Presentan la rehabilitación integral del edificio histórico de Cecilio Metelo tras 15 años cerrado
La Conselleria de Salud ha impulsado la reforma y los técnicos de Vivienda han elaborado el proyecto
Cuenta con un presupuesto de 12,5 millones y recupera el inmueble catalogado y un refugio antiaéreo de la Guerra Civil

El Govern ha presentado este lunes el proyecto de rehabilitación integral del edificio histórico de la calle Cecilio Metelo, en el centro de Palma, después de permanecer 15 años cerrado. Las obras, que se prevé que se inicien entre finales de octubre y principios de noviembre, permitirán recuperar este inmueble catalogado como futura sede de varios departamentos sanitarios.
Según ha explicado la Conselleria de Salud en un comunicado, el departamento que dirige Manuela García ha impulsado la reforma y los técnicos de la Dirección General de Vivienda y Arquitectura, de la Conselleria de Vivienda, han elaborado el proyecto.
La consellera de Salud y el conseller de Vivienda, Territorio y Movilidad, José Luis Mateo, han presentado esta actuación junto con responsables del proyecto, un equipo encabezado por la arquitecta Ana Pilar González.
Se trata de la reforma integral del edificio emblemático construido en los años 30 del siglo XX, que fue la sede del antiguo Instituto Provincial de Higiene, un conjunto histórico que comprende el inmueble y la zona arbolada, catalogados con grado de protección B (bien de interés local) por el Ayuntamiento de Palma y que incluye la restauración de un refugio antiaéreo.
Las obras cuentan con un presupuesto de 12,5 millones de euros, financiado con fondos procedentes del Factor de Insularidad del Régimen Especial de las Islas Baleares, y tienen un plazo de ejecución de 24 meses. Se han adjudicado a la unión temporal de empresas Construcciones Llull Sastre-Obras y Pavimentaciones Man. La previsión es que puedan iniciarse a finales de este mes de octubre o a principios de noviembre.
El edificio se proyectó durante la Segunda República como edificio racionalista destinado a la sanidad pública. La obra se atribuye al arquitecto Josep Alomar Bosch y su construcción finalizó en mayo de 1936, con una ampliación posterior en el lado noroeste. Tiene una superficie construida de 2.773,91 metros cuadrados y se ubica en una parcela de 3.220 metros cuadrados. Conserva en el subsuelo un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, cuya restauración está incluida en el proyecto.
Fachadas con escudos y vestigios de la muralla renacentista
El inmueble presenta un deterioro estructural importante debido a la falta de cimentación original y de intervenciones posteriores que debilitaron sus muros de carga. Por eso, el proyecto prevé el vaciado interior del edificio para levantar una nueva estructura que cumpla la normativa vigente, con la ejecución de cimentación mediante micropilotes, manteniendo las fachadas catalogadas con sus escudos, el refugio de la Guerra Civil y los vestigios de la muralla renacentista hallados en el subsuelo.
El edificio está situado en el antiguo bastión de la muralla renacentista del que se han identificado dos tramos: uno en el acceso al refugio y otro en el exterior. Todas las actuaciones se llevarán a cabo bajo la supervisión de los arqueólogos del equipo de la dirección facultativa y con las autorizaciones del Consell Insular de Mallorca.
La rehabilitación incorpora criterios de eficiencia energética y sostenibilidad y apuesta por un consumo casi nulo mediante el uso de energías renovables. El edificio dispondrá de placas fotovoltaicas y un sistema de geotermia que aprovechará la energía del subsuelo para el suministro eléctrico, detalla la Conselleria de Salud en el comunicado.
Un nuevo espacio para la salud y la ciudadanía
Manuela García ha explicado que «con la rehabilitación, este edificio emblemático del centro de Palma recuperará su vocación sanitaria original y, después de 15 años en desuso, volverá a prestar servicio a los ciudadanos de Palma».
Asimismo, se restaurará el refugio antiaéreo y se protegerá y catalogará el trazado de la muralla renacentista para garantizar su preservación y reconocimiento histórico.
En el exterior, se ampliarán las zonas ajardinadas y se eliminarán los espacios destinados a aparcamiento y, junto a los árboles existentes, se sembrará vegetación autóctona para crear un jardín mediterráneo, abierto al disfrute ciudadano y que contribuirá a ampliar las áreas verdes de este barrio tan consolidado.