Mal equipo, mal negocio

Al hilo de mi absoluto desinterés por el ganador del Balón de Oro o del festival de Intervisión, añadan que me importa tanto que el RCD Mallorca SAD monte un club de negocio como si abriera una sección de petanca, los presente Toni Nadal o el mismísimo alcalde de Delaware, el paraiso fiscal americano donde fijó su domicilio social la sociedad propietaria del club palmesano, Liga ACQ Legacy Partners LLC.
El verdadero negocio es el que no cuidan, por mucho que los portavoces de la propiedad y sus principales ejecutivos, Alfonso Díaz y Pablo Ortells, presuman de cerchas, pasillos, bares, gimnasios y patrocinios el CEO, y de mejorar una plantilla que empeora temporada tras temporada, el causante del estropicio en curso.
Alguien tendría que explicar, porque seguro que tiene explicación, cómo con un tope salarial de más de 60 millones, el portal de internet Transfermarket valora la gigantesca obra del director deportivo solo en 37 y medio. O suman mal o no es fácil de entender. Por otro lado mientras tratan de convencernos de que han tenido que afrontar una ampliación de capital de más de 14 millones para reformar el estadio municipal que ocupan porque los 27 signados a través del préstamo asignado por el fondo CVC mediante la Liga de Fútbol Profesional no eran suficientes, ahora nos cuentan que viene otra de 8,6 para reforzar al equipo. Si en el primer caso el sobrecoste indica otro nefasto fallo, uno más, de gestión, en el segundo, el único que realmente debería importar, mueve a la risa creer que para adquirir los derechos de Pablo Torre y la mitad de los de Jan Virgili, ya visto uno o pendiente de valoración el otro, se ha utilizado tal cantidad y el equipo muestra su peor imagen en años.
Miren. Hace poco más de 10 años el fundador de THB Hoteles, Francisco Miralles, me invitó a un desayuno en un hotel de Santa Ponsa con el empresario catalán Jaume Roures donde, a diferencia de lo que ocurre hoy día en demasiadas convocatorias, sí se admitían preguntas. La mía fue: ¿es negocio un club de fútbol? La respuesta, igual de concreta: «si está bien llevado, si». Lamentablemente no es el caso del RCD Mallorca SAD. Ni de coña.
Pero entre vídeo y vídeo, foto va y foto viene, un día una marca de bicicletas y sino algún acuerdo bancario o un oráculo del «sumo», la espantá de Dani Rodríguez vale como efímera cortina de humo o, en su caso, siempre estará el pelota de turno para masacrar a los jugadores o criticar al entrenador al dictado del gentil filtrador.