MALLORCA

Greenpeace exige el cierre inmediato de la macrogranja de gallinas de Llucmajor: «¡Es espeluznante!»

Greenpeace asegura que "no se puede permitir que esta explotación siga abierta ni un sólo día más"

La ONG exige una "inspección urgente de esta y todas las explotaciones intensivas de España"

Greenpeace Macrogranja Llucmajor gallinas
Gallinas de la macrogranja de Llucmajor.
Pedro Serra

Greenpeace califica de «espeluznante» las imágenes de la macrogranja de Llucmajor donde se observa que las gallinas conviven en unas condiciones deplorables entre ratas envenenadas, erizos vivos, cadáveres de múltiples especies repletos de gusanos y suciedad extrema. Es por ello que la ONG ecologista ha exigido el cierre inmediato de esta explotación avícola de casi 5.000 metros cuadrados y que alberga unas 136.000 gallinas.

«No puedo creerme que los seres humanos sigamos permitiendo este infierno”, ha manifestado indignado Luís Ferreirim, el responsable de ganadería de Greenpeace España. «No podemos permitir que esta explotación siga abierta ni un solo día más. Desde Greenpeace nos sumamos a la petición de las organizaciones ARDE y Satya Animal y exigimos el cierre inmediato de la macrogranja de Llucmajor, en Mallorca», ha añadido.

Greenpeace ha destacado que Avícola Son Perot podría estar incurriendo en un delito de fraude o estafa al no dejar a sus gallinas camperas salir apenas al exterior, incumpliendo la normativa de este modelo de cría de gallinas.

Por otro lado, la ONG también ha indicado que el inmenso vertedero de excrementos que la empresa tiene en las inmediaciones de las naves donde se hacinan los animales «podría estar afectando a los acuíferos de Mallorca, ya altamente castigados por la contaminación por nitratos, además de la inherente generación de amoníaco».

«Esta ingente generación y acumulación de excrementos puede estar contribuyendo a los altos niveles de nitratos de los acuíferos en las Islas Baleares; por ejemplo, en Llucmajor, el pueblo más cercano con registros, donde según el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC), la concentración de nitratos está por encima de los 30 mg/l, habiendo alcanzado en algún caso los 43 mg/l (el máximo permitido son 50 mg/l). Pero la situación podría ser incluso peor en Badia Gran y Tolleric, las urbanizaciones situadas a menos de un kilómetro de la macrogranja, puesto que, desde que hay registros (2016), nunca se han hecho analíticas oficiales a su agua de consumo», ha explicado Greenpeace.

Por todo ello, la entidad ambientalista ha exigido que las autoridades competentes, tanto a nivel estatal como autonómico, pongan en marcha una «inspección urgente de esta y todas las explotaciones intensivas de España y actúen en conformidad y con mano firme»

«¿Es este un caso aislado más, como nos dice la industria denuncia tras denuncia? ¿Cómo es posible que una macrogranja como esta siga funcionando sin permiso legal? ¿Quiénes están permitiendo que nuestra comida se produzca así? ¿Quiénes son los cómplices de este negocio y permiten que este modelo insostenible, cruel e insalubre siga funcionando? Después de este nuevo caso, la rabia es inmensa y urge más aún parar el nefasto y destructivo modelo de ganadería industrial y sus macrogranjas», ha concluido Ferreirim.

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