Aragonès avisa a Sánchez: «La amnistía y la autodeterminación son innegociables»

El candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reivindicado este viernes que «la amnistía y la autodeterminación» son condiciones «inevitables e innegociables» para la resolución de lo que ha denominado como conflicto político catalán. Durante su intervención en el debate de investidura, el dirigente de ERC ha abogado «por un referéndum de independencia y por la libertad de los presos y el libre retorno de los exiliados y las exiliadas» como punto de partida para la negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Tras haber pactado con los antisistema de la CUP un nuevo envite contra el Estado, Aragonès ha manifestado que «necesitamos un Gobierno que sepa utilizar la fuerza que nos da haber superado por primera vez la frontera del 50% de votos para avanzar con toda la firmeza hacia la República catalana». Eso significa, según sus propias palabras, usar esa barrera de más de la mitad de los electores para presionar al Gobierno o volver a la unilateralidad. «Este Parlament tiene la fuerza» para hacerlo, ha esgrimido en su intervención.

Pere Aragonès reivindica el «reconocimiento de Cataluña como nación y la idea de Cataluña como un solo pueblo». Algo que, desde su punto de vista, «es el mínimo común denominador» de «la gran mayoría de diputados de esta cámara». El candidato republicano avisa que «Cataluña no es sólo una realidad administrativa, ni el trazo de unos límites en un mapa, ni una simple descentralización». Por eso «necesitamos un reconocimiento nacional pleno».

El presidenciable de Esquerra, que no logrará en esta primera sesión del debate los votos necesarios para salir investido, por el rechazo de Junts per Catalunya a darle su apoyo, advierte a Pedro Sánchez que «mientras no se resuelva democráticamente el conflicto entre España y Cataluña, la democracia estará en crisis». Uno de sus principales socios recuerda al jefe del Ejecutivo que «la amnistía es un imperativo».

Mensaje a JxCAT

Pere Aragonès ha lanzado varios mensajes a sus potenciales socios de Junts per Catalunya que, a día de hoy, no ven viable apoyar su investidura como presidente de la Generalitat. En la primera votación de este viernes optarán por la abstención, aunque su voto podría cambiar al ‘no’ en la segunda, prevista para el próximo martes. El todavía vicepresident exige sus compañeros «salir de la zona de confort» para «llegar a grandes acuerdos» que «nos permitan construir la Catalunya del futuro».

Tono muy distinto ha usado el presidenciable republicano con los diputados de la CUP, que ya le han garantizado el apoyo a su elección. Aragonès ha agradecido personalmente a la candidata antisistema, María Dolors Sabater, su «generosidad e implicación» para alcanzar un pacto que «permita avanzar a Cataluña» con un «gobierno radicalmente feminista, ecologista y democrático». En esa ecuación, ahora, falta encajar al partido de Carles Puigdemont, molestos con la negociación entre los dos partidos de izquierdas.

Pere Aragonès también ha tenido palabras para el grupo parlamentario de los Comuns, la franquicia de Podemos en Cataluña. A los diputados comandados por Jéssica Albiach el candidato de ERC también les pide «arrimar el hombro» para la configuración de «un gobierno progresista». De esta forma, aunque ya han manifestado su voluntad de quedarse en la oposición, al declararse incompatibles con JXCat, les extiende la mano para sumar fuerzas en el próximo ejecutivo regional.

«Amenaza de la ultraderecha»

El candidato a presidir la Generalitat durante los próximos cuatro años considera «una amenaza la irrupción de la ultraderecha en el Parlament». De esta forma Pere Aragonès desprecia a los once diputados del grupo parlamentario de Vox, el cuarto en número de escaños en la cámara catalana, acusándoles de «fomentar el odio» entre los ciudadanos con sus discursos.

El líder de ERC, en su primera declaración de intenciones sobre el futuro Govern que pretende presidir, ha avisado a los de Ignacio Garriga que «nos opondremos siempre a su discurso del miedo y la discriminación y no descansaremos hasta conseguir apartar su fascismo y su racismo de las instituciones y de la sociedad catalana». De hecho la mayoría de grupos parlamentarios alcanzaron un acuerdo con el objetivo de silenciarles en el día a día del Parlament.