El edil de Podemos en Palma, Alberto Jarabo, no ha cumplido ni uno solo de sus compromisos
El edil de Podemos en el Ayuntamiento de Palma, Alberto Jarabo, no ha cumplido ni un solo objetivo ni ejecutado ningún compromiso de los apenas nueve que figuran bajo su responsabilidad en el acuerdo de gobernabilidad suscrito por el equipo de gobierno de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos en 2019. Ni uno solo.
Si bien hay concejales cuya capacidad de gestión ha estado bajo mínimos en estos tres años de la legislatura, el caso del regidor del área de Participación Ciudadana es de récord.
El primero de los compromisos pactados que corría por su cuenta era el de «revisar el reglamento de Participación Ciudadana de Palma para favorecer la participación activa de las entidades». No ha hecho nada, al revés, en el reparto de subvenciones ha demostrado un sectarismo pocas veces visto, dejando sin un euro a la federación que no es afín al gobierno municipal y entregándole todo el importe de dos convocatorias a la presidida por la ex coordinadora de Esquerra Unida en Palma Maribel Alcázar.
El segundo que figura en ese acuerdo de gobernabilidad era el de «mejorar el proceso de presupuestos participativos para fomentar la participación ciudadana y agilizar la ejecución de los proyectos y que se lleven a cabo en ciclos de dos años». No solo es que no haya hecho nada al respecto, es que no ha habido presupuestos participativos esta legislatura y aún están pendientes de ejecutar proyectos ganadores de la legislatura anterior.
El tercer compromiso: «Simplificaremos los trámites administrativos y gestiones para facilitar el desarrollo de acciones y proyectos por parte de entidades». Cero. Hasta la federación vecinal afín ha denunciado el incremento constante de trabas burocráticas desde su departamento para realizar cualquier trámite, mientras las Oficinas de Atención al Ciudadano (OAC) siguen siendo las mismas.
Sobre el desarrollo en el ámbito municipal de la Ley del Voluntariado, ni está ni se le espera y lo mismo sucede con el quinto y el sexto objetivo: «mejorar los recursos adscritos a los distritos para potenciar su actuación» o el de «reforzar los consejos de barrio como órganos de participación».
Éstos últimos ni se han constituido esta legislatura, donde tampoco se han reforzado los consejos territoriales de distrito.
En 2019 tras tomar posesión del cargo, Jarabo se comprometía a abrir tres nuevos casales de barrio en Génova, Vivero (Son Ametler) y Es Pil·larí y a ampliar la red de casales. Las únicas obras en marcha, que están por cierto paralizadas, son las de Son Ametler. El casal de Génova está en proceso de licitación y en el caso del Pil·larí, ni siquiera está realizado el anteproyecto arquitectónico a fecha de hoy. O sea, ninguno ejecutado.
Y su deber, como figura en ese acuerdo de gobierno, de «descentralizar las fiestas de San Sebastián en Palma y colaborar con entidades y colectivos para que puedan desarrollar actividades en el marco de las fiestas populares» es una iniciativa que quedó en el olvido a las primeras de cambio, así como «potenciar la Comisión de Fiestas y revisar el Plan Director de Fiestas Populares». Un documento aprobado por el gobierno de la exalcaldesa socialista Aina Calvo hace más de una década y que ahí estará, bien polvoreado en el cajón del despacho del edil Jarabo.