4 cosas que siente o piensa una madre y nunca le dice a sus hijos
Ser madre es, entre otras muchas cosas, un acto de gran generosidad. Y es que en el momento que sabe que está embarazada, la mujer deja atrás el egoísmo que podía definirla hasta entonces y pasa a pensar únicamente en lo que necesita su bebé para crecer sano y ser feliz.
Precisamente por esa circunstancia, las mamás tienen que hacer frente a situaciones e incluso a sensaciones diferentes, únicas y que, en muchos casos, mantienen en secreto para no herir o preocupar a sus vástagos.
En concreto, estas son las cosas más frecuentes que piensan y sienten, pero que nunca cuentan a sus hijos:
1-“Muchas veces sentí miedo”
Cuando pensamos en nuestra madre, se nos viene a la mente la figura de una mujer valiente, fuerte y capaz de afrontar cualquier situación que hace acto de aparición. Pero lo que nunca nos ha dicho es que, en muchas ocasiones, sintió miedo y tuvo que calmar sus nervios para no perder los papeles, pues lo importante era nuestro bienestar.
¿Cuándo sintió pavor? En situaciones como el momento del parto, nuestros primeros cuidados, las veces en las que enfermamos, cuando empezamos a dar los primeros pasos…
2-“Creí que me quedaba sin fuerzas”
La maternidad es muy satisfactoria y trae consigo la posibilidad de experimentar sentimientos únicos e irrepetibles, pero también supone un gran esfuerzo. Así, especialmente en los primeros meses de vida, el bebé se despierta cada poco tiempo y eso requiere que su madre tenga que aprovechar los huecos en los que ese descansa para poder dormir.
Todo eso, unido a posibles enfermedades que pueda sufrir el pequeño, hace que la mujer en muchas ocasiones sienta que no tiene fuerzas, que es tal el agotamiento que siente que no puede seguir adelante…Sin embargo, aunque lo piensa se lo calla, especialmente cuando ve la sonrisa o el rostro de su hijo pues en ese instante saca energía de cualquier rincón de su cuerpo para protegerle y cuidarle.
3-“Para mí siempre has sido lo primero”
Puede ser que nuestra madre nunca nos haya dicho que somos lo primero en su vida. Sin embargo, no hace falta porque siempre lo ha demostrado. Así, en todo momento ha priorizado y prioriza nuestro descanso, nuestra alimentación, nuestra salud, nuestro bienestar…aunque eso le suponga tener que dormir menos, comer tarde y mal, descuidar su aspecto o acabar con sus hobbies.
4-“Tu llanto me parte el corazón”
De la misma manera, no hay que pasar por alto que para cualquier mujer ser madre es también sufrimiento. ¿Por qué? Porque no podrá evitar que sus hijos tengan que hacerle frente al dolor en determinadas situaciones y al verles llorar, sentirá que el corazón se le parte, aunque no lo exteriorice.
Así, llora por dentro cuando su pequeño está enfermo, cuando se cae y se hace daño, en el momento en el que lo pasa mal porque deja la habitación de sus padres para comenzar a descansar en la suya propia, cuando el niño le pide suplicando que no le deje en la guardería…