Sánchez ya tiene con Illa en Cataluña la excusa para la crisis de Gobierno que teme Iglesias
La salida de Salvador Illa del Gobierno en plena tercera ola del coronavirus abre la puerta a una crisis de Gobierno que Pedro Sánchez viene pensando desde el pasado verano. Necesitaba una excusa y ya la tiene. Lo intentó con la salida de Arancha González Laya y Pedro Duque para pilotar cargos internacionales, algo que no estaba en sus manos. Pero cambiar a Miquel Iceta por Illa sí lo estaba. Con la marcha del ministro de Sanidad, el presidente puede modificar su Gabinete sin visualizar las fisuras que hay.
Cambios en el Consejo de Ministros es uno de los principales temores del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Las presiones de distintos dirigentes del PSOE para acabar con las salidas de tono del jefe de Podemos obligaron a Sánchez a mover ficha a principios de diciembre. El presidente avisó a Iglesias que «tras los Presupuestos habrá cambios». Pero casi todos descartaban ya que pudieran afectar a los ministros. Iceta no renunciaba y Illa no aceptaba. No tenía excusa.
Así pues, ante las dificultades de poder crear un movimiento de sillas en el gabinete ministerial, el presidente promovió un reforzamiento de su gabinete técnico para plantar cara a los podemitas. Este mismo martes Sánchez reforzó a uno de sus ‘sherpas’ de confianza, Manuel De la Rocha, pasándolo de asesor a Secretario General de Asuntos Económicos de la Presidencia, con rango de subsecretario de Estado. Será el último responsable del reparto de los fondos europeos y el encargado de parar los pies al responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez.
Los posibles sustitutos
A Illa le podrían sustituir en el Consejo de Ministros el propio Miquel Iceta, la actual secretaria de Estado, Silvia Calzón, la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, o el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón. En el entorno de Sánchez tampoco descartan recuperar a algún ex ministro, como la asturiana María Luisa Carcedo o la valenciana Carmen Montón, o la incorporación de algún perfil independiente de reconocido prestigio en el ámbito médico, como el ex consejero vasco y ex asesor de Obama Rafael Bengoa.
Aunque Iceta, dicen en su entorno, «no está por la labor», nadie, ni en Ferraz, ni en Moncloa ni en el PSC, se atreven a descartarlo. «Hay que darle una salida digna» apuntan, tras las presiones de Sánchez que han acabando fulminándolo. De esta forma Cataluña mantendría su representación, bien sea en Sanidad o en cualquier otro ministerio, si la crisis finalmente es más extensa. La andaluza Calzón, que fue nombrada numero dos del Ministerio en plena pandemia, sería el relevo natural. Sin embargo, contra ella, pesa el ser andaluza -hay ya cuatro ministros de Andalucía- y la falta de perfil político. Simón, que en verano era el gran preferido del presidente, por su tirón mediático y el presunto conocimiento sobre el coronavirus, ha perdido fuerza en la última semanas.
Montero y Castells pueden salir
La posible crisis de gobierno que estudia Sánchez desde verano, y que había dejado aparcada temporalmente por las dificultades en implementarla, afectaría a un mínimo de tres ministros, además de Illa. Los titulares de Igualdad y Universidades, Irene Montero y Manuel Castells, muy cuestionados por sus sectores y por los dirigentes del PSOE, son dos de los que tienen más papeletas de ver cómo se modifican sus funciones. El del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras la gestión de la crisis migratoria en Canarias y otras polémicas que han envuelto su ministerio, también tiene muchos números de ser cesado.
Reconfiguración de ministerios
Uno de los objetivos que persigue Pedro Sánchez, desde que planteó hace unos meses la necesidad de hacer cambios en su gobierno, además de fortalecer el equipo y su núcleo más cercano, es la de reducir ministerios. España cuenta en la actualidad con el gabinete más amplio de la historia. Junto a la salida de algunos de los nombres ya expuestos, el presidente también estudia la fusión de algunos ministerios. El de Universidades podría volver a juntarse con Ciencia e Innovación y el de Igualdad con Consumo.
De reducir finalmente el número de carteras ministeriales Sánchez lo hará equitativamente, reduciendo a la vez el poder de los dos partidos de la coalición en el Ejecutivo. Principalmente su intención es rebajar la incidencia de Podemos, ya que, tras la aprobación de las cuentas públicas, tal como reconocen en Ferraz, «ya no son imprescindibles». Creen en el PSOE, tras las tensiones que han provocado los morados en los últimos meses, que los de Iglesias no pueden exigir mucho más de lo que les pueda plantear en presidente.