Tribunales

Suspendido el juicio a ‘El Melillero’ por desfigurar con ácido los rostros de su ex novia y una amiga

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'El Melillero', en una ficha policial.

La Sección Octava de la Audiencia de Málaga ha suspendido el juicio que estaba previsto arrancar el próximo 5 de julio contra El Melillero, el joven detrás del ataque con ácido a su ex novia y una amiga de ésta en Cártama (Málaga) en enero de 2021. La Fiscalía pide para el acusado 51 años y medio de cárcel y casi 1,5 millones de indemnización a las víctimas, que sufrieron graves secuelas.

La suspensión del juicio se debe a la intervención quirúrgica a la que ha sido sometida uno de los letrados de la acusación particular, según han informado este jueves desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La nueva fecha de la vista aún no ha sido fijada, pero será con toda seguridad tras el verano, una vez cumplido el periodo de convalecencia del letrado. Según las previsiones, el juicio se iba a prolongar durante seis días.

51 años de cárcel

La Fiscalía de Málaga pide que se le imponga a este procesado una pena de 51 años y medio de prisión al considerar que supuestamente ideó este intento de asesinato, en el que habrían colaborado otros cinco acusados, uno de ellos el que habría lanzado la sustancia. Entiende, además, que existe una agravante de género.

Así consta en el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, en el que se acusa a este hombre de dos delitos de asesinato en grado de tentativa -solicita 17 años de cárcel por cada uno-, uno de pertenencia a organización criminal -petición de siete años-, dos de amenazas graves -dos años por cada delito-, otros dos de acoso -24 meses de prisión por cada uno- y un delito de maltrato habitual -30 meses de cárcel-.

Según las conclusiones iniciales de la acusación pública, a las que ha tenido acceso Europa Press, los procesados pertenecen a una supuesta organización dedicada principalmente al tráfico de drogas y ocasionalmente a delitos contra el patrimonio, en la que El Melillero tenía, al parecer, «funciones de jefe» y los demás cumplían «funciones subalternas según lo que él ordenase».

El ataque

La agresión con ácido se produjo el 12 de enero de 2021, poco después de las 14:00 horas, en la citada localidad malagueña. El procesado y una de las víctimas mantuvieron una relación sentimental entre mayo y diciembre de 2020, pero ella rompió, ya que «le faltaba al respeto», supuestamente insultándola y golpeándola. Él no aceptó la ruptura y estaba «obsesionado con ella», señala el fiscal.

Según la acusación pública, el principal acusado «ideó un plan preconcebido -tanto en la ejecución como en la evasión posterior- y supuestamente, de acuerdo con los otros procesados, «aprovechando que era el jefe de la organización», el día de los hechos interceptó el paso del vehículo en el que iban la mujer y su amiga.

El fiscal sostiene que El Melillero actuó supuestamente «con la finalidad de atentar contra su vida, causándole el dolor más extremo y con expreso desprecio a su género femenino, siendo su último fin de humillación, dominación, subordinación y cosificación rubricando con su acto programado un dolor extremo antes de acabar con su vida y la de su acompañante».

Así, el Ministerio Público relata que de copiloto iba otro acusado, llevando a bordo un bote de un litro de ácido sulfúrico del 98% de pureza, supuestamente «ordenándole» El Melillero’ al otro implicado «que se bajase y arrojase, para atentar contra sus vidas, el ácido dentro del vehículo, lo cual así hizo a través de la ventanilla del conductor» del coche en el que iban las víctimas.

Estos hechos provocaron en ambas «graves quemaduras, teniendo que salir del habitáculo cerrado para evitar la asfixia por el ácido», en tanto que el principal acusado «se reía y miraba, asegurándose del resultado que había previsto», estrellándose el vehículo de las dos mujeres contra otro coche y después contra una farola pública.

Las víctimas

Ambas sufrieron lesiones graves y tuvieron que ser trasladas urgentemente a un hospital para salvar sus vidas. De hecho, la ex novia resultó con un 45% de superficie total corporal quemada, precisó 12 operaciones y presenta secuelas psíquicas y perjuicio estético y pérdida de calidad de vida, así como incapacidad para desempeñar su profesión. Presenta un leucoma corneal izquierdo «que deja una agudeza visual de 0,1», dificultad para la deglución de líquidos y, en ocasiones, sólidos, además de limitaciones de movilidad de múltiples partes del cuerpo.

La otra mujer resultó con un 20% de la superficie total corporal quemada y tuvo que someterse a dos intervenciones, considerándose que sus lesiones están estabilizadas en este momento. Ambas sufren trastorno por estrés postraumático grave y otras secuelas psicológicas.

Las amenazas

Según la Fiscalía, el que los acusados formaran una organización «facilitó la ejecución de los hechos». En este sentido, se señala que El Melillero y su copiloto, supuestamente «ya tenían previsto realizar el rociado de ácido» el día antes de lo sucedido, ya que estuvieron en Cártama y se acercaron al vehículo en el que iban las dos mujeres.

En ese día, le dijo a su ex pareja que bajara la ventanilla del copiloto, pero ella, al asustarse, «no lo hizo», a pesar de lo cual el principal acusado supuestamente la amedrentó «diciéndole y señalando a otro»: «Éste se va a encargar de ti, te va a matar», haciéndole señal de rajarle el cuello, por lo que ambas sintieron mucho miedo. También la amenazó días antes, diciéndole que le iba a «destrozar la cara tan bonita que tenía».

Para la acusación pública, El Melillero ordenó a otro de los procesados, su mano derecha, que le dejara el coche, y a otro de los supuestos integrantes que comprara el bote de ácido. Además, considera que los otros acusados le ayudaron en la huida, hasta que fue detenido cuatro días después en Mijas (Málaga).

Asimismo, en el escrito inicial se señala que días antes del ataque, presuntamente colocó «sin el consentimiento y sin conocimiento de éstas en la parte baja de sus respectivos vehículos -de las dos víctimas- dos balizas de geolocalización para controlar sus movimiento».

Según el Ministerio Fiscal, la víctima y el acusado estuvieron viviendo juntos y ella rompió la relación, ya que «le faltaba al respeto», presuntamente con insultos y golpes, «no aceptando éste la ruptura y estando obsesionado con ella», por lo que desde entonces la llamó «constantemente por teléfono, llegándole a amenazar».

Por todo esto y por «el miedo que sentía» la mujer iba siempre acompañada de su amiga, «sintiéndose acosada y vigilada por él y teniendo que cambiar sus hábitos de vida cotidiana».

Además de la pena de prisión, solicita para el principal procesado la prohibición de acercarse a las víctimas a menos de 1.000 metros o comunicar con ellas por cualquier medio durante casi 50 años y en todo caso prohibición de estar o residir en Cártama durante 20 años. Considera que concurren las circunstancias que agravan la pena de género y de parentesco.

Al resto de procesados se les acusa de los dos delitos de asesinato en tentativa y de pertenencia a organización criminal; añadiendo en el caso del que le acompañaba en el coche la acusación por un delito de amenazas graves, por lo que solicita para éste más de 38 años de cárcel.

El fiscal también solicita que todos los acusados indemnicen a la ex novia con 1,1 millones de euros y a la amiga con 312.522,22 euros por las lesiones y secuelas.

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