El ex alcalde del PSOE enchufado en la Faffe fue visto una sola vez en la oficina: «¿Quién es ese señor?»
Una testigo confirma que Torres, que se llevó 500.000 € ocupando un cargo ficticio, no pisaba la sede
Los acusados comparecerán este jueves
La Audiencia de Sevilla celebra desde hace dos semanas el juicio contra el ex director general de la Faffe Fernando Villén -el socialista condenado por dilapidar en prostíbulos más de 32.000 euros- por enchufar en la entidad pública al ex alcalde de Lebrija, Antonio Torres (PSOE), que durante ocho años ocupó un cargo directivo «inexistente» y se llevó 500.000 euros sin moverse de casa.
Este miércoles ha testificado una ex directiva de la Faffe que ha asegurado que sólo vio «una vez» a Torres en las instalaciones de la entidad, y preguntó: «¿Quién es ese señor?». La testigo ha explicado que trabajó en la Faffe desde 2003 a 2011, unos tres años en la sede de Sevilla, como directora del área de Desarrollo Territorial, y otros tantos años en Huelva, como gerente provincial de la entidad. Como directora de área acudía a los comités de dirección, a los que eran convocados los responsables de cada una de las direcciones de la Faffe. Pero ni rastro de Torres. Además, a preguntas del fiscal, la ex directiva ha dicho desconocer qué funciones o tareas tenía el puesto que se le encomendó al ex alcalde de Lebrija (gestor de recursos municipales) dentro de la Faffe.
La Fiscalía Anticorrupción pide cuatro años de cárcel para Villén por un presunto delito de malversación y diez años de inhabilitación especial por presunta prevaricación. Para Torres reclama dos años y medio de prisión por malversación y cuatro años de inhabilitación por prevaricación.
El ex director de la Faffe está acusado de colocar ilegalmente a Torres después de que éste perdiese la Alcaldía de Lebrija en las elecciones municipales de 2003, tras 24 años en el poder.
Según el juez de Instrucción nº 6 de Sevilla, José Ignacio Vilaplana, el organigrama administrativo de la Faffe «no contemplaba puesto directivo alguno» al que Torres pudiera acceder, por lo que Villén creó uno «ad hoc que denominó Dirección de Relaciones Externas».
Según el auto, este departamento en realidad era «inexistente» y no tenía «estructura ni funciones», por lo que tampoco había «sede física ni oficinas ni despachos ni personal». Además, Torres «carecía de formación y aptitudes para asumir funciones correspondientes a dicho nivel profesional» de directivo.
Torres entró en la Faffe el 1 de julio de 2003 con un contrato temporal, pasando a indefinido un año y medio después, ya como directivo, con un sueldo de 46.750 euros anuales. Permaneció dado de alta como empleado hasta la extinción de la Faffe y su integración en mayo de 2011 en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). Durante esos años percibió un total de 491.203,03 euros, pero «ni tan siquiera acudía a la sede de la fundación ni desempeñaba trabajo alguno», siendo un completo «desconocido» para otros trabajadores y directivos, según recalcó el juez Vilaplana y ha confirmado este miércoles la testigo.
Viaje a Perú y un pisazo en Sevilla
La pasada semana, otro testigo (Juan Carlos Díaz Matías, ex director de Estructuras Permanentes de la Faffe) declaró también que nunca vio «físicamente» a Torres en la sede de la empresa, pero sí trató con él en un par de ocasiones.
La primera, un contacto «presencial» de unos «15 o 20 minutos» porque Torres estaba promoviendo una actuación relacionada con el ámbito universitario con intención de captar fondos europeos para el proyecto, si bien la idea no tuvo finalmente «mucho recorrido».
En la segunda ocasión, su jefe de organización (Joaquín Alberto Morales) le transmitió que la Agencia Española de Cooperación Exterior buscaba perfiles para la participación española en un foro a celebrar en Perú. Su superior le pidió que contactase con Torres por su «experiencia municipal», puesto que su trayectoria «coincidía» con el «perfil» que se buscaba.
Según dijo, se limitó a «rebotar» a Torres el correo electrónico, corroborando que su «perfil coincidía» con el solicitado por la citada agencia, y Torres viajó a Perú como «invitado», con cargo a fondos estatales, para participar en el foro con una «conferencia».
Con ese medio millón de euros ganados en ochos años, que se suman al sueldo público que percibió durante su casi cuarto de siglo como alcalde, el socialista Torres se compró un pisazo de 156 metros cuadrados en el centro de Sevilla valorado en casi 300.000 euros, tal y como desveló OKDIARIO Andalucía. Lo hizo sólo un año después de entrar en la Faffe.
El juicio afrontará una jornada clave este jueves, pues está prevista la comparecencia de los dos acusados, que al comienzo de la vista solicitaron declarar al finalizar la misma, extremo que fue autorizado por el tribunal.