Hongos en los pies de los niños. ¿Cómo prevenirlos?

Hongos en los pies de los niños. ¿Cómo prevenirlos?
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El mal olor de los pies de los niños se ha convertido en un auténtico problema para muchos padres, ya que es realmente contundente y resulta desagradable para toda la familia. Ese puede ser debido a un sinfín de causas, tales como una mala higiene diaria o un sudor excesivo. Pero también se ha podido producir porque los pequeños tienen hongos.

Con la vuelta al cole, y tras finalizar las vacaciones de verano en las que han estado en playas y piscinas, es habitual que aumente el número de casos de menores que se encuentran sufriendo esos mencionados hongos en sus pies. Por eso, se hace necesario conocer todo sobre los mismos para así poder actuar y atajarlos de raíz.

¿Qué son los hongos?

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Infecciones fúngicas. Estas son los mencionados hongos, unos gérmenes que pueden aparecer en distintas partes del cuerpo y que traen consigo consecuencias tales como el citado olor.

En el caso de los niños, tres son los tipos más frecuentes a los que tienen que hacerle frente:

  • Pie de atleta. Entre los dedos de los pies es donde suele hacer acto de aparición este hongo, aunque, en ocasiones, también se extiende a las plantas e incluso a las propias uñas. Sus síntomas son piel seca, agrietada y enrojecida y una gran sensación de picor.

  • Tiña, que ataca tanto a las cutículas como al cabello e incluso a la piel en general. Tiene una versión que es la que se conoce como tiña inguinal, que afecta a lo que son las ingles y los muslos fundamentalmente. Las señales que indican que existe esta infección son erupciones, picazón e incluso zonas rugosas.

  • Cándida, que aparece en las zonas del cuerpo donde hay orificios así como también en las uñas e incluso, en las niñas, en lo que es el interior de la vagina. Los profesionales médicos la identifican claramente porque se presenta en forma de piel hinchada y muy roja, al tiempo que quien la padece sufre picazón.

¿Por qué se producen?

El exceso de sudor, unos nefastos hábitos higiénicos diarios, uso de ropa inapropiada, secarse inadecuadamente o simplemente el no seguir ciertas medidas de seguridad en zonas de baño compartidas son algunas de las razones que provocan hongos, la mayoría de los cuales se contagian.

No obstante, no hay que pasar por alto que, en ocasiones, esas infecciones también se producen porque el niño está tomando ciertos medicamentos o porque su sistema inmunitario se encuentra debilitado por determinadas circunstancias.

¿Cómo prevenirlos?

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Para poder evitar que los pequeños tengan hongos y, por tanto, sufran consecuencias como el citado olor de pies, es necesario que sus padres conozcan todas las medidas que se pueden tomar para prevenirlos. En concreto, entre las recomendaciones más útiles y eficaces al respecto se encuentran estas:

  • Importante y básico es que mantengan una higiene perfecta a diario. Eso supone que todos los días deban ducharse y que se laven a conciencia, poniendo especial interés en las plantas de los pies y entre los dedos, ya que es ahí donde las infecciones que nos ocupan pueden aparecer más fácilmente.

  • Como hemos dejado caer en algún momento del artículo, es imprescindible que cuando salgan de la bañera se sequen correctamente, evitando que queden zonas húmedas, en este caso, prestando atención muy concreta a los pies.

  • Es vital que cada miembro de la familia, incluidos los menores, cuenten con sus propios artículos de aseo personal para así evitar posibles contagios. Nos estamos refiriendo tanto a toallas como a esponjas e incluso a cortauñas.

  • Por supuesto, es fundamental que los calcetines que vistan los niños sean de algodón. ¿Por qué? Porque este material no sólo respeta la delicadeza de su piel, evitando que les aparezcan sarpullidos o rojeces, sino también porque evita que suden menos.

  • Ni que decir tiene que, si fuera necesario, los menores se cambiarán varias veces al día de calcetines, especialmente cuando hacen deporte.

  • El calzado también es fundamental que sea el idóneo. Por eso, hay que comprarles zapatos y zapatillas que estén realizados en piel, para que así sus pies transpiren mejor y no suden en exceso.

  • Importante es, por supuesto, que todos los días no usen el mismo calzado y también que este sea adecuado a la época del año en la que se está. De ahí que en verano se recomiende que usen sandalias y en los meses de más frío modelos cerrados pero que, a través de distintos sistemas, puedan garantizar una correcta ventilación.

  • Cuando vayan a disfrutar de piscinas o de vestuarios públicos es fundamental que los niños extremen su higiene y su salud. Por eso, cuando tengan que ducharse en las zonas comunes es importante que lleven chanclas o cangrejeras, que ayudarán notablemente a evitar que puedan contagiarse de hongos.

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