¿Cómo hacerle frente a las pataletas de los niños?

Si eres padre o madre seguro que, en más de una ocasión, has tenido vergüenza por la pataleta en público que ha montado tu hijo, y todo porque no quería irse de donde estabais, porque no le dejabas jugar en ese lugar o simplemente porque no le compraste lo que quería. Así su respuesta a tu actitud es un llanto incontrolable, gritos e incluso “piscinazo” al suelo, como si de un jugador de fútbol se tratase.

Ante esa situación, posiblemente acabarías chillando o bien dándole lo que pedía con tal de que se callara. Pero ¿es la forma correcta de actuar? Está claro que no. Por ese motivo, ahora desde BabyAffinity queremos darte a conocer algunas de las claves para poder hacerle frente a esas rabietas infantiles, ya sean en casa o fuera de esta:

1-Respira, respira

La primera norma de oro ante la pataleta de un niño es que el adulto debe mantener la calma en todo momento. Y es que si se altera, su hijo verá que con su actitud está consiguiendo una reacción por parte del padre o la madre y eso le hará creer que está “ganando” el pulso. Por eso, aunque pueda costar por las voces y llantos del menor, es fundamental que los padres cuenten no hasta 10 sino hasta 100 y que, dentro de lo posible, estén tranquilos para poder hacerle frente a la situación.

2-Nada de gritos

La calma que hemos mencionado que tienen que tener los padres debe ir acompañada por la ausencia total de gritos. Chillarle al hijo lo único que hará será que este llore y patalee aún más, que se “monte un espectáculo” innecesario, en el caso de que todo ocurra en un sitio público, y que se le empiece a enseñar al niño que las cosas se arreglan a voces. Por eso, aunque en ese momento no va a escuchar prácticamente nada, porque está metido en su vorágine de enfado y lamento, hay que dirigirse al mismo sin levantar la voz.

3-Hablarle directamente mirándole a los ojos

Importante también es que cuando el pequeño está con su pataleta, el padre o la madre se dirijan al mismo, le hablen tranquilo y mirándole a los ojos. Y es que esta actitud le dejará claro no sólo que el adulto no ha perdido los nervios sino que además ha adoptado una postura firme y contundente que no va a cambiar por más gritos, llantos y patadas al aire que pegue.

Asimismo es necesario que se le explique de manera sencilla y una única vez porque no se va a hacer lo que desea. Nada de repetírselo cuarenta veces, porque lo ha escuchado. Si se le está continuamente diciéndole lo mismo se dará cuenta que, en parte, ha logrado lo que deseaba: ser el centro de atención en ese momento.

4-Deja que se vaya relajando. Aguanta

Ante la rabieta incontrolable de un hijo lo normal es ponerse de los nervios y desesperarse, pero eso no sirve para nada, porque el menor seguirá sin “bajarse” del burro. Por eso, lo mejor, una vez se le ha explicado el motivo de la postura paternal o maternal, es no hacerle caso, dejarle que se vaya relajando por sí solo. De esta manera, verá que sus actitudes no le van a llevar a ninguna parte y que, además, los adultos le están ignorando. ¿Resultado? Que se cansará, porque no ha conseguido su propósito, y cejará su serie de llantos, gritos y demás lamentos en voz alta.

Eso sí, si la pataleta la está montando en un lugar público, puede resultar incómodo y molesto para las demás personas que se encuentren allí. En ese caso, lo recomendable es irse con el menor a un lugar apartado y esperar a que se le pase pero, de igual modo, sin caer en su juego.

5-Ten en cuenta la situación

Además de todo lo expuesto, es importante que los padres tengan en cuenta en todo momento las circunstancias que rodean a la pataleta, ya que estas podrían explicar en parte el origen de la misma. Con esto nos estamos refiriendo a que deben pensar si el niño está cansado, si tiene sueño, si se encuentra enfermo…En esos casos, aunque hay que ser igual de firmes, se puede entender un poco más la situación y no tomársela tan a mal.

Por supuesto, aunque esas son las cinco claves fundamentales para poder hacerle frente a la pataleta de un niño, hay que tener en consideración una serie de aspectos importantes sobre ese tipo de actitudes:

• Las rabietas forman parte del crecimiento de cualquier menor. Estos no siempre suponen que sea un malcriado, simplemente pueden ser fruto de que está reclamando más cariño y atención por parte de sus papás.

• Dentro de lo posible hay que prever posibles pataletas si se conoce qué las activa. De ahí que se puedan evitar o directamente que se atajen rápidamente con una sencilla acción.