Síntomas y tratamiento del síndrome de West

Síndrome de West

Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que más preocupa a los padres respecto a sus hijos es la salud. De ahí que no duden en ofrecerles los mejores cuidados, en estar pendientes de llevarles a las rutinarias citas médicas y, por supuesto, de estar alerta a cualquier extraña circunstancia que les afecte. Eso sin olvidar que no dudan en ponerse al día respecto a enfermedades y dolencias, lo que les puede llevar a descubrir patologías como la que ahora queremos presentar: el Síndrome de West (SW).

¿Quieres saber qué es y en qué consiste? Te lo contamos a continuación.

¿Qué es el síndrome de West?

Una encefalopatía epiléptica. Así es como, de manera científica, se define al citado Síndrome de West, que tiene lugar durante la infancia y que, además de grave, es muy poco frecuente.

Entre los tres y seis meses de vida es cuando se suele diagnosticar esta patología que recibe su nombre del doctor inglés William James West, que fue quien la definió en el año 1841 a partir del caso de su propio hijo.

Causas de su aparición

Respecto a las causas que provocan que un niño sufra este síndrome podemos decir que no hay una única, sino que pueden ser muchas y variadas. Tanto es así que se clasifican en tres grupos:

  • Causas prenatales

    En este grupo, que son las que tienen lugar durante el embarazo, se engloban tanto trastornos de tipo metabólico como otros cromosómicos pasando por la displasia cerebral o la hipoxia.

  • Causas perinatales

    Son las que tienen lugar en torno a la semana 38 del periodo de gestación y los primeros días de vida del bebé. Entre las más habituales están la poroencefalia y la necrosis neural.

  • Causas postnatales

    Hacen acto de presencia una semana después de que el pequeño haya venido al mundo. Nos estamos refiriendo a circunstancias tales como un fuerte traumatismo, una hemorragia o una meningitis de tipo bacteriana.

Síntomas del síndrome de West

Los niños que sufren el Síndrome de West tienen que hacerle frente a una gran variedad de síntomas. No obstante, entre los más habituales están un notable retraso a nivel psicomotor, cuadros de epilepsia que se hacen palpables a través de las extremidades superiores fundamentalmente y alteraciones a nivel cerebral.

Tratamiento para el síndrome de West

Una vez que al niño se le ha detectado el citado trastorno a través de las distintas pruebas médicas realizadas, lo habitual es que se opte por tratarle mediante distintos fármacos. Así, en base a su estado y al nivel del síndrome, se puede optar por recetarle ácido valproico, vigabatrina o la hormona adrenocorticotropa, además de otros específicamente para la epilepsia.

No obstante, en ocasiones, cuando se considera que esa medicación no consigue los resultados esperados, lo que se hace es optar por someterle a una intervención quirúrgica. En concreto, se decide acometer la operación con el claro objetivo de poder solventar lo que son las lesiones cerebrales que pueda tener. No obstante, esta medida debe ser analizada en profundidad por los doctores antes de llevarla a cabo y de considerar que es la mejor alternativa.

El Síndrome de West de máxima actualidad

Si en estos momentos el Síndrome de West ha conseguido ser actualidad ha sido debido a que la madre de una niña británica que lo sufre ha querido exponer su caso. Nos estamos refiriendo a Jade Bamber, la progenitora de una pequeña de 10 meses llamada Olivia que recientemente ha sido diagnosticada con esa patología.

Hacer visible el síndrome y avisar a las familias para que estén alertas de los síntomas que pueden indicar que sus hijos lo sufren es el principal objetivo que se ha marcado. Por ese motivo, no ha dudado en subir un vídeo a la plataforma Youtube donde muestra los espasmos que padece la pequeña.

De la misma manera, además de las imágenes ha utilizado distintos medios de comunicación para lanzar un mensaje:

“Esta condición puede hacer mucho daño en el cerebro, por eso es importante que los bebés sean diagnosticados lo antes posible. Uno de cada cinco niños con esta enfermedad pueden tener una vida normal, pero otros pueden terminar con peores ataques epilépticos o daño cerebral. He decidido compartir este vídeo porque muchos padres podrían estar presenciando un episodio de espasmos infantiles y no saberlo. Es común que se confunda con reflujo o hipo y que incluso sean mal diagnosticados con otra enfermedad, pues no hay mucha información al respecto».

Otros datos de interés

Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto otros importantes datos sobre el Síndrome de West entre los que se encuentran los siguientes:

  • En el 90% de los casos, las crisis epilépticas aparecen antes de que el niño cumpla el año de vida.
  • Se establece que, en torno al 10 % de los menores con este síndrome conseguirá tener una vida normal.
  • Entre el 11 % y el 25 % de los pequeños con este síndrome murieron antes de los 3 años de edad.

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