Vox acusa al PSOE de querer tapar el vertido de doce horas de aguas fecales en Mallorca
Acusa al Ayuntamiento de Calviá de ocultar un delito ecológico y de no poner medios y operarios suficientes para atajarlo
Considera que hay responsabilidades políticas manifiestas e insta a la Conselleria de Medio Ambiente del Govern a actuar
Vertido de aguas fecales durante doce horas en el área rural de un municipio de Mallorca
La portavoz del Grupo Municipal de Vox en el Ayuntamiento de Calviá, Esperanza Catalá, acusa al gobierno de coalición de socialistas, independentistas y populistas de Podemos de este municipio mallorquín, de 50.000 habitantes, de «querer ocultar un delito ecológico» tras desvelar en exclusiva OKBALEARES el vertido durante doce horas de aguas fecales producido por el colapso de la estación impulsora ubicada en la localidad de Es Capdellá, perteneciente a esta población de Mallorca.
Vox denuncia que «un gobierno que se llena la boca de ecologismo deja doce horas un vertido de fecales en un pueblo emblemático como Es Capdellá».
A juicio de Catalá, el Ayuntamiento y la compañía municipal Calviá 2000 tendrían que haber actuado desde el minuto uno, poniendo todos los medios a su alcance para hacer frente a esta alerta ecológica. «No como hicieron, que hasta la mañana siguiente no mandaron operarios ni medios adecuados, para atajar esa avería en la estación cuando ya llevaba más de doce horas expulsando aguas sucias» al entorno rural del municipio.
Por ello, considera que » hay responsabilidades políticas manifiestas, y la Conselleria de Medio Ambiente y todos los organismos con responsabilidad en esto, están obligados a actuar ante lo que ha pasado».
«Estoy convencida de que el Ayuntamiento ha querido tapar este asunto, y ahora, que lo ha destapado OKBALEARES, vamos a estar muy pendientes para que se llegue a las últimas consecuencias», abunda Catalá.
El vertido, como reveló este diario, se produjo la tarde noche del día 24 de noviembre del año pasado, y tras la alerta por vertido recibida en la estación de control de la depuradora de Santa Ponsa, la compañía municipal mandó a dos operarios con una bomba de achique, y no un camión mixto, para recoger las aguas fecales y trasladarlas hasta la depuradora, como establecen los protocolos.
Cuando acabaron su jornada laboral, y al no recibir más instrucciones desde la dirección de la compañía municipal, los dos trabajadores se retiraron de la estación, que continuó vertiendo aguas fecales al entorno rural hasta la jornada siguiente, cuando se desplazó hasta la zona el turno de operarios de la mañana.
Para Catalá, «el vertido está ahí, no se pusieron los medios adecuados, no se hizo nada en toda la noche, por las razones que sean, pero el delito ecológico es evidente, ellos lo saben, y lo han querido ocultar».
La concejala va más allá en su valoración y considera que lo sucedido esconde que «no hay suficientes inversiones en las depuradoras», pero apunta también, «al mal clima laboral que hay en la compañía Calviá 2000», y la pésima gestión del personal.
A este respecto hay que indicar que en esta empresa municipal, encargada de la limpieza, alcantarillado y depuración de aguas, con más de 350 trabajadores en plantilla, solo había en el turno de tarde de esa jornada del 24 de noviembre, dos operarios, oficial y peón. No se trasladó al lugar de los hechos, ningún jefe del departamento de aguas.