huevos y qué características compartían con los primeros pájaro».

Contexto histórico

Hace más de 70 millones de años, la región norte de Río Negro estaba cubierta por lagunas y bosques, un ecosistema donde convivían dinosaurios, aves primitivas y pequeños mamíferos. Ahora, el hallazgo del huevo de dinosaurio, según el Museo Argentino de Ciencias Naturales, podría aportar información clave sobre las estrategias de anidación y reproducción de los dinosaurios del hemisferio sur.

En las últimas décadas, en la Patagonia se han llevado a cabo numerosos descubrimientos paleontológicos. En Auca Mahuevo, Neuquén, los investigadores hallaron durante los años 90 varios huevos con embriones de titanosaurios, algunos de ellos con impresiones de piel fosilizada. Estos estudios, liderados por el paleontólogo Luis Chiappe, se publicaron en la prestigiosa revista Nature. Décadas más tarde, investigaciones del CONICET publicadas en Current Biology presentaron el primer cráneo tridimensional de un embrión de titanosaurio perfectamente conservado.

El hallazgo en Río Negro amplía este legado, ahora en el linaje de los dinosaurios carnívoros. Según explicaron desde LACEV, el fósil será sometido en los próximos meses a estudios de microtomografía y escaneo 3D que permitirán determinar si contiene un embrión y en qué etapa de desarrollo se encontraba.

Este huevo de dinosaurio casi intacto no solo tiene la posibilidad de aportar información sobre un género poco conocido, sino que también puede ayudar a esclarecer aspectos más amplios de la paleobiología de los terópodos sudamericanos. Además, la participación de instituciones como la National Geographic Society y el CONICET refuerza la importancia de la colaboración científica.

La información que aporte el huevo de dinosaurio hallado en Río Negro, con su cáscara intacta y su forma perfectamente conservada podría complementar décadas de estudios previos y abrir nuevas líneas de investigación sobre el desarrollo embrionario, la ecología y el comportamiento de los dinosaurios carnívoros.

Este hallazgo promete transformar nuestra comprensión de los dinosaurios carnívoros del hemisferio sur.

«Los saurisquios se dividieron en dos grandes grupos, los sauropodomorfos y los terópodos, centrándonos en estos últimos, los grandes carnívoros bípedos de los que surgieron las aves actuales. La palabra terópodo significa «pie de bestia» y su origen se remonta al Triásico, evolucionando a partir de formas semejantes a los ornitodiros lagosúquidos. Entre los primeros encontramos a Herrerasaurus, considerado por algunos como terópodo primitivo. Posteriormente surgieron los Ceratosaurios y los Carnosaurios, seguidos por los Allosauridos, extendiéndose hasta el Cretácico.

Entre los terópodos avanzados destacan los Tetanurae, que incluyen a los Avetheropoda, Allosauridos, Carnosaurios y Coelurosaurios, este último grupo próximo a las aves. Los maniraptores, Oviraptosauria, Therizinosauroidea, Troodontidae y Dromaeosauridae muestran adaptaciones hacia el vuelo y la depredación especializada, con modificaciones en muñecas, fúrcula, pubis, garras y extremidades. El Archaeopteryx representa el paso intermedio entre dinosaurios y aves, conservando plumas, fúrcula y pubis dirigido hacia atrás, junto a rasgos reptilianos como dientes, cola larga y articulaciones dinosaurianas, siendo considerado el ave más primitiva y un ejemplo clave de la evolución de las aves a partir de los terópodos», detalla Asturnatura.

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