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El Ayuntamiento de Palma aprueba las obras de la terraza del restaurante del museo Es Baluard

La instalación no estará fijada al suelo ni a la muralla y los toldos tendrán que pasar desapercibidos

No podrá afectar al campo visual para contemplar la belleza paisajística del conjunto arquitectónico

Es Baluard
Imagen de las obras que se ejecutan en la terraza exterior del museo Es Baluard de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El Ayuntamiento de Palma ha dado luz verde a las obras para la reforma, rehabilitación y adecuación de la zona del restaurante del Museo es Baluard, aunque la aprobación definitiva de la intervención dependerá de un informe de los servicios jurídicos de la Gerencia de Urbanismo.

Este documento deberá determinar que el uso de este espacio es legal y que no incumple ninguna disposición normativa, ni el Plan General de Ordenación Urbana de Palma, según ha explicado el teniente de alcalde de Urbanismo, Vivienda y Proyectos Estratégicos, Óscar Fidalgo, en una rueda de prensa ofrecida este martes.

El responsable del área ha señalado que los terrenos sobre los que se ubicará el restaurante están clasificados como suelo urbano, con calificación de espacio de interés público y catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC).

Además, ha recalcado la existencia de un informe previo positivo, por parte de la Comisión de Patrimonio del Consell de Mallorca, y que este procedimiento debía aprobarse por parte la Comisión de Centro Histórico de la Gerencia municipal de Urbanismo.

Fidalgo ha explicado que el promotor de las obras ha expuesto su proyecto, distinto al original y paralizado en septiembre por parte Patrimonio, que comprende la reforma de la cocina del restaurante y que, en los espacios exteriores, los elementos no estarán fijados al suelo ni a la muralla renacentista, sino que serán estructuras movibles.

Para preservar la visibilidad de la zona de es Baluard, el Ayuntamiento exigirá que la vegetación que se introduzca sea de poca altura y que los toldos que existan pasen desapercibidos y no contrasten con la muralla.

Con estas prescripciones se pretende que no afecten a elementos constructivos originales y que los muros y cierres de la instalación no afecten al campo visual para contemplar la belleza paisajística del conjunto arquitectónico.

El coste de las obras, para el promotor, supera los 262.000 euros (más allá del coste de las sanciones que se puedan derivar por las anteriores obras ilegales efectuadas) y tendrían un plazo de ejecución previsto en un año.

Demolición de un edificio

En la misma comparecencia ante los medios también se ha preguntado por la demolición del edificio derrumbado de la calle Polvorín y, sobre este asunto, Fidalgo ha explicado que mantiene conversaciones semanales con los afectados y la comunidad de propietarios de la zona, a los que han trasladado que el Ayuntamiento ha hecho «lo imposible» para hacer «todos los trabajos administrativos» para llevar a cabo la demolición del inmueble.

Al mismo tiempo, ha afirmado que han hablado con el Consell de Mallorca para que «agilizara» los trámites «lo máximo posible», dadas las circunstancias del caso.

De esta manera, el proyecto de seguridad y salud podría aprobarse de manera «inminente», después se confeccionaría el presupuesto definitivo, que deberá aprobar el Ayuntamiento, de las actuaciones y, a partir de ahí, pasarían a depender de que la empresa contratista ponga los medios para la demolición del edificio.

El responsable de Urbanismo ha detallado que para derruir la construcción, se tendrá que hacer «prácticamente manual» en su totalidad para mayor seguridad, lo que alargará esta obra, ya que el objetivo final del Consistorio es «salvaguardar la seguridad de los edificios colindantes» y que «las familias afectadas puedan volver a sus casas cuanto antes».

Desde que el pasado 26 de febrero se derribara este edificio están pendiente de la demolición de la fachada del mismo un total de 27 personas que no han podido volver a sus casas por razones de seguridad.

Como se recordará, el derrumbe del inmueble de la calle Polvorín provocó que se vieran afectados tres edificios situados en la misma calle y otro en la calle Rober Graves, vecinos que fueron alojados en un hostal y centros municipales mientras que otros se trasladaron a vivir provisionalmente a casas de familiares.

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