Las características de la piel infantil: consejos para mantenerla sana y cuidada

Sabemos que la piel infantil, especialmente la de los bebés, es realmente delicada y si bien debemos procurar los cuidados adecuados, en ocasiones pueden surgir problemas como el hecho de que el bebé sufra de piel atópica. Veamos a continuación, toda la información sobre las características de la piel infantil: consejos para mantenerla sana y cuidada

Las características de la piel infantil: consejos para mantenerla sana y cuidada

El primer contacto que tenemos con el exterior lo haces a través de la piel que realiza importantes funciones de defensa frente a infecciones bacterianas y virales y ayuda a mantener en equilibrio funciones vitales como la regulación de la temperatura y el correcto nivel de hidratación de nuestro organismo.

Durante nuestros primeros meses de vida, la piel se convierte además en un órgano sensorial muy importante, que permite al recién nacido recibir estímulos sensoriales y afectivos a través del tacto , cuando los otros sentidos (especialmente la vista) aún no se han desarrollado por completo.

De ahí que se diga que la piel de los niños es más delicada que la de los adultos , por lo que es fundamental para preservar su integridad y no alterar su función defensiva natural cuidarla bien, pero antes, también será bueno que conozcamos sus principales características.

Conociendo la piel infantil

El desarrollo de las diversas capas que componen la piel es un proceso evolutivo que comienza muy temprano, ya en la vida intrauterina (desde las primeras etapas de la vida embrionaria), continúa durante todo el embarazo y se completa solo después del nacimiento .

La piel de los niños es diferente a la de los adultos y tiene estas características principales:

• La capa superior de la epidermis ( estrato córneo) es mucho más fina y, por tanto, más frágil;
• La película hidrolipídica que recubre la piel para protegerla de las agresiones externas realiza la función barrera con menor eficacia ;
• La superficie de la piel del cuerpo de los niños es relativamente más grande en relación con su peso y, por tanto, la piel recibe más estrés;
• El sistema circulatorio aún no se ha formado completamente y se adapta lentamente a los cambios de temperatura, lo que somete la piel a un mayor estrés térmico;
• La piel tiene menos pigmentos que la de un adulto y tiende a tener más problemas durante la exposición al sol.

Todas estas características que os hemos señalado, explicarían el porqué la piel infantil es mucho más delicada y frágil y por lo tanto, está más predispuesta a la deshidratación , la irritación y el riesgo de penetración de sustancias tóxicas .

Consejos para la protección adecuada de la piel infantil.

A partir de lo señalado entenderemos porqué desde el nacimiento es fundamental dedicar un cuidado especial a la piel del bebé . Para ello tan solo será necesario adoptar unas sencillas reglas para asegurar un óptimo bienestar de la piel del bebé. Veamos cuáles son:

• Mantén una hidratación adecuada tomando suficientes líquidos durante el día.
• Realiza al bebé baños o duchas breves (no más de 10 minutos) con agua tibia.
• Limpia la piel con productos líquidos no agresivos con pH neutro o ligeramente ácido, libres de tensioactivos, o mejor aún con soluciones limpiadoras aceitosas a base de aceites minerales que deben añadirse al agua del baño sólo en los últimos minutos o aplicarse directamente sobre la piel si se utiliza la ducha.
• Usa emolientes (como humectantes y aceites nutritivos) cuando la piel aún esté húmeda.
• Presta mucha atención a los productos utilizados para lavar , a mano o en la lavadora, la ropa que entrará en contacto con la piel del bebé. Es importante elegir sólo detergentes y suavizantes dermatológicamente probados para uso pediátrico y certificados para pieles sensibles , también adecuados para el lavado de ropa de niños con enfermedades dermatológicas. Los agentes químicos contenidos en los detergentes no formulados específicamente para la delicada piel de los niños , de hecho, pueden no eliminarse por completo durante la fase de aclarado y quedar atrapados en los tejidos. Una vez en contacto con la piel, estos químicos atacan la película hidrolipídica superficial que, como hemos señalado, recubre la piel para protegerla de las agresiones externas, alterando su equilibrio y haciéndola más vulnerable. En niños con patologías dermatológicas (como la dermatitis atópica) la acción irritante de los agentes químicos es aún más nociva , porque la piel de estos niños es más vulnerable y permeable a las sustancias con las que entra en contacto.