ARAGÓN

Este es el motivo por el que el 2 de enero se conmemora la venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza

El 2 de enero del año 40 d. C., la Virgen María visitó al Apóstol Santiago en Zaragoza

Virgen del Pilar
Fotografía realizada por Guillermo Coscolla.
Paula Ciordia

Este 2 de enero se conmemora la visita de la Virgen María al Apóstol Santiago en Zaragoza, que dio como origen la advocación a la Virgen del Pilar. Por eso, las campanas de la Catedral-Basílica empezaban a replicar a las once y media de la noche del día anterior para llamar a misa votiva a los fieles por la Venida de la Virgen.

Con ese tañer que se escucha con fuerza en casi todos los puntos del centro de la ciudad, comienza la celebración de un día grande en el calendario litúrgico pilarista, que marcó un antes y un después en la historia de Zaragoza, aunque a día de hoy sea laboral en la ciudad.

El pilar de la Virgen es una de las reliquias más valiosas del mundo, que todavía se puede besar por los devotos, que han dejado visible en el desgaste del jaspe, los cientos de millones de besos que a lo largo de los siglos han dado con veneración y fe, como el Papa San Juan Pablo II.

El apóstol Santiago y la llegada de la Virgen a Zaragoza

El apóstol Santiago el Mayor se encontraba por aquel momento en la romana Cesaraugusta junto con un pequeño grupo de conversos, en su peregrinación por Hispania para llevar la nueva buena en la palabra de Jesucristo. En un momento dado, después de largas fatigas, según cuenta la tradición, Santiago se encontraba abatido por la dificultad que encontró entre aquellos habitantes de conmoverlos a la conversión.

Fue en aquel momento que, estando la Virgen María viva en Jerusalén, se le aparece de madrugada a Santiago a orillas del río Ebro con un pilar de jaspe que todavía se conserva como una de las reliquias más valiosas del mundo y que dio origen a la devoción de la Virgen del Pilar, cada 2 de enero.

Según interpretó el propio San Juan Pablo, en una de sus visitas a Zaragoza, con este símbolo la Virgen quiso decir a los cristianos «ser fuertes en la fe como este pilar».

De tal forma se insiste en que la Virgen vino a Zaragoza en carne mortal, porque todavía estaba viva, un fenómeno único en el mundo, que dio como origen el primer templo mariano de la Cristiandad. Según se cuenta, la Virgen conversó con Santiago y le encargó que levantara un templo en ese mismo lugar.

Las jaculatorias a la Virgen del Pilar por el 2 de enero

Cualquiera que haya visitado Zaragoza habrá podido percibir un portentoso cántico que se escucha desde casi cualquier punto del centro de la ciudad. Es una preciosa jaculatoria interpretada por los infanticos, que recuerdan tres veces al día, la visita de la Virgen del Pilar el día 2 de enero: «Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, a Zaragoza».

Dicha jaculatoria se escucha tanto a las nueve de la mañana, como a las doce del mediodía como a las ocho de la tarde, todos los días del año, a través de los altavoces externos instalados en las torres del templo, y que cobran sentido cada 2 de enero.

El Pilar y el manto de la Virgen

Muchos peregrinos se asombran, cuando visitan a la Virgen del Pilar, de su pequeño tamaño, adornada con una riquísima corona de oro y piedras preciosas que simbolizan los rayos de luz del esplendor de la Madre de Dios.

Se debe a que la Virgen está sobre el gran Pilar, que Ella misma trajo el 2 de enero.

El pilar de la Virgen es costumbre vestirlo cada día con uno de los cientos de mantos diferentes que tiene, y que le han regalado como ofrenda a la devoción. Está testimoniado por documentos que se conservan en el archivo del templo, que la Virgen en 1504 ya vestía con manto, y que en 1577 tenía al menos 72 mantos catalogados.

Sin embargo, hay varios días al año en que la Virgen luce el pilar sin estar revestido de ningún manto. Esos días son precisamente todos los 2 de cada mes, en conmemoración de la llegada de la Virgen del Pilar a Zaragoza en enero, además de los 12 y 20 de cada mes, a excepción del 12 de octubre, que luce el manto «del Cabildo», y del 20 de mayo, en que se celebra la Coronación Canónica de la Virgen del Pilar.

Por ende, las representaciones de la Virgen del Pilar, tanto en las típicas medallas, como en las figuritas para venerarla, suelen estar talladas de dos maneras, con o sin manto.

Las Medidas de la Virgen del Pilar

Miles de peregrinos al año, cuando visitas a la Virgen adquieren una de las Medidas de la Virgen que solo se pueden comprar en las tiendas de recordatorios situadas adyacentes a una de las puertas del templo.

Estas medidas son unas cintas de tela, de diferentes colores, aunque la más famosa es la de la bandera de España, por ser patrona. Su longitud es exactamente la de la imagen de la Virgen, de ahí que se conozca como ‘Medida’.

Estas Medidas de la Virgen del Pilar están todas bendecidas, sin embargo, es frecuente ver a muchos devotos pasarlas por el pilar de la Virgen como símbolo de protección.

El origen de esta costumbre nace del valor de protección y amparo que poseen los mantos de la Virgen, que prestan como servicio caritativo para los enfermos muy graves que así lo solicitan pudiéndolos acompañarlos hasta el final de sus horas, de ahí que en las esquela figure la leyenda: «Falleció bajo el manto de Nuestra Señora del Pilar».

Hasta la fecha, solo se conoce un caso reciente de un zaragozano ilustre, muy devoto de la Virgen, al que sus familiares tuvieron el privilegio de poder cubrir y darle calor en su lecho de muerte con el manto milagroso de la Virgen del Pilar sin haber estado enfermo. Se trata del Ilustrísimo don José Ángel Zalba, el querido ex presidente del Real Zaragoza .

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