La cantera del toreo aragonés: «La tauromaquia conserva los valores perdidos en la sociedad»
En las clases prácticas de San Jorge son elegidos los tres futuros novilleros sin picadores para las Fiestas del Pilar
OKDIARIO ha formado parte del jurado
Se respira el nerviosismo en el patio de cuadrillas de la Misericordia, entre los jóvenes aragoneses aspirantes a novilleros. Este martes, se celebra la última de las clases prácticas del certamen entre las escuelas taurinas aragonesas, donde sólo tres serán los elegidos para matar la novillada sin picadores en la próxima Feria del Pilar.
En sus rostros de niño pesa la responsabilidad, pero les puede, sobre todo, la ilusión por alcanzar un paso más de su sueño dorado: vestir un día el traje de luces como figuras del toreo.
La mañana de este día de San Jorge no acompaña para entrar en calor. Y eso que el calor, el sol y las moscas son ingredientes que favorecen al buen toreo. Pero así es la vida, en las buenas y en las más difíciles, sobre todo si hay viento, el enemigo mayor de un torero. Un viento que sopla fuerte del Moncayo, con el que tienen que saber vivir los maños y al que se tienen que enfrentar los oscenses.
Por suerte, la plaza de toros de la Misericordia, donde se están celebrando estas dos matinales de clases prácticas, se puede cubrir. Por algo fue la primera plaza de toros cubierta, gracias al ingenio del empresario Arturo Beltrán, en 1987, quien vio que la Feria del Pilar necesitaba ser salvada del frío, la lluvia.
Los novilleros aragoneses
Entre el pasado domingo y este martes, habrán hecho el paseíllo vestidos de corto doce muchachos pertenecientes a la Escuela Taurina Oscense, la Asociación Cultural Taurina de Torrero y la de Mar de Nubes, con ganado de Quintas y Sánchez Herrero.
Brian Bautista, Bruno Martínez, Óscar Vicente, Óscar Primicia, Asier Abadiano, Álvaro Molina, Javier Sánchez, Ángel Alarcón, Lorién Sagarra, David Sejas, Miguel Remiro y Gabriela Mayor, la única mujer entre ellos, pero que defiende que «se siente una más». Esta es la cantera que saltará al siguiente peldaño de esta «profesión muy dura», pero que consideran «la más bonita del mundo».
Escuela de valores
Tras una liberación del jurado, del que OKDIARIO forma parte junto a los fotógrafos Philippe Gil Mir, José Luis Pinilla y el torero de plata Ángel Esteban, se elegirá a la pléyade para ser los próximos novilleros aragoneses sin caballos de la Feria del Pilar. Abrazos, felicitaciones, hay que decir que lo de estos chavales es compañerismo. Pues, como se suele decir entre las gentes del toro, la tauromaquia es una escuela de valores, que lastimosamente brillan por su ausencia en el día a día de nuestro monótono ir y venir, acelerado por las transitadas avenidas, cada vez más deshumanizadas, de nuestras ciudades.
«La tauromaquia no es violenta, sino todo lo contrario. Aquí se establece unos valores y un respeto que falta en la sociedad. Todos los que estamos aquí hemos venido a los toros desde pequeños y no tenemos ningún problema. Todo lo contrario. Somos personas muy respetuosas, que además respetamos al que le gusta y al que no», defiende uno de ellos.
Otro de los concursantes considera que si «los niños tienen una ilusión, hay que respetarla, porque después igual es peor». «Yo siempre lo digo, veo más violencia en el fútbol, que aquí. En el toreo hay mucha educación, hacia los mayores, los maestros», añade otro.
«Cada uno es libre y debe hacer lo que le llena. A mí lo que me llena es torear», expresa otro de ellos, a punto de salir a ganarse el sitio para estar entre los novilleros aragoneses de la feria de octubre.
Es por eso más meritorio, si cabe, que esta cantera de futuros novilleros aragoneses sean capaces de abstraerse de una sociedad que navega por un mundo incierto de contradicciones, donde matar a un toro es considerado un acto ruin y despreciable, pero donde se les inculca desde pequeños, por ejemplo, que abortar es un derecho y que matar a un animal en el ruedo es un asesinato.
«Desde niño quiero ser torero»
Contra viento y marea, es realmente sorprendente que tengan claro desde niños que lo que quieren es ser toreros. Será cierto aquello que se escucha siempre, «el torero nace, no se hace». De ahí que sea tan importante que los chavales puedan ir sin restricciones a las plazas de toros para poder contemplar a sus héroes jugarse la vida con toros que un día, si Dios quiere, matarán también alguno de los que en estos días han trenzado el paseíllo.
«Esto es mi vida, son todas mis ilusiones y emociones, sin el toreo, no podría vivir», nos responde otro de ellos. Por eso, piensan, sueñan, viven en toreo, se desviven por mejorar, estar preparados para que, cuando les llegue la oportunidad, demuestren que valen para esto.
De los doce, solo tres y un sobresaliente, pero saben que esta será una de muchas ocasiones que están por llegar. Los participantes han atraído a un público joven, como ellos, que están entre los 16 y 18 años la mayoría.
¿Quiénes son los elegidos? Álvaro Molina, de la Escuela Taurina de Zaragoza, Lorien Sagarra, de Mar de Nubes, David Sejas, de la Escuela Taurina Oscense y, como refuerzo, Ángel Alarcón. Felicidades a todos ellos.
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