Palma celebra de forma solemne, con todas sus tradiciones y sin autoridades la festividad del Corpus
El obispo Taltavull hace un llamamiento a la solidaridad y destaca que uno de cada cuatro españoles vive en riesgo de exclusión
Qué es el Corpus Christi y por qué se celebra
Muchas cosas han cambiado en Palma durante las últimas décadas aunque la festividad del Corpus Christi mantiene toda su esencia, tradiciones y solemnidad. Es una de las fiestas más importantes de la comunidad católica y la Catedral de Palma se ha visto abarrotada de fieles durante la celebración del oficio solemne que ha precedido a la procesión por las calles del centro histórico de la ciudad. Este año no ha habido presencia institucional y ninguna autoridad ha participado en el desfile.
La celebración ha empezado a las 17 horas con la exposición del Santísimo, posteriormente ha tenido lugar el canto de Vísperas y finalmente, a las 18 horas, la Eucaristía presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.
Al acabar la Eucaristía la procesión ha efectuado el recorrido tradicional: Dalt Murada, calle Palau, plaza Santa Eulàlia, calle Palau Reial, plaza de Cort y volver hacia la Seu. El Santísimo ha sido llevado por la carroza con la Custodia Mayor.
La Lledània y las insignias de la Seu (Tintinábulo y Conopeo) también se han lucido durante la procesión en la que han participado las Cofradías de Palma con su Estandarte.
En su homilía, el obispo Taltavull ha recordado que «el sacramento de la Eucaristía es el sacramento de la caridad, y que no podemos separar una realidad de la otra. Éste es el motivo por el que hoy nuestra institución de Cáritas propone el compromiso social de ser una Iglesia samaritana, una Iglesia en salida que quiere alargar la mesa de la Eucaristía, que es la mesa de la fracción del pan, del compartir en todas las situaciones personales, familiares y sociales que viven la precariedad, la exclusión y tantos signos de vulnerabilidad que les impiden vivir con dignidad, disfrutando de una tierra, de un techo y de un trabajo decente».
Y ha añadido el obispo: «Cuando en estos momentos se dice que la economía va bien hay que pensar cómo hacerlo para que esta mejora pueda ayudar a solucionar situaciones en las que una de cada tres personas en España no tiene suficiente ingresos para vivir dignamente; cuando una de cada tres personas vive los efectos de la brecha digital; cuando 1 de cada 4 personas están en situación de exclusión (son unos 11 millones de personas); cuando un 7% de la población española no tiene ingreso alguno; cuando un 17% de la población tiene un gasto excesivo en vivienda y para muchos el acceso para conseguirlo es casi nulo».
Ya en la procesión, un año más, el elemento más esperado por los devotos ha sido la Lledània, la cruz procesional que encabeza la procesión del Corpus y que ha sido transportada por los miembros de las cofradías de Palma. La Lledània pesa unos 65 kilos y, tradicionalmente, se adornaba con flores frescas, aunque en la actualidad aparece ornamentada con más de 1.200 flores de cera.
El sacramento llevado a la Custodia, es la otro gran protagonista del encuentro. Se trata de una pieza elaborada por el orfebre de la Seu, Josep Nicolau, en 1585 y reestructurada por Nicolau Bonnín en 1785.
Son también de «especial interés» dos piezas que se utilizan en esta procesión del Corpus y que fueron diseñadas por Gaudí. La primera es el Conopeo, un elemento de forma cónica, con franjas de colores amarillo y rojo, sujeto por una asta de madera que lleva en lo alto una esfera coronada por una cruz.
Años atrás la ceñía una corona de aluminio que, por el uso, acabó degradándose hasta el punto de ser irrecuperable. Por este motivo, desde el 2004, ostenta una corona de plata.
El otro elemento propio de la procesión del Corpus es el Tintinábulo, también diseñado por Gaudí. Una campana de bronce, de forma casi cilíndrica, coronada por un sol que alterna puntas rectas y curvadas, y está sujeta a un palo que permite llevarla por las calles más cómodamente.