A los niños no les gustan las verduras y las legumbres: ¿por qué?
Los niños suelen poner pegas a comer verduras y legumbres debido al sabor y a otros factores que tienen, por suerte, solución.
Suele ocurrir en muchas familias que a la hora de comer o de cenar, los niños ponen pegas a ciertos alimentos y entre todos los que pueden generarle rechazo parece que los que ganan son las legumbres y las verduras, pero ¿por qué?.
A los niños no les gustan las verduras y las legumbres: ¿por qué?
Desde el destete, la mayoría de las papillas que le vamos a dar al bebé necesitan de la ingesta de verduras y legumbres, las cuáles suelen comer sin problema pero luego, cuando comienza a distinguir los alimentos, prefiere comer lo que le gusta y le da plenitud y felicidad.
Normalmente entonces, entre los alimentos que se evitan encontramos verduras y legumbres. ¿Por qué? Todas las madres saben muy bien que la relación de odio entre los niños y las verduras-legumbres es difícil de vencer. En ocasiones hay que «inventar» la mejor manera de proponer estos alimentos, por ejemplo presentándolas sobre el plato con formas extrañas, parecidas a juguetes. Sin embargo, estos alimentos son esenciales para el crecimiento de un niño, ya que contienen ingredientes activos esenciales para fortalecer el sistema inmunológico.
Entonces, debemos saber el porqué de ese odio y ponerle un mejor remedio. En este sentido, la primera razón es atribuible el sabor amargo que tienen la mayoría de las verduras y legumbres a excepción de algunas como las espinacas o los guisantes que de hecho suelen gustar bastante a los niños. Otro aspecto es más de origen psicológico, es decir se niega a ingerir todo lo que no se conoce, que no está a nuestro alcance, ¡ya que se considera nocivo o venenoso! De hecho, la fruta que tiene un sabor azucarado es más apreciada por ser considerada «amiga» del organismo del niño.
Para evitar esto y «saltar» la barrera psicológica que el niño crea con respecto al sabor de verduras y legumbres, podemos ofrecer primero aquellas verduras que sabemos que son más suaves para ampliar la variedad poco a poco o también, mezclar estos alimentos con salsas como la de tomate que de hecho, suele gustar mucho a los niños.
Nunca obligues a comer lo que no desea
Por otro lado, si estas soluciones no sirven, tampoco debes obligar a un niño a comer verduras o legumbres ya que solo conseguirás un mayor rechazo. El niño imita el comportamiento de los padres, por lo que es mucho mejor mostrarle a su hijo que estos alimentos son buenos para ti y que los coméis todos juntos en la mesa.
Otras veces el niño recuerda haber ingerido un alimento y haber estado enfermo, ¿Entonces que hay que hacer? ¿Podría ser que tu hijo ya no coma verduras y legumbres porque una vez le sentaron mal? No debemos convertirlo en un problema existencial, ni siquiera ponernos ansiosos. Como todos nosotros, los niños también deciden qué comer en su vida. Hay personas a las que les gusta comer sopas de verduras, mientras que a otras les gustan los frijoles o los garbanzos. Es necesario comprender qué verduras y legumbres le gustan al niño, incluso en forma de sopa o como guarnición. Una vez que entendamos sus preferencias, será cuestión de preparar su comida favorita, introduciendo de vez en cuando una nueva verdura o legumbre, preparada de forma diferente (cruda, cocida, con tomate.). Esto facilitará que tu hijo lo acepte. Renunciar por completo a comer verduras y legumbres, solo porque «nuestro hijo no las quiere», no es necesario y tampoco bueno para la salud del niño que requiere de los nutrientes y vitaminas que aportan estos alimentos.
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