¿Por qué no llevar tacones durante el embarazo?
Un embarazo supone un sinfín de cambios en la vida de la mujer, no sólo porque experimenta síntomas molestos como las náuseas sino también porque disfruta de sensaciones nunca tenidas hasta ese momento. Asimismo también es testigo de cómo su cuerpo cambia notablemente, lo que supone que tenga que llevar a cabo tanto la adquisición de nueva ropa como ponerle fin a determinados hábitos estéticos, como puede ser ponerse tacones.
En concreto, cualquier futura mamá es importante que tome conciencia de su estado de gestación y que olvide durante el mismo ponerse zapatos de tacón. ¿Por qué? Por las siguientes razones que esgrimimos a continuación:
Dolor de espalda
Uno de los síntomas más frecuentes que experimentan las embarazadas es el dolor de espalda, que requiere que descansen mucho y que adopten determinadas posturas recomendable para mitigar el mismo. Asimismo se aconseja que eviten los tacones porque estos alteran la alineación de la columna y, por tanto, causan más dolores de ese tipo.
Hinchazón de pies
No hay que pasar por alto tampoco que las futuras mamás ven como sus pies se hinchan de manera considerable, llegando a tener incluso que comprarse nuevos zapatos de una talla mayor para poder estar cómodas. Por esa circunstancia, se aconseja que no se pongan tacones porque se agravará más esa dolencia.
Peligro de sufrir una caída
Los médicos coinciden en subrayar que durante el embarazo la mujer nota como sus articulaciones se encuentran algo más débiles, lo que supone que sea más habitual que se tropiece o que se le “doble” el tobillo. De ahí que sea necesario evitar tacones pues, partiendo de las premisas anteriores, puede sufrir una caída con consecuencias de diversa envergadura, que pongan en peligro su salud y también la del bebé.
Indudables deformaciones
Si en cualquier fémina los tacones producen deformaciones en los pies como juanetes, durezas e incluso callos o artritis, aún más en las embarazadas. Y es que a eso contribuyen factores que hemos mencionado anteriormente como pueden ser su tendencia a la hinchazón, por ejemplo.
El equilibrio en serio peligro
En relación con el punto anterior durante el periodo de gestación el centro de gravedad de las mujeres cambia y tiende a irse hacia adelante. Y eso puede generar un resultado nefasto si se combina con el uso de tacones: caída y, por consiguiente, daño para el feto.
A pesar de todo…
Si, a pesar de todos los argumentos esgrimidos para no usar tacones, las embarazadas creen oportuno ponerse este tipo de zapatos es importante que lo hagan siguiendo estas recomendaciones:
- Que el tacón no sea superior a 3 centímetros.
- Que la distancia entre el dedo más largo del pie y la puntera, que debe ser redondeada, sea como mínimo de 1 centímetro.
- Que sólo los usen en ocasiones esporádicas y no a diario.