Baleares es la peor comunidad autónoma en vacunación por cada 100 habitantes

Una presidenta que se salta las normas y la pillan en un bar de copas a la una de la madrugada, un obispo que se cuela en las listas de vacunación, un médico alemán que expide PCR falsas a sus compatriotas por 80 euros… Baleares ha copado los titulares durante esta pandemia, pero si de lo que se trata es de analizar la eficacia de su política de inmunización, ese es otro cantar. A fecha de 7 de abril sólo 53.422 ciudadanos insulares habían completado la pauta de vacunación. Las promesas de la presidenta Francina Armengol, que ha sometido al sector de la hostelería a las medidas más estrictas del país, empiezan a sonar huecas: pensar que podrá salvarse la temporada turística es una quimera.

«Baleares no resistirá un segundo verano sin turismo». El consejero delegado de Meliá Hotel, Gabriel Escarrer, fue rotundo y contundente el pasado 28 de enero, cuando publicó un tuit en su cuenta oficial reclamando una actuación eficaz por parte de las autoridades. «Es vital diseñar YA una hoja de ruta que incluya una estrategia de vacunación 24/7 y público-privada, protocolos y medidas coordinadas para viajar seguro con los mercados emisores de turistas». Casi tres meses después, las promesas de la presidenta Francina Armengol y su delfín, el conseller de Turismo Iago Negueruela, son cada vez más difíciles de cumplir: Baleares es la peor comunidad autónoma de España en vacunación por cada 100 habitantes. En el cómputo general sólo está por delante de las dos ciudades autónomas de Melilla, que con fecha siete de abril sólo había inoculado la pauta completa al 3,12% de sus habitantes, y de Ceuta, con el 4,33%. El archipiélago balear cerró el día con un ridículo 4,41%.

Una de las razones del retraso de Baleares con respecto al resto de comunidades es el desigual reparto de vacunas. No parece que Pedro Sánchez respete a Armengol con la misma fidelidad que a otros presidentes socialistas. Las islas han recibido 236.760 dosis, de las que han administrado el 80,56%, mientras que Extremadura, con una población inferior, ya va por las 310.265 y Asturias, también con menos habitantes, ha alcanzado las 342.625. Y aún más sangrante es la comparación con Aragón, cuya demografía es ligeramente superior a Baleares. Los aragoneses han firmado ya la recepción de 374.695 vacunas, lo que significa un incremento con respecto a las dosis entregadas a Baleares de 137.935.

Castilla y León, con el 9,38% de pauta completa, seguida de Asturias, con el 9,33, son las dos comunidades que van adelantadas. A fecha siete de abril apenas quedaban una -excluyendo las ciudades autonómicas- que no había llegado al 5%, Baleares, con un 4,41%, después de que Canarias acelerara en la jornada de ayer y presentara una eficacia del 5,07%. En Baleares se han administrado 190.732 dosis y 53.422 habitantes, entre ellos el obispo y varios cargos del PSOE, están ya inmunizados.

El bajísimo índice de vacunación no se corresponde con la exagerada campaña de propaganda que está llevando a cabo Armengol en sus medios de comunicación afines, que diariamente, y con gran riqueza tipográfica, no dejan de insistir en los «corredores sanitarios» que tiene dispuestos el Govern. Por desgracia la realidad estropea el cuento de hadas de la presidenta socialista, que ayer, tal y como había anticipado OKDIARIO, confirmó que las medidas restrictivas aplicadas a la restauración se aplicarían durante 15 días más. Como mínimo hasta el dos de mayo no podrán abrir los interiores de bares y restaurantes. En cambio hay barra libre para los hoteles, que sí pueden utilizar los comedores cerrados para los turistas. El sector está indignado, tal y como se reflejaba esta mañana en las redes sociales. La Asociación de Restauradores de Mallorca publicó un tuit muy explícito: «Y la restauración pagando un alto precio por la incompetencia de nuestros políticos y de la mesa de la prohibición».