Los hoteleros ven la temporada turística «irregular» con mercados y destinos que no cumplen expectativas
Capdepera y Sóller son las zonas que más se están resintiendo de la caída de la ocupación
El mercado británico va más lento y el escandinavo se muestra sensible a los actos turismofóbicos
La zona norte de Mallorca es la que sufre más la caída en el sector del ocio nocturno
Restauración destaca el descenso de la facturación en el centro de Palma "a pesar de que está llena de gente"


La sector de la hostelería de Baleares está acusando caídas en sus cifras de ocupación y facturación una vez llegados a finales de julio, que marca aproximadamente la mitad de la temporada turística. Así lo han expresado este miércoles representantes de la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM), de CAEB Restauración y de la Asociación Balear del Ocio y Entretenimiento (Abone) en declaraciones a los medios de comunicación.
La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, ha asegurado que desde el pasado mayo los hoteles de Mallorca comenzaron a notar «un poco de irregularidades» en las cifras de ocupación, una tendencia que se ha replicado en junio y julio y que está imposibilitando que se cumplan las expectativas que se tenían antes de comenzar la temporada.
Los datos de los que disponen, ha matizado, todavía no son definitivos ni consolidados, por lo que ha pedido prudencia antes de hacer una valoración final de una temporada que prevén que sea buena y similar a la del año pasado.
Las zonas que se han visto más resentidas han sido la de Capdepera, un mercado fundamentalmente alemán, y la de Sóller, ha indicado. Por el momento, el mercado británico «ha ido un poco más lento» de lo habitual y el escandinavo «muestra un poco de sensibilidad hacia ciertos mensajes que se han lanzado y que no son positivos para el buen desarrollo de la actividad turística».
Aguiló también ha puesto de relieve las dos modalidades de clientes con las que tienen que lidiar los hoteles de Mallorca, unos que reservan con antelación y permiten una «estabilidad en la capacidad de planificación de las operativas», y otros que lo hacen en el último minuto, una tendencia «muy acusada» que se está dando en toda la isla.
La restauración, con caídas de hasta el 30%
El presidente de CAEB Restauración, Juan Miguel Ferrer, ha alertado de que esta temporada es la segunda consecutiva que el sector al que representa se resiente en sus cifras de facturación: «Este año se está consolidando una bajada importante».
Ferrer ha considerado que el motivo de esta tendencia es principalmente el encarecimiento del transporte aéreo y de las estancias hoteleras, lo que hace que los turistas tengan «menos dinero en el bolsillo para gastar», y la subida de precios que han llevado a cabo los propios establecimientos por una «cuestión inflacionaria».
También ha lamentado el «intrusismo» que ejercen algunos supermercados «atendiendo demandas propias de la restauración». Todo ello, ha señalado, conforma una «tormenta perfecta» que está provocando caídas en la facturación.
El porcentaje ponderado de estas bajadas oscila entre el 6% y el 8%, aunque ha señalado que habrá restaurantes que perderán este año entre un 15% y un 20% y que, en casos puntuales, hasta un 30%. «La mayoría, el 80% de los establecimientos, este año bajarán las ventas», ha asegurado.
Una de las zonas más afectadas, ha puesto como ejemplo, está siendo el centro de Palma, con bajadas de hasta el 8% pese a la sensación de que «está a tope de gente», o el puerto de Sóller, donde algunas empresas están dando vacaciones a sus camareros en pleno mes de julio.
Ferrer ha llamado a realizar un análisis socioeconómico del modelo turístico y ha alertado que si, por ejemplo, los turistas compran un bocadillo para ir a la playa en vez de consumir en un restaurante, cada vez la masificación y los efectos sobre el sector serán mayores.
«El año pasado cerramos 370 establecimientos y habrá que ver este año cuando acabe la cuenta de resultados todos los que se pueden traspasar o que pueden arrojar la toalla. Entendemos que va a haber mucha renuncia a final de este año porque no están saliendo las cuentas como salían», ha advertido.
Un verano «complicado» para el ocio
Por su parte, el presidente de Abone, Miguel Pérez-Marsá, ha señalado que el verano está siendo «complicado» para los intereses del sector del ocio y el entretenimiento. «Esperábamos una temporada mucho más beneficiosa en relación a 2024, que no estuvo mal, pero nos hemos dado cuenta, llegados al ecuador de la misma, que está siendo muy intermitente», ha valorado.
Abril y mayo fueron «regular», mientras que en junio «se compuso un poco» la situación. «Luego volvió a bajar y estamos un poco expectantes a ver cómo va, pero no es lo que nosotros esperábamos», ha insistido.
Los motivos, ha sopesado, podrían estar relacionados con la climatología y el encarecimiento tanto del transporte aéreo como de las estancias en los hoteles. Todo ello, ha considerado, hace que los clientes «no se sientan cómodos» porque el gasto es «muy elevado».
Aunque hay zonas que van mejor -como la Playa de Palma- y otras que van peor -toda la zona norte-, Pérez-Marsá ha estimado que la caída interanual en la facturación en los establecimientos de ocio es de alrededor del 15%.
Capítulo aparte merece el Paseo Marítimo de Palma, una zona en la que se ha hecho «muy mal desde el punto de vista de los locales de ocio». «No hay aparcamientos, las obras han estado cuatro años en marcha y eso ha hecho que la gente pierda la costumbre de ir a los locales y vaya a otros, básicamente a polígonos», ha indicado.
La «esperanza» del sector, ha apuntado, es que con la apertura del Club de Mar la zona se revitalice y el Ayuntamiento de Palma pueda habilitar una serie de aparcamientos para devolverle la vida a la zona.