Presidente de Asaja Baleares

Joan Company: «Los payeses gestionamos el 90% del territorio balear y si se abandona, lo vamos a pagar»

"Tenemos la población agraria más envejecida de toda España, el 65% tiene más de 55 años"

"En Baleares cada vez perdemos más explotaciones pero no se pierden hectáreas de cultivo, las fincas son ahora más grandes"

"Marruecos y otros países nos hacen una competencia desleal, introducen sus productos sin apenas controles"

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Es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza y cuenta con un Máster en Dirección de Empresas. Sin embargo, Joan Company (Sant Joan, Mallorca, 1962) se ha dedicado toda la vida al sector agrario y desde 2003 es el presidente de Asaja en Baleares (Asociación de Jóvenes Agricultores), además de formar parte de la directiva nacional de esta organización agraria. Es también el gerente de S’Esplet, la cooperativa que comercializa la patata de Sa Pobla preferentemente.

En esta entrevista, Joan Company describe y analiza la situación del campo en Baleares y presenta sus propuestas y reivindicaciones al Govern. Señala la elevada edad de la gente del campo en las Islas, los sobrecostes de la insularidad, las dificultades para vender el producto local y destaca la importancia que tiene el mantenimiento del campo para el sector turístico.

PREGUNTA.-Para introducir el tema, ¿cuáles son las principales funciones de Asaja Balear?

RESPUESTA.-Asaja Baleares es una organización profesional agraria en la que  sus socios son los dueños y propietarios de fincas. Asaja trabaja en defensa de estos propietarios en sentido amplio. Defendemos a nuestros socios, sus propiedades, su actividad, intentamos preparar el sector para todos los cambios que se producen y ante la gran cantidad de normativa europea.

P.-¿Están centrados en los jóvenes agricultores  o en todos en general?

R.-En teoría somos una organización de jóvenes agricultores pero abarcamos todo el sector.

P.-Como profesional de la agricultura y como presidente de Asaja, ¿qué futuro cree que tiene el campo balear?

R.-Las Islas Baleares tienen una evolución histórica que proviene de los minifundios y de una cultura agroalimentaria de supervivencia. Esto condiciona mucho los tamaños de las explotaciones y luego también condiciona mucho las diferentes actividades. Es decir, aquí tenemos un poco de todo, pero más bien poco. Otra cosa muy importante antes de hablar de futuro es que tenemos unos costes por insularidad que son del 30% más que en una explotación agraria de la península. Si juntamos estas dos cosas tenemos un problema. Aquí tenemos una agricultura de supervivencia, por llamarlo de alguna manera, que cuida el territorio. Un cultivo de cereales, por  ejemplo, tiene un gran impacto ambiental positivo para la imagen turística de las Islas. Los productores de cereales económicamente sufren mucho y la sostenibilidad es muy complicada. Luego, por otro lado, tenemos la agricultura ligada al agua, que es una agricultura más productiva, más orientada al mercado y esta tiene más viabilidad. Pero es que ahora debemos añadir otras cosas. ¿Cuál es el gran problema hoy? El gran problema es adaptarse a las nuevas realidades que se están abriendo dentro del sector desde el punto de vista agroalimentario. Y esto significa la triple sostenibilidad, la sostenibilidad económica, la sostenibilidad medioambiental y la sostenibilidad social.

P.-¿Qué significa esto?

R.-Que en primer lugar hay que ganar dinero y esto ya complica mucho las cosas. En segundo lugar, hay que trabajar con mucho respeto al medio ambiente y esto exige una profesionalización importante. Y en tercer lugar tienes que ser muy sensible al tema de los recursos humanos. Y esto está condicionando los dos perfiles que tendremos. Tenemos una gente mayor que tendrá muy difícil adaptarse y, en cambio, hay explotaciones jóvenes con gente muy bien formada que estos sí que tienen futuro en las islas.

P.-Ha mencionado antes que la agricultura tiene una gran importancia para el turismo.

R.-Es muy importante para los turistas que nos visitan. Encontrar campos cuidados y ofrecer una buena imagen de Mallorca y muy diversa es importante. Aquí tenemos montaña, la comarca del Pla, costa.. etcétera. Casi todo el mundo está de acuerdo en que la imagen del territorio como un activo turístico es muy importante.

P.-Dado que los agricultores proporcionan esta imagen tan bonita de Mallorca y tan apreciada por los turistas, ¿cree que deberían recibir alguna compensación a cambio?

R.-Es una de las cosas de las que hemos hablado mucho, de cómo redistribuir la riqueza. Se está hablando mucho de economía circular y en la economía circular la sostenibilidad es básica. Entonces, una de las cosas en que tienes que ser sostenibles es en alimentación y cuidado del territorio y cuidado del agua y cuidado de muchas cosas. Todo esto es básico y es básico que el sector agrario esté involucrado. ¿Por qué? Porque sencillamente gestionamos indirectamente un 90% del territorio de Baleares. Sólo el 10% es urbano. Este 90% son 450.000 hectáreas y sólo 220.000, el 50%, están cuidadas, tienen gestión agraria o ganadera. Luego hay una parte que no es gestión agraria o ganadera sino forestal. Si el mantenimiento forestal lo sumamos al agrario nos resulta una parte muy mayoritaria del territorio de las Islas y si si esto se abandona, a largo plazo lo pagaremos.

P.-Es decir, que la Administración debería hacer algo para evitar el abandono del campo.

R.-Lo está haciendo. Pero nos tendremos que plantear hacer algo más, no sólo la Administración sino la sociedad en general. Hemos de hacer algo para conseguir la sostenibilidad medioambiental. No puede ser sólo un debate político, ha de ser un debate social. El Govern sí que debe tener la voluntad y la capacidad de redistribuir riqueza.

P.-¿Cuá es la media de edad de los agricultores de Baleares?

R.-El 65% tiene más de 55 años. Tenemos la población agraria más envejecida de España.

P.-Con estos datos parece difícil garantizar un futuro para la agricultura balear.

R.-No necesariamente. Cada vez estamos perdiendo más explotaciones pero no perdemos hectáreas. ¿Qué quiero decir con esto? ¿Que las explotaciones se van haciendo más grandes. Entonces aquí, debido al minifundismo, es preciso mecanizar, digitalizar, hay que hacer toda una serie de cosas. Necesitamos ganar tamaño de explotación. Lo que necesitamos es gente joven o gente de media edad que pueda recoger el relevo. Esto se tendrá que trabajar porque es un problema común a toda España. Sí que tenemos jóvenes y en muchos casos muy bien preparados.

P.-Pronto hará un año de la gran tractorada donde ustedes, los de Asaja, defendían toda una serie de reivindicaciones. ¿Se ha avanzado algo después de la tractorada?

R.-Pues, estamos en un momento donde francamente no sé qué contestarle. Hace unos meses le habría dicho que sí, pero en estos momentos hay un gran debate en Europa sobre el futuro de la Política Agraria Comunitaria. La Comisión ha salido con unas nuevas ideas que no eran lo que nos habían prometido hasta ahora. Entonces, por un lado tenemos la Comisión que dice unas cosas como la supresión de la PAC entendida como lo que es la política agraria comunitaria y por el otro lado está el Parlamento Europeo que dice que se tiene que seguir con la PAC. Estamos muy preocupados por el futuro de la Política Agraria Comunitaria.

P.-Entre las reivindicaciones de la tractorada del mes de febrero de 2024 estaba tomar medidas contra la competencia desleal de otros países que introducen sus productos en las Islas con menos controles.

R.-Efectivamente, esto sucede en Baleares, en toda España y en toda Europa. Es lo que se conoce como las cláusulas espejo. Aquí la legislación nos obliga a producir con unos criterios muy medioambientales. Lo que no puede ser es que desde el norte de África o Hispanoamérica nos lleguen productos con pocos controles. No hay capacidad de inspección en puertos para controlar todo lo que entra. Y este es el gran problema. O sea, aquí hay un dumping, una competencia desleal por parte de terceros países.

P.-En los supermercados de Baleares se ven muchos productos, frutas y verduras procedentes de Marruecos y otros países. ¿No producimos suficiente fruta y verdura para abastecer a la población de Baleares?

R.-No, no producimos casi nada.

R.-¿Y por qué motivos?

R.-Por dos aspectos: uno son los elevados costos y el otro es la dificultad de encontrar mano de obra para el sector primario. También está el problema de la vivienda. La agricultura ligada al agua es muy dependiente de mano de obra y además tenemos el problema de la insularidad. No podemos competir con según que regiones de la península y menos con África. Nosotros no podemos luchar por precio y la agricultura del futuro de Baleares será agricultura de calidad o no será.

P.-¿Cuáles son los productos más rentables que produce Baleares?

R.-Yo no diría que un producto es más rentable que otro. Hay un producto diferenciado y otro que no lo es. Todos los productos pueden ser más o menos rentables. La cuestión es cómo vender este producto y a quién. ¿A qué grupo de consumidor te diriges? No es lo mismo producir para una gran cadena de distribución donde prima el precio que producir un producto muy bien hecho  y muy bien comercializado. Si tenemos que hacer un queso para la gran distribución, lo importante es el precio. En cambio, un queso muy bueno, de mucha calidad, es otra historia. Si haces quesos o sobrasada de alta calidad, tienes tu mercado. No son mercados grandes, pero te puedes defender. Aquí lo que es muy importante es cómo haces la comercialización y el marketing.

P.-¿Usted propone que los agricultores de Baleares se dediquen a un producto determinado de calidad?

R.-Más que hacer productos determinados, lo necesario es hacerlos bien y venderlos muy bien. Entonces, esto exige toda una manera de hacer las cosas que son años.

P.-Antes ya lo ha mencionado, pero podría incidir en cuáles son los principales problemas que provoca la insularidad.

R.-En primer lugar, todo lo que llega a las Islas tiene un coste de entrada y este es el gran hándicap. Como no producimos mucho, pues hay que importar mucho. Y esto pues tienes un coste de transporte.  Pongamos el ejemplo de un taller mecánico que repara maquinaria agrícola. Este taller necesita un almacén que es más caro, un mecánico que es más caro, una mano de obra que muchas veces no encuentra. Todo esto afecta al sector agrario. Además, si tienes que hacer una nave agrícola, te resultará mucho más caro que hacerlo en la península. Hay todo un conglomerado de variables que hacen que aquí producir sea más complicado. Y luego estamos en un mercado muy reducido. Una parte muy importante del consumo está en el sector terciario, que está organizado alrededor de centrales de compra potentes.

P.-¿Qué opina de la gestión del Govern de Prohens en cuanto a la agricultura y la ganadería?

R.-Tenemos un conseller de Agricultura [Joan Simonet, ex gerente de Asaja] del que no puedo hablar mal. Tenemos un conseller que se entera. Por lo menos lo entiende. Venimos de una legislatura en la que yo, como presidente de Asaja, considero buena para el sector. El conseller Simonet ha hecho una transición donde yo creo que los grandes temas los estamos llevando bien. El problema es otro. El problema es que tenemos un sector que no es fácil de gestionar.

P.-Hablemos de la comercialización de los productos de Baleares. Una buena solución para el sector sería que las cadenas comerciales o los hoteles compraran más producto local y esto no se ha conseguido nunca.

R.-Estamos en ello. Estamos en un sitio donde hay mucho consumo pero donde hay centrales de compra muy poderosas. En la legislatura pasada se tomó la iniciativa de que al menos del 3% de los productos que compran los hoteles fueran de aquí y estamos trabajando en ello con el Consell de Mallorca, que es quien tiene las competencias para potenciar el consumo del producto local.

P.-¿Es determinante que los hoteleros compren producto local?

R.-Es importante conseguir esto. Nosotros no podemos ver ciclistas que vienen con su paquetito atravesando nuestros campos y no nos dejan ningún beneficio.

P.-Se habla de que los hoteles compren al menos el 3% de producto local. ¿No es muy poco un 3%?

R.-Se habló de empezar con el 3% para luego ir avanzando. Si ponemos un 10% y no se aplica no conseguimos nada. Hay empresas que están aplicando lo del 3% y les va bien.

P.-Algunos hoteles aplican este 3%, pero la gran mayoría no.

R.-Hay de todo. Entonces estamos pendientes de una reunión con Marcial Rodríguez, el conseller insular de Turismo en Mallorca, para que nos dé los resultados de este año. Hay que ser más ambiciosos en este aspecto.

P.- ¿Y las industrias, las grandes cadenas comerciales, compran producto local?

R.-Aquí hay gente que puede producir para las grandes cadenas, pero hay gente que no. Por ejemplo, un buen agricultor que pueda ofrecer un producto de calidad a un restaurante o hacer venta directa o a un mercado, este puede vivir perfectamente sin ninguna cadena. Los grandes volúmenes requieren cadenas comerciales. Aquí estamos viendo que hay productos que no pasan nunca por una cadena, o sea, un vino de calidad, un aceite de calidad  o un embutido de calidad. Su canal comercial no es la gran distribución. Un producto de calidad puede venderse a El Corte Inglés, un hotel de cinco estrellas o un restaurante. Existe toda una seria de canales comerciales y nichos de mercados que hay que explotar.

P.-¿Cree que hay que hacer modificaciones en las normativas urbanísticas y territoriales para proteger más la agricultura?

R.-Considero que sí. Pero quisiera explicarme bien. No significa que tengamos que urbanizar todo el campo. No vamos por ahí. Nosotros no somos grandes urbanizadores. Lo que sí queremos es poder desarrollar nuestras actividades correctamente. Voy a poner un ejemplo: en tema de movilidad  hay muchas carreteras rústicas que no permiten el paso de camiones o maquinaria de cierto tamaño. Hoy en día, con la maquinaria actual, las carreteras y caminos han quedado pequeños. Si las máquinas se vuelven grandes tienen que poder entrar. Otro ejemplo: si la Serra de Tramuntana la queremos tener viva, tenemos que darle vida. Y esta vida a lo mejor exige la construcción de sestadors para el ganado o una nave agrícola a la que tienes que poder llegar con un camión con el pienso. Hay que tener una sensibilidad para todo esto.

P.-Otro tema pendiente que no sé si finalmente se resolvió es la posibilidad de que los productores vendan sus productos en sus propias fincas.

R.-La venta directa. Tenemos una asociación de productores que hace venta directa y hay casos de mucho éxito. Esto es un punto determinante para maximizar la rentabilidad. O sea, producto local y ventas directas son determinantes.

P.-¿Cree que hace falta más promoción del producto local?

R.-Nunca vendría mal. Tiene que haber promoción del producto local, es evidente, pero tampoco no nos tenemos que volver locos. Tiene que haber promoción, tiene que darse a conocer mucho el producto local pero sobre todo, aparte de la promoción, hay que conseguir que los organismos públicos tengan más sensibilidad y adquirir producto local cuando hacen eventos, en los colegios y hospitales… Todo lo que es Administración tendría que tener más sensibilidad  y utilizar el producto local. Es otra manera de redistribuir riqueza.

P.-Que los colegios y hospitales compren productos locales.

R.-Así es. Si hay ayudas del Govern a los centros docentes para alimentación, una ayuda importante sería que el producto de alimentación fuera local. Normalmente se habla sólo de las condiciones económicas pero hay toda una serie de condiciones ambientales que hay que tenerlas muy presentes. Si nosotros importamos productos agrícolas, todo lo que es la actividad relacionada con la captura de carbono que realizan los árboles frutales y los cultivos se hace fuera y nosotros, con el transporte de estos productos, nos convertimos sólo en emisores de gases de efecto invernadero.

P.-¿Pueden sobrevivir los agricultores sin las subvenciones?

R.-En el modelo actual, no. Pero hay que matizar. Los productores que están orientados al mercado sí que pueden sobrevivir, los que son de nicho pequeño, no. Los productores de cereales no pueden vivir sin las subvenciones debido a los elevados costes de la insularidad. Pero hay que decir una cosa: ¿qué pasaría si se quitaran las subvenciones? Pues habría una selección de agricultores y lo que es seguro es que subiría el precio de los alimentos. Al final, las subvenciones son un instrumento para que la gente compre la comida más barata. Por otra parte, cuando hay problemas serios, meteorológicos, de  bloqueos internacionales, etcétera, los precios se disparan. Durante la pandemia, por ejemplo, se consumía mucho producto local.

P.-¿Las subvenciones en cuestión llegan o hay demoras?

R.-Hay que señalar que el criterio de prudencia para no hacer malversación de los fondos públicos ha llegado a tal nivel de control que hasta en ciertos momentos es esquizofrénico y esto ralentiza la llegada de las ayudas. Es una de las grandes reivindicaciones del sector agrario a la Conselleria de Agricultura, que por favor agilice el pago de las ayudas.

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